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S i n c r ó n i c o (IV)

Fue más fácil de lo que esperaba. En realidad muchísimo. Hasta una infundada teoría sobre como el universo pareciera estar confabulado con su causa, se formaba débilmente en su cabeza. Él hace un plan perfectible, propone una ofensiva, y luego la naturaleza lanza centros que por supuesto, él va a convertir.

Así que sí. Ella le observaba con sus ojos cafés bien abiertos esperando una respuesta. En realidad habían pasado ya los segundos en los cuales una persona puede demorarse en contestar y seguir pareciendo... cuerda. Pasó un minuto. No connotativo, literal. No era eso de "se sintió como una eternidad". No, no.

Un minuto completo de silencio cargado de significados. Porque, como dijo Watzlawick "Es imposible dejar de comunicarse" (ya saben, por que todo comportamiento es una forma de comunicación y no existe el "anticomportamiento" o algo parecido) y obviamente él enviaba señales de todos tipos a una impaciente pero amorosa y comprensible Uraraka. Una postura encorbada, un suspiro, una mirada al cielo, un cambio de posición, un seño elevado en muestra de angustia, un nervioso juegueteo de manos... No era necesario abrir la boca y ¡Por Dios que no lo haría aún!

No hasta que Él llegara.

Entonces sucede. Momento de sincronía perfecta, porque abarca todo el significado de la palabra: en cuanto a la coincidencia rítmica, pero también al tipo de análisis: sin considerar la evolución en el tiempo de dicho suceso.

Por supuesto que los involucrados no van a conciderar la historia detrás de este comentario que ha dejado caer, a forma de confesión.

¿Alguien vio Memento? Denki espera que sí, porque la situación actual solo puede ser entendida a través de una especie de muy cutre tributo explicatorio:

3 minutos antes:

Ochako va entendiendo todo. Bueno, hiperbólicamente hablando. Entonces viene la pausa más tortuosa de su vida, porque sabe que el chico frente a ella quiere decir algo muy importante, pero le está costando sudor y sangre. Lo ve complicado (Por All might ¡cuantas ganas de alentarlo!) pero se ha comprometido a un voto de silencio hasta que termine el monólogo.

Y entonces ve una mirada diferente en él. Un brillo especial en sus ojos. Un enrojecimiento de su cara. Pero antes de siquiera hacer el ademán de voltearse hacia la puerta para ver qué o quién causó ese cambio, las palabras salen de su boca, con determinación y poder.

"...Estoy enamorado."

Mientras las piezas del puzzle se acomodan en su cabeza, solo puede emitir un sonido de sorpresa mientras sus pequeñas manos llegan hasta su boca.

4 minutos antes:

Tener que volver por una situación tan estúpida era un martirio. Todo por un puto manga.

Con curiosidad observa que desde afuera del salón se pueden observar dos figuras dentro, pero hay un silencio completo. Demasiado silencio, sospechoso. Entonces, antes de entrar para recuperar el objeto en cuestión logra identificar las dos figuras (¿Qué mierda hacen esos dos juntos ahí, solos?).

Su cuerpo se desconecta de su cerebro cuando escucha la única frase que profiere el eléctrico, rompiendo el silencio.

(Se supone que había una razón...)

No recuerda ningún otro momento en dónde haya visto a ese ser humano estar tan avergonzado por algo. Si lo aplastara, seguro se haría ketchup. Quería aplastarlo.