Capitulo 20; parte 2 de 2

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--N no entiendo

--Escucha, ¿tú has pasado por emociones negativas muy fuertes cierto?

--Si, toda mi vida.

--Bien, tantas emociones negativas provocaron que tu corazón se debilitara tanto que ya no soportara seguir latiendo lo que provoco el paro. Con los medicamentos que te hemos dado logramos que se fortaleciera un poco. Para curarte totalmente debes tomar muchas precauciones y aprovechando que están ellos aquí te informo que no puedes volver a sentir emociones tan fuertes al menos por dos meses, la actividad física deberes reducirla lo más posible por un mes, nada de subir o bajar escaleras, tampoco camines más de unos metros, por supuesto nada de hacer deporte o correr o cosas por el estilo. Tendrás que reducir el estrés lo más posible, no iras a la escuela. Tendrás una dieta muy estricta que no debe romper por nada, te hará aumentar de peso rápidamente de una forma sana y ayudara a fortalecer tu corazón. Te recomiendo quedarte en cama y de ser posible acompañada la mayor parte del tiempo, por las dudas, ah y trata de no guardarte nada, cualquier problema o algo que te moleste, díselo a alguien, ¿tienes mascota?

--Hay un gatito al que le doy de comer y todo eso pero no es mío.

--Adóptalo si puedes, los gatos son las perfectas compañías para personas con enfermedades cardiacas. Te haremos una ecografía para ver el estado de tu bebé. Hablando de eso, ¿ya has pensado en el parto?

--N no... me... me da miedo. -Mal la tomo de la mano con fuerza comprendiendo perfectamente su miedo ya que ella también lo sentía.

--Bueno pues, ya no deberás pensar en eso, te haremos cesárea, tu corazón no resistiría un parto natural. Te programare la cesárea para el 20 de junio ¿de acuerdo?

--Si... e es esta bien.

--¿Qué debe traer? ¿Debemos acompañarla?

--Sería lo mejor, generalmente es el padre quien esta con la nueva mamá toda la cesárea, supongo que en este caso será usted majestad. Y debe traer ropa para ella y su bebé, se quedara aquí por lo menos tres días para controlar si va a cicatrizar bien, así que todo lo que consideren necesario para esos días, y no olviden los pañales.

--De acuerdo. Tranquila Evie, o me romperás la mano. -la mencionada soltó la mano de su la hija de Maléfica la cual ya estaba roja por la fuerza que aplico por miedo.

--Tranquila, mientras no sea parto normal, tú y tu hijo estarán a salvo.

Tres días después...

--Bien ¿Lista para ir a casa Evie?

--No es mi casa Mal, es el castillo de Ben, no entiendo como lo convenciste de que nos mudáramos allí. Y no, no estoy lista, pero no me queda de otra. ¿Me ayudas?

--Claro -la peli morada la tomo de un brazo y la ayudo a levantarse para luego llevarla a la silla de ruedas que tuvieron que comprarle para los próximos meses. Luego salieron del cuarto que le habían asignado en el hospital y partieron para el auto donde Ben las esperaba.

--Hola Evie -la saludo con un beso en la mejilla y la ayudo a levantarse para entrar en el vehículo. --¿Cómo estás?

--Hola Ben, estoy bien, creo. Dijeron que mi corazón ya estaba en condiciones para recuperarse fuera del hospital, asique supongo que estoy mejor.

--Me alegro mucho por saber eso, Mal estaba muy preocupada, en cuanto te ingresaron casi le da un ataque de pánico. Estaba tan desesperada por recibir información sobre tu estado que dijo que era tu novia

--Ben... ¿Qué estás haciendo? -murmuro Mal entre dientes rogando porque se callara.

--¿Enserio hiciste eso por mí?

--Sí, no se me ocurrió otra cosa.

--Podrías haber dicho que soy tu hermana.

--Cierto, no lo había pensado... Eso no importa ahora, vamos al palacio.

Ben subió a Evie al auto y antes de que Mal subiera con ella le guiño el ojo para que supiera que solo la estaba ayudando a conquistarla, a lo que ella respondió moviendo sus labios y generando un "gracias" callado.

El viaje fue tranquilo, charlas ocasiónales como el clima o el almuerzo, tratando de distraer a la peli azul. Claro que también trataban de evitar temas como amor o embarazo ya que ambas serian afectadas por esto.

Al llegar al palacio, Jay y Carlos los esperaban, habrían estado los demás también, pero la noche anterior Audrey había entrado en trabajo de parto por lo que la llevaron rápidamente al hospital, pero aún no había dado a luz, por ende necesitaban gente que estuviera cuidándola todo el tiempo ya que al ser dos bebés y ella bastante joven corría algo de peligro. Obviamente que les informarían cuando hayan nacido.

Dentro del castillo Bella y Adam recibieron a Evie como si fuera su hija y la ayudaron a instalarse, y oh casualidad, en la habitación de Mal, (como los padres de Ben también quieren ver a esas dos juntas idearon todo un plan para que prácticamente les sea imposible no quedaran juntas).

--Bueno cariño, espero que te sientas cómoda aquí, si necesitas algo no dudes en llamarnos ¿de acuerdo? -dijo Bella dulcemente mientras le acariciaba el cabello azul a la chica.

--Claro, gracias... ya que estamos, majestad, me gustaría charlar con usted sobre maternidad... ya que no tengo a mi madre para que me ayude quizás usted podría... ¿aconsejarme?

--Por supuesto que si dulzura. Solo dime que quieres saber y yo te responderé con todo gusto.

--Me gustaría que me dijera todo lo que pueda sobre esto. No sé nada, y el momento del nacimiento está cada vez más cerca y tengo miedo de no saber qué hacer y terminar ocasionándole daño a mi bebé.

--Suenas como toda madre primeriza. Es normal tener este miedo cariño, y más con chicas como tú que les practicaran cesárea y ya sabes cuándo nacerá. Serás una gran madre.

--¿Usted cree? ¿Y si no es así? ¿Qué tal si no aprendo como amantarla?

--Me tienes a mí para eso. Al principio estaba igual de inquieta y preocupada que tú, pero yo estaba sola. No tenía amigas ni madre, mi padre estaba viajando y Adam... bueno, es un torpe completo para la paternidad, pero es tierno. Aprendí sola como amantar a Ben, como saber que necesita, y cuando se sentía enfermo o solito. Fue increíble, cuando sostuve a mi pequeño por primera vez en mis brazos un interruptor en mí se encendió y mi instinto maternal salió a flote. Lo mismo pasara contigo cuando conozcas a tu hija.

--Espero que tenga razón. No quiero seguir preocupándome por eso, ya sabe lo que me paso por déjame llevar por mi loca cabeza.

--Tranquila, te cuidaremos, no volverá a pasar.

--Eso espero.

--Te lo aseguró. Bien, iré a ver si tu almuerzo está listo -le dio un beso en la frente, la acurruco bien bajo las sabanas de la cama en la que estaba recostada y salió del cuarto, dándole el paso a Mal.

--Princesa, quiero hablar contigo.

--¿Qué ocurre morita?

--Siento que no me contaste toda tu historia. ¿Qué me ocultas Evie?

--¿Y yo? Nada... ¿Qué te hace pensar eso?

--Que hace unos días dijiste que no podía perder a este bebé. ¿A qué te referías al decir "este"? -Evie se tensó al sentirse descubierta, debía decir la verdad.

Rompimos... ¡¿Devie?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora