Rompimos... ¡¿Devie?!

Capitulo 16

El beso continuo profundizándose cada vez más, en cada movimiento se tornaba mas apasionado, las manos traviesas de Evie se introdujeron en la remera de Mal y comenzaron a acariciarla con sutileza logrando que la dueña de esa tersa y blanca piel soltara un pequeño suspiro de placer mientras se dejaba besar y acariciar, solo espera que esto no llegara a mas, no quería que la peli azul sintiera que estaba de acuerdo con lo que se había hecho, además de que tenía miedo, no había dejado que Ben le diera su primer beso siquiera hasta seis meses después de haber comenzado a salir, ¿e iba a perder su virginidad con su mejor amiga? Claro que no, no iba a dejar que eso pasara.

Por ello, cuando empezó a sentir que los suaves besos de su amiga bajaban por su cuello, a pesar de que lo disfrutaba ligeramente, intento apartarla.

--E Evie. N no qui ahh quiero, déjame. -su respiración comenzó a agitarse al sentir como acariciaba sus piernas hasta casi rozar su intimidad, se tensó esperando que captara la indirecta.

--Tranquila, lo disfrutaras, créeme.

¿Qué le crea? Esa chica nunca había tenido sexo porque quisiera con nadie, definitivamente no sabía lo que era disfrutar de esto, ¿y quería hacerla disfrutar a ella? Aunque lo que no podía negar es que si sabía dónde y cómo tocarla para hacerla gemir de placer.

--Evie... por favor... ahhh -gimió con fuerza al sentir un dedo de Evie tocarle su intimidad por encima del pantalón, el cual comenzó a quitárselo lentamente - ¡Basta! ¡Por favor! No quiero. -La más alta la cayo dándole un beso para luego quitarle la remera por completo causando un gran sonrojo de parte de la peli morada, era la primera persona en toda su vida que la veía así y eso la avergonzaba. Cuando estaba por volver a besarla Mal la detuvo mirándola algo asustada -Evie, por favor, basta, no quiero

--Mal, no me detendré. -volvió a besarla, esta vez en el escote, justo entre sus pechos, liberándole un gemido. Aunque estaba asustada, debía admitir que lo disfrutaba, los labios de la chica se movían como profesionales sobre su cuerpo, sus manos la hacían sentir en la gloria, incluso sus piernas le acariciaban las propias con gran habilidad. Tal vez esto no sería tan malo.

Le quito el sostén y lo arrojo lejos para luego empezar a lamer y chupar uno de sus senos mientras con jugueteaba con el otro, logrando un mundo de sensaciones completamente nuevas para Mal, sensaciones embriagantes y exquisitas que lograban que soltara gemidos que llenaban a Evie impulsándola a seguir. Con su otra mano, bajo ligeramente las bragas de la chica, comenzó a masturbarla jugando con su clítoris suavemente y enterrando sus largas uñas ligeramente entre sus labios vaginales causando aún más gemidos y gritos.

--¡Evie! De detente ahhh detente mmmm -La mencionada sonrió y le mordió ligeramente el pezón excitándola aún más mientras le pellizcaba el otro.

Siguió jugueteando con su centro hasta que sintió que ya estaba lo suficientemente húmeda, introdujo uno de sus dedos en ella, soltándole un grito que, calló con un beso apasionado mientras tocaba y estimulaba su punto G soltándole gemidos ahogados de placer y dolor ya que tenía las uñas demasiado largas, a cualquiera le dolería eso.

Uno o dos minutos después introdujo otro dedo causando otro gritito. Esta vez los introdujo aún más profundo hasta que sintió una barrera, tomo algo de fuerza, la beso para que no la escucharan gritar y rompió su himen, tomando su virginidad y provocando que saliera algo de sangre de ella, pero nada de qué preocuparse.

Comenzó a estocarla de a poco a la vez que seguía estimulándola.

--¡Ya basta! ¡Por favor! -haciendo caso omiso a los gritos de que parara siguió hasta que Mal llego al orgasmo a pesar de no querer.

Luego de llegar a la cúspide, Evie la cubrió con una sábana y se recostó a su lado dándole un beso en la frente.

--Evie ¿Por qué me hiciste esto? -algunas lágrimas asomaron por sus ojos, a pesar de haberlo disfrutarlo, no quería hacerlo, y que técnicamente la haya obligado, le dolía, aunque sabía que mañana la dueña de su virginidad no recordaría nada, quería aclararse esa duda.

--Porque te deseaba desde hace mucho. Deberías dormir, yo te cuido.

--En ese estado no cuidaras a nadie, duerme tú, yo me daré una ducha.

--¿Puedo ir contigo?

--¡NO! Ya fue suficiente con lo que me acabas de hacer -dicho eso, como pudo por el dolor fue hasta el baño, mientras Evie la miraba confundida, luego se recostó y en menos de dos minutos ya estaba dormida, efecto secundario del alcohol en sangre.

Mientras la peli azul dormía, Mal lloraba, no esperaba eso, le dolía lo que le hizo, literalmente, seguía sangrando un poco y no sabía que significaba, quizás la había lastimado y tenía miedo por ello. Definitivamente nada volvería a ser igual entre ellas.