Rompimos... ¡¿Devie?!

Final parte 6 de 6

--Jay...

--Ya debemos salir Mal, no quiero que estés aquí cuando todo esto termine finalmente.

--No puedo dejarla, no puedo dejar que se vaya sola -el chico se arrodillo a su lado y la abrazo por los hombros.

--Mal, por favor, no quiero que te hagas más daño viendo todo esto. Ella sabe que estuviste a su lado estas dos semanas, donde sea que este, te escucha y te cuida, pero obligarla a quedarse aquí en este estado es solo aumentar su sufrimiento. Vamos a casa, Sofía y tu bebé te necesitan bien.

--No quiero creer que es la última vez que la veré con vida... se convirtió en mi adicción, su risa, su cuerpo, sus preciosos ojos marrones que incluso llenos de lágrimas o rojos son cautivantes y conquistadores, su cabello, siempre me sorprendió lo suave que lo tenía incluso en la isla. Pero, lo que logro atraparme totalmente, fue su enorme corazón, dio su vida por la de su hija Jay, no cualquiera hace eso.

--Lo siento, en verdad que lo lamento muchísimo, pero no hay más opciones... debes decirle adiós.

--No, eso nunca, decir adiós significa que no volveré a verla, pero la veré de nuevo después de mi muerte. Todos lo haremos.

--Bien pensado - la recostó sobre su hombro justo al momento que volvía a llorar, rompiéndole el corazón a su hermano mayor de otra familia, ocasionando que también llorara. Siguieron así unos minutos hasta que sintieron la poeta abrirse.

--Llego la hora chicos. Debemos desconectarla. -Mal y Jay se levantaron lentamente y miraron por última vez a su amiga, tomaron su mano e incluso la abrazaron como pudieron antes de salir del cuarto y dejar al doctor hacer su trabajo. Afuera se encontraron con Carlos, Uma (quien tenía a Sofía que no dejaba de llorar), Blancanieves y Ben.

--Llego el día -susurro Uma con lágrimas en los ojos, se había encariñado mucho con Evie este último tiempo.

--No puedo creer que después de tanto tiempo de estarla buscando la vaya a perder para siempre -Dijo Blancanieves sentándose en una de las sillas de la sala de espera, sintiendo como todas las fuerzas se le iban del cuerpo.

Carlos no pudo decir nada, solo se acercó a sus hermanos mayores para abrazarse con fuerza mientras los tres lloraban sin consuelo.

Luego de unos minutos vieron pasar un equipo de enfermeras muy rápidamente hasta la habitación de Evie, como si hubiera una emergencia. Los tres VK'S intentaron acercarse a la habitación pero una enfermera se los negó y les pidió que por favor volvieran a la sala de espera y pronto los informarían. Volvieron a la sala de espera se sentaron nuevamente, resignados. Al menos, hasta que Mal sintió un líquido correrse por su entre pierna. Al sentirlo, bajo la mirada y descubrió lo que sucedía.

--Chicos -los llamo asustada -Rompí bolsa... mi hija ya viene...

--¿Cómo que ya viene?

--¡Que mi hija va a nacer ahora Jay!

--¡¡UN MEDICO!! ¡¡Por favor!! -Una médica se acercó corriendo a ellos.

--¿Qué ocurre?

--Acabo de romper fuente.

--Bien, iremos a la sala de partos. ¡Traigan una silla de ruedas, rápido! -una enfermera se acercó a ellas y con ayuda de ambas, Mal se sentó en la silla de ruedas y rápidamente se la llevaron.

--Yo iré con ella. -dijo Carlos siguiéndolas.

--No puedo creer que todo esto esté pasando en un solo día.

--Lo sé... pobrecita, tiene que haber sido todo el estrés que paso estos días, como paso con Lonnie. -dijo la hija de Úrsula, sentándose a su lado con la bebé ya dormida.

--Si, debe ser eso.

Paso un rato más y apareció nuevamente el médico de Evie.

--Jay, despertó.

--¿Qué?

--Evie, reacciono hace unos minutos. Esta despierta. Se recuperara. -dijo tomándolo de los hombros con una gran sonrisa. Blancanieves se acercó a ellos y abrazo al médico con fuerza por la felicidad que acababa de llenarla, mientras el chico y la peli aqua marina salían del shock, pero luego de unos segundos salieron corriendo a la habitación de Evie, quien los recibió con una sonrisa.

--Hola -dijo con vos suave pero sin borrar su sonrisa.

Se acercaron a ella muy sorprendidos, cuando Jay estaba lo suficientemente cerca, le tomo la mano como con miedo de que no sea real.

--¿Evie?

--Sí, soy yo. Desperté.

Los ojos de Jay volvieron a llenarse de lágrimas, esta vez, de alegría. Y de tan feliz que estaba la abrazo con fuerza sin importarle la incómoda posición en la que se encontraban para separarse luego de varios minutos.

--¿Esa es mi hija?

--Si -Uma se acercó a ella, también con una sonrisa y le entrego a su pequeña.

--Es hermosa... ¿Cómo la llamaron?

--Evie Sofía, él y Mal eligieron.

--¿Evie? ¿Por qué?

--Creímos que no despertarías, y quisimos que tu hija llevara tu nombre, es igual a ti excepto por los ojos así que queríamos que tuviera algo de mamá para toda la vida.

--Bueno, me encanta. -Volvió a mirar a su hija quien había despertado y grande fue la sorpresa que se llevó de estar en brazos de su madre nuevamente por lo que ahora incluso soltaba algunas carcajadas muy tiernas mientras se aferraba con fuerza a la bata de Evie. Le dio un besito en la frente y la acurruco en su pecho antes de darse cuenta de la falta de alguien muy especial. --¿Dónde está Mal?

--En la sala de partos, teniendo a su hija. -La sorpresa de inmediato se reflejó en el rostro de Evie acompañada por una gran sonrisa.

--¿Oíste eso pequeña? Ya eres hermana mayor -Sofía sonrió en grande.

Mientras, en la sala de partos del hospital, el parto de Mal no iba precisamente bien, el bebé no estaba en posición y seria mucho peor si seguía el parto, por lo que debían hacerle cesárea.

La sedaron de la mitad de la espalda para abajo y comenzaron con el procedimiento. Digamos que la nueva mamá no estaba precisamente tranquila, estaba sola, en una habitación fría mientras le abrían la panza para sacar a su bebé prácticamente con urgencia. Esto la asustaba muchísimo, necesitaba a su Evie más que nunca pero según lo que sabía, ella ya estaba muerta, la sorpresa que se llevaría al salir de allí.

Tres horas tardaron en terminar la cesárea, había sido un poco más complicada de lo usual por lo que a Mal le quedaría una horrible cicatriz en todo el vientre, pero valía la pena. Ya estaba en su habitación junto a su pequeñita cuando todos fueron a verlas. Pero al notar que no traían a Sofía se alertó y preocupo mucho.

--¿Dónde está?

--¿Quién?

--¿Cómo quién? ¡¿Dónde está Sofía, Uma?!

--Tranquila, esta con su mamá.

--Qué alivio... ¡¿Qué?!

--Mal, Evie despertó, vendrá a verlas en un rato.

--Si esto es una broma, me lo pagaran muy caro.

--No es ninguna broma, Evie esta despierta. Sobrevivió.

Es el fin.