—No es lo mismo...—soltó Henry manteniendo el ceño fruncido.—¡claro que lo es! No tengo ningún problema con Christina, al contrario, quiero ayudarla ¿lo olvidas?—
Por dentro, sabía que eso no era del todo cierto. Yo SÍ tenía un serio problema con ella.
—¿entonces por qué estás tan... así?—
—¿así cómo? ¿enojada? Henry, acabas de echar a mi amigo del cuarto.—
—¿es tu amigo?—
—Sí... supongo.—sacudí levemente la cabeza—. Eso no es importante, lo que sí lo es, es que quieres defenderte con la excusa de "respetar los horarios", pero tú fuiste quien rompió esa norma primero al tener a Christina en el cuarto ayer.—
—En ese caso, sí es diferente. Yo a ella le tengo un gran aprecio.—
—Yo a Noah también le tengo un gran aprecio.—Henry entrecerró los ojos.
—Eso es imposible, lo conoces hace 10 minutos.—
—Corrección: 4 horas. Como sea, el tiempo no tiene nada que ver con nada. A ti te conozco hace 6 malditos días y te quiero muchísimo.—al ver como el chico abría los ojos sorprendido, me di cuenta de lo que había dicho.
Vamos, cuerpo. Es el momento ideal para sufrir una oportuna convulsión...
Pero no, ni una convulsión ni ninguna otra cosa me salvó de ese incómodo momento.
—... ¿lo dices en serio?—
—Escuchaste mi conversación con Peter, supongo que tú ya sabes eso... como sea, ¿por qué discutimos sobre eso? Estábamos peleando por otra cosa.—bufé frustrada.
Para mi sorpresa, Henry rió.
Diablos, su risa era tan dulce y melodiosa...
No tardé en reír con él.
—¿qué te parece una ofrenda de paz?—soltó Henry lanzándome una caja de colores pastel.
—¿de dónde los sacaste?—los revisé emocionada.
—Mamá me los compró hace tiempo pero nunca los usé. Ayer me acordé de ellos y le pedí que me los trajera así te los daba a ti, sin duda les darás un buen uso.—
—Gracias, Henry.—le dediqué una sonrisa, a lo que él sonrió también.
Tomé mi libreta y comencé a garabatear cosas variadas con mis nuevos colores.
—____...—
—¿si?—solté sin despegar la vista de la hoja.
—¿qué te pareció mi dibujo?—lo miré nerviosa—. Solo dijiste que te gustó y nada más.—
—Me encantó. Realmente dibujas genial, Henry.—volví a mirar la hoja.
—¿y la nota?—dejé de dibujar.
____, cuidado con lo que respondes...
—Henry...—comencé a dibujar nuevamente sin demasiadas ganas—. Creo que me gustas... CREO. Pero tú tienes a Christina y ustedes ya tenían... "algo" antes de que yo llegara. No me gustaría aparecer y hacer incómoda la situación para nadie, así que... olvídalo ¿si? Sigamos siendo unos simples compañeros temporales de cuarto que se llevan bien y listo.—
—Esta bien...—
No quería despegar la mirada del cuaderno, realmente no me atrevía a mirar a Henry.
Di vuelta la página del libro y tomé una lapicera dispuesta a escribir.Día 6
Me siento para la mierda.
Y no, no es por el estúpido coágulo en mi cabeza. Es por algo tan simple y complicado como los sentimientos, el amor para ser exactos.¿quién demonios me manda a enamorarme de Henry? ¿por qué él? ¿por qué no mi vecino de toda la vida? ¿o el hijo del jefe de papá?
Al menos a ellos los conozco desde hace más de 5 días.
Pero no, tengo que enamorarme de un chico que, además de que no tiene una esperanza de vida muy larga, ya tiene a una persona especial.¿qué se supone que haga? ¿llegar de la nada y decirle a Christina "lárgate, lo conozco hace 5 días y lo quiero para mi"?
No lo creo, así no funciona la cosa.
Intenté convencer a Henry de que todo esto era una confusión, un malentendido. Pero no creo que él se haya creído mi mentira.¿cómo voy a convencerlo si ni siquiera yo puedo convencerme?
ME GUSTAS, HENRY CARPENTER. AUNQUE MI "YO" REAL TE DIGA LO CONTRARIO... ME ENCANTAS.
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~° 11 Days With Henry Carpenter (The Book of Henry) ~
FanfictionCuando creía que todo sería una mierda, cierto chico de ojos azules entró a la habitación, seríamos compañeros de cuarto. Desde ese momento, algo realmente mágico nacería entre ambos, una complicidad y sentimiento tan profundos, que cualquiera creer...