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Amaneció. Otro día más para seguir asistiendo al colegio. La suerte que ya casi acabo y me iré a la universidad, voy a vivir una vida diferente a la que tengo.

Me pongo rápidamente mi ropa y bajo a desayunar.

— Buen día— saludo a Alison.

— ¿Vas a contarme que hicieron tú y Richard anoche?— ella pregunta molesta.

— ¿Por qué estás molesta?

— Por nada— ella toma su mochila y se va.

— No entiendo porqué te pones así— le grito—. ¡Inmadura!

Termina yéndose bien molesta. A ella no le he hecho nada, y si fue por lo de Richard, no hubo necesidad de ponerse así, ella no tiene nada con él.

Ya estaba bien molesta que se me quitó el deseo de desayunar. Tomo mi bolso para irme al colegio. Escucho las bocinas de una moto detrás de mí.

— ¿Qué quieres?— me giro a ver al chico en la moto ninja, llevaba un chaleco negro apretado y un casco.

— Te llevo— me dice.

— No gracias— seguí caminando.

Seguía insistiendo detrás de mí.

— ¿Podrías dejar de seguirme?— le encaro.

— No pensaba que te ibas a molestar pulguita— el individuo se quita el casco y resultó ser el estúpido, idiota e indeseable de Richard.

— ¿Eras tú?— rodé los ojos.

— ¿Y quién pensabas que era?— se rió.

— Un ladrón.

— Te aseguro de que nadie te va a querer robar, estás más pelada que un mendigo.

— ¿Y quién te lo asegura?

— No perdamos tiempo pulguita— me pasa su casco—. ¡Sube!

— No quiero irme contigo, prefiero irme sola.

— Ponte el casco y sube— me ordenó.

— Yo no soy tu títere para que me estés poniendo en donde tú quieras que esté— le devuelvo el casco.

— Como digas— arrancó y se atravesó con la moto en mi camino—. ¿Quisieras ir conmigo al colegio mi pulguita?

— ¡NO!

— Te espero allá— me guiña el ojo.

Arrancó bien fuerte. Juraría que si hubiese estado allí hubiese caído explotada y ni el médico chico me salva.

Entré tarde al salón. Odiaba llegar tarde, una de las razones principales es que todos ponen su atención en ti, mas cuando eres la primera en llegar.

— Tarde Malena— me dice el profesor.

— No volverá a pasar.

— ¿Me esperas fuera?

Asentí. Me di cuenta de que Alison se estaba riendo por lo bajo y sabía que era de mí.

Esperé por una hora que el estúpido profesor saliera del aula.

— Malena— por fin sale—. Estoy muy decepcionado con usted.

— Ni siquiera sabe qué me pasó, no hubo una razón para sacarme así.

— A ver Malena, ¿qué le pasó?— se cruza de brazos esperando una respuesta coherente.

— Un tipo en una moto quería robarme— dije rápidamente—. Y me tuvo barada un buen rato, pero gracias al cielo no me hizo daño ni me borró.

— Eso se escucha feo— se queda pensativo—. Para la próxima trate de que nadie la distraiga.

— Ok— aún no comprendo como salí de esta tan rápido.

— ¿Y qué excusa le diste para salir?— Alison salió de detrás de la puerta, riéndose.

— Solo le dije la verdad.

— Por favor Malena, nos conocemos. Yo te conozco más que nadie, por lo que eres un mentirosa, quita novio y todo lo que se le pueda agregar.

— ¿Perdón? ¿Cuándo me haz visto a mí en todos los años que llevas conociéndome, robarle el novio a alguien? Porque yo te aclaro, no he tenido un novio nunca en mi vida, lamentablemente. Así que no tienes el porqué hablarme de esa manera.

— Yo te hablo como quiera Malena, porque te recuerdo que estás arrimada en mi casa hasta que consigas a alguien que te quiera.

— No pensé que me ibas a salir tan perra, Alison.

Salí de allí antes de que la agarrara y la desnucara. Jamás pensé que ella sería una falsa, durante todos estos años se hizo la buenita conmigo pero solo resultó ser una perra más.

Fui a uno de los callejones del colegio, donde habían bandas de esas que fuman, se drogan, toman alcohol y tienen sexos en los pasillos. Era un lugar peligroso, todos vestidos de negro, pero era allí donde podría encontrar a Richard.

— ¿Qué estás buscando aquí nena?— una loca con pelo de colores y mal olor en la boca me toma por el cuello.

— A Richard— dije asustada. Tenía un pequeño cuchillo en su mano.

— Suéltala— Richard sale de un pequeño atajito y la empuja.

Me toma fuertemente del brazo y me saca de allí.

— ¡¿Acaso estás loca?!— me grita—. ¿No te das cuenta que te hubiese podido matar?

— Solo quería verte.

— ¿Qué quieres?— se pone nervioso.

— ¿Qué estabas haciendo en ese lugar?— pregunto de curiosa.

— Te vas a enterar en 6 días— una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.

— ¿Pediste condones para hacerlo conmigo?— me burlé.

— Ya tengo los que usaré contigo y no, no era nada de eso. Es algo de lo que te vas a enterar después. Ahora dime porqué viniste hasta acá.

— ¿Podrías sacarme de aquí? Necesito distraerme un poco, no me siento bien— le digo con vergüenza.

— ¿Te saco a pasear en mi moto?

— Si es necesario.

— Deberías cuidarte. Toma— me pasa el famoso casco—. Úsalo bien, no vaya a ser que se te vuele la cabeza y tu cuerpo se quede en la moto.

— Eso no va a pasar— me pongo el casco.

— Vamos— me toma del brazo.

Nos escapamos del colegio, en fin, eso ya no importa, ya no estaré en el colegio y no creo que me hagan nada ya quedando una semana.

Llegamos a donde estaba la moto.

— Súbete pulguita— lamentablemente no podía subirme en eso tan alto y Richard me cargó por el trasero para subirme.

— Gracias— reí.

— ¿A dónde quieres que te lleve?— sus ojos brillaban, su pelo largo se movían con el viento, se veía tan perfecto.

— Llévame a un lugar en donde pueda estar tranquila, útil para pensar— dije.

— Sin duda, tengo el lugar perfecto para ti— me sonrió.

Arrancó en la moto, me sentí más en el suelo que arriba.

— ¡Sostente de mí!

Me abracé a su espalda. Por un momento me sentí segura estando con él.

Antes de Todo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora