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— Despierta— Richard me espanta.

— ¿Qué sucede?— me levanto anonadada.

— Te dormiste ayer y no quise molestarte.

— Estaba muy cansada— suspiré.

— Mis padres quieren conocerte— el corazón se me aceleró al escucharlo—. Están orgulloso de mí.

— ¿Por qué?— le observo. Está bastante emocionado.

— La primera chica que no llevé directo a mí habitación— rió.

— Pero quisieras llevarme— rodé los ojos.

— En 5 días te prometo que vas a ser mi mujer— se acercó a mí, sintiendo su respiración bastante cerca—. Y lo que prometo, cumplo.

— Ya veremos si se va a cumplir— le tiro la almohada en la cara.

— Ya vistete, que mis padres nos esperan para el desayuno.

— De acuerdo.

Me levanté de mala gana y me vestí.

Subí y Richard me estaba esperando nervioso.

— ¿Qué pasa?— le pregunto.

— Tengo vergüenza— me mira vergonzoso—. Nunca antes había hecho esto, tengo miedo.

— No debes preocuparte por nada, tu familia no va a echarme porque no les guste.

— Sé que no lo harán pero igual tengo miedo.

— Vamos— le doy mi mano.

Richard me dirigió hacia la mesa donde estaban sus padres y sus dos hermanos.

— Hola— me saluda su mamá con un beso en la mejilla—. Eres muy bonita.

— Gracias— respondo tímida.

— Es un placer— me sonríe su papá.

— ¿Hace cuánto estás saliendo con Richard?— su madre me pregunta y me puse nerviosa.

— Hace 2 días— responde Richard por mí.

— ¡Maravilloso! ¡Muchas felicidades chicos!— nos abraza—. Se nos hace tarde, tenemos que salir.

— No hay problema— Richard le dice.

Sus padres salieron, se veían muy apresurados.

— ¿Desayunamos?— Richard me acompaña a la mesa, como todo un caballero.

— Se ve todo rico— miro las galletas de chocolates que estaba sobre la mesa.

— Mi mamá es una experta preparando estos tipos de cosas— rió.

— ¿Y tus hermanos? Hace un rato estaban aquí y ya no los veo.

— Se fueron con papá y mamá, fue que no te diste cuenta.

— ¿O sea que estamos solo?

— ¿Tienes miedo?— puso una mano en mi pierna, haciendo que sintiera una corriente extraña por todo el cuerpo.

— No te pases Richard— quite su mano de mí pierna, y él siguió comiendo.

— Te espero fuera— salí a esperarle.

Me quedé un rato esperándolo, sabía que lo hacía de maldad.

— ¡Hey!— me giré y Alison me estaba llamando—. ¿Entonces ahora te mudaste dónde Richard?

Le di una mala mirada y no le respondí.

— ¿Qué hiciste para que te dejara pasar la noche ahí? ¿Tu virginidad?

Seguía ignorandola. Me estaba incomodando mucho pero no me iba a rebajar a contestarle a estúpidas como ella.

— Digo, porque Richard solo busca chicas con buen cuerpo y tu no tienes ni la mitad. Sabía que me envidiabas por eso.

— ¿Alguien pidió tu opinión?— Richard le pregunta saliendo.

— Hola— ella sonríe pícara.

— Vete a coquetearle a otro, yo ahora estoy sabiendo con Malena y no pienso engañarla.

— ¿Tan bajo haz caído?— rió.

— Al menos no soy tan falso como tú— Richard le calló la boca, ella solo se fue al colegio y Richard encendió su moto y me subí y nos fuimos.

Llegamos de una vez al colegio.

— Te paso a buscar a la salida.

— ¿A dónde vas?— me di cuenta que tenía planes de irse a otro lado.

— Por ahí, luego te cuento.

— No quiero que te vayas, te necesito.

— Tranquila, Alison no va a molestarte, ya lo arreglé todo.

Arrancó. ¿Arreglarlo todo? ¿A qué se refería?

Caminé hacia el salón. Alison se paró en frente a la puerta sin querer dejarme pasar.

— Yo no voy a permitir que Richard me diga esas cosas. Ahora que él no está no serás capaz de defenderte, te conozco bien, eres bien pendejita.

— No te tengo miedo Alison.

— ¿Ah, no?— rió como una chiva.

De repente apareció una de las amigas de Richard, de esas que están llenas de tatuajes y peinados de góticos.

— Mira teñida— se le acerca a Alison y la toma por el cabello—. Con la nena de Richard no te metas porque te dejo pelada.

— ¡Ya sueltame!— Alison gritó como loca.

— Ok, te suelto— la suelta—. Por si acaso, me quedaré aquí vigilando por si intentas hacerle algo.

— No va a pasar nada, te lo prometo— Alison se va corriendo al baño.

— ¿Richard te pidió que hicieras esto?— me quedé asustada.

— Sí— me mira con asco—. Simplemente le estoy ayudando porque se nota que te quiere.

— ¿Eso crees?— me burlé.

— Conozco a Richard de toda la vida— me encara—. Y jamás ha hecho algo así por una chica.

Se va y me deja sola.

Salí fuera, no tenía ganas de tomar clases hoy, ni aunque quedaran 5 días de clase.

— Sabía que no te ibas a quedar— me dicen a lo lejos y al ver era Richard en la moto.

— Y yo pensaba que te habías ido— dije.

— Creo que ya te conozco— me dio una mirada hermosa, como esas que dan los chicos enamorados—. Quiero que vayamos a un lugar.

— ¿A dónde?— pregunto curiosa.

— Es una sorpresa— me guiña el ojo.

— ¿Por qué haces esto por mí Richard?— me acerco a él.

— Porque me atraes mucho Malena— me mira y por un momento él unió sus labios con los míos.

Esta vez no quería que parara, era loco que alguien como yo le atrayera en tan poco día pero no tiene nada que ver, porque creo que él me atrae a mí también.

Antes de Todo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora