Día 7 (1/2)

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—Hoy... ¿quieres acompañarme?—soltó Henry mientras dejaba mi libreta sobre la cómoda—. Sólo tengo que terminar de grabar una cinta y luego guardar la grabadora en casa, será algo rápido.—

Aquello no me convencía demasiado.
La situación ya se había vuelto algo rara con Henry y esto... simplemente no me daba buena espina. Pero realmente quería que todo sea un poco más tranquilo entre ambos, así que acepté.
Apenas unos minutos después de que Lena viniera a darnos las buenas noches, salimos del hospital.

°•°

—Hola, mamá. Esta es la última grabación.—miré a Henry, quien había sacado una grabadora de su mochila y comenzó a hablar solo—. ____ y yo vamos rumbo a casa, terminaremos las últimas cosas... De verdad me gustaría estar ahí contigo, pero ya sabes... no siempre se puede conseguir lo que queremos.—el chico me miró fijamente antes de cortar la grabación.

—¿ya... terminaste?—Henry asintió mientras guardaba el pequeño aparato en su mochila.

Caminamos un rato más hasta que llegamos a la casa. Sin perder demasiado tiempo, bajamos al sótano.

—¿cómo sabrá tu madre que tiene que venir aquí?—solté mientras llegaba al pie de las escaleras.

—Todo esta en mi libro, ella sabrá qué hacer.—

Mientras Henry hacía lo suyo, revisé vagamente el lugar.
Juguetes, muebles, decoración de festividades y todo tipo de cosas colmaban el sótano hasta el techo. Por casualidad encontré una guitarra entre las múltiples cajas.

—¿es tuya?—Henry me miró mientras terminaba de cerrar la caja.

—De mamá, pero no la usa mucho.—se acercó a mi—. ¿tú tocas?—

—Un poco, pero sólo lo hago cuando estoy sola.—

—Genial, otro objetivo que cumplir antes de morir: verte tocar la guitarra.—sonreí.

—¿terminaste tus cosas?—

—Sí, ya es hora de volver.—

—Aún es temprano.—miré la guitarra—. ¿quieres... que toque un poco?—levanté levemente el instrumento.

—¿de verdad?—asentí—. ¿también cantarás?—

—Sigue soñando...—

—Bueno, lo intenté.—

—Vamos afuera, no hagamos ruido aquí.—

Ambos salimos y nos sentamos algo alejados de la casa.
Como no recordaba muy bien cómo tocar, inicié de forma tosca, para luego ir tomándole el ritmo poco a poco.
Henry cerró sus ojos, parecía algo ido, pensativo. En cuanto sentí su cabeza recostarse en mi hombro, me puse demasiado nerviosa.

—¿tú... tocas?—solté intentando calmar un poco el ambiente.

—No mucho, mamá intentó enseñarme pero simplemente no me llamaba la atención.—

—¿quieres intentarlo?—Henry hizo una mueca y se encogió de hombros.

Tomó la guitarra algo inseguro y comenzó a tocar melodías algo desafinadas pero aún así disfrutables.

°•°

El sol comenzaba a salir cuando decidimos volver al hospital. Guardamos la guitarra y emprendimos el viaje de vuelta.

—____...—volteé a mirar a Henry, quien estaba unos pasos detrás de mi—. Gracias.—

—¿Por qué?—

–Por estar siempre conmigo. Aunque tengamos discusiones el 80% de las veces, eres una de las personas que más quiero y realmente... Estoy muy agradecido de haberte conocido antes de... irme.—

En ese momento, recordé aquel día donde hicimos nuestra primera excursión nocturna, en donde abracé a Henry sin siquiera conocerlo demasiado.
Pero ahora ya no éramos extraños, por lo que el abrazo que le di en este mismo instante fue mucho más profundo que el de aquella vez.

—Te lo dije antes y te lo repito... Tú no morirás, Henry.—solté sobre su cuello.

El chico no dijo nada, simplemente me abrazó con fuerzas.

~° 11 Days With Henry Carpenter (The Book of Henry) ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora