Querida socia |Aguslina/Agusnere|

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Y la vi entrar con su traje de novia, con sus ojos azules cristalizados por la emoción pero a mi no me generaba nada, absolutamente nada. Suspire pesadamente, juge con mis manos nervioso y pensé en que no me quedaba de otra.

—Estamos aquí reunidos—el padre comenzó a hablar y yo no me di cuenta en que momento Valentina se puso a mi lado, los nervios y las ganas de salir corriendo se estaban apoderando de mi—para unir en santo matrimonio a esta hermosa pareja joven, Agustín y Valentina

Y sentí desfallecer en ese mismo momento, no sabía si era por el calor o por que la palabra matrimonio me aterrorizaba. El padre siguió hablando y yo no le prestaba la más mínima atención y es que todo esto de unirnos ante Dios me parecía tan innecesario.

—Agustín Bernasconi—ese era
yo—¿Acepta por esposa a Valentina Zenere para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe y aún después de esta?

¿No es mucho tiempo? Puff después de la muerte ¡Exagerado!

—Si, acepto—había una vocecita en mi cabeza me decía que salga corriendo de ese lugar gritando que son una manga de interesados todos y que esto del matrimonio no me interesa lo más mínimo y que joder no tengo ni puta idea que es amar y por si todo eso fuera poco estoy pecando ¡Por el amor de Dios!
—Valentina Zenere—el padre la miro, era como si me estuviera casando con un ángel—¿Acepta por esposo a Agustín Bernasconi para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe y aún después de esta?
—Si acepto—respondió ella sin vacilar y yo que un poco más y casi salgo corriendo

Nos colocamos los anillos y ya no había vuelta atrás, estábamos casados.

—Entoces los declaró marido y mujer—exclamó el padre—puede besar a la novia

Me acerque a Valentina y apenas rozamos los labios, pero ella me tomó de la nuca y me obligó a besarla con más intesidad ¡Es que la apariencia es lo que importa por eso estamos acá!

[· · ·]

Una semana después

—¡Fue el día más estresante de mi vida!—exclame mientras ella acariciaba mi rostro—Me hubiera gustado poder faltar a mi propio casamiento
—No exageres bebe—dejó escapar una risa
—No lo hago conejita—murmure
—Decile a mi socia—siempre me hacía lo mismo, llamaba socia a Valentina porque compartían un mismo hombre ¡A mí!—Que se quede con su traje de boda, su casamiento de cuarta mientras yo me quedó con la pasión, el fuego que hay cuando estamos en la cama y que nunca va a tener
—¿Hace cuanto estamos así Caro?—pregunté, es que ya
había perdido la cuenta
—¿Cuatro, cinco años?—pregunto al aire
—Hace seis que estoy de novio con la barbie—pensé en voz alta
—Entonces cuatro—respondio con una sonrisa—y hace una semana que estas casado con ella

Nos empezamos a reír, ella era mi amante de hace años y mi mejor amiga, la única a la cuál le confiaba todo.

¡Nueva novela!
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Las quiero💕