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— Lo siento Malena— toma sus cosas—, pero ahora no estoy preparado para eso.

— ¿Acaso tú necesitas estar preparado para eso?— reí—. Eres más experto que yo, haz estado con muchas mujeres, sabes como es que se debe de tener sexo y ahora me saltas con que no estás preparado para eso, ¿acaso estás bromeando? ¿O te estás burlando de mí?

— Ninguna de las dos cosas Malena. No te he llevado a la cama por respeto a ti. Eres distinta a las demás, tu tienes algo de especial que me hace respetarte. Y no quiero hacerte daño Malena, entiende, lo digo en serio, no quiero hacerte daño.

— Está bien Richard... ¿Sabes qué? Mejor olvidalo. Lo que te dije recién y lo de tener sexo conmigo pues, no va a pasar nunca.

Salí de la habitación molesta. Richard salió corriendo tras de mí.

— ¿Te vas a poner así por eso Malena? De verdad que no entiendo a las mujeres.

No le di importancia a lo que estaba diciendo y me dirigí a salir del apartamento. Pero Richard me apretó fuertemente del brazo para que no pudiera salir.

— Vamos a hablar como dos personas maduras Malena— me miró enojado, nunca en el tiempo que lo llevaba conociendo lo había visto tan enojado así.

— ¿Qué quieres?— parecía estar distante.

— ¿Qué prefieres Malena? Que tenga relaciones sexuales contigo, ahora no porto un condón, y aún así quieres estar conmigo, salgas embarazada y yo como soy un loco puede que te deje abandonada o, que esperemos pacientemente el momento, nos protegemos y no pasa nada de peligro.

Yo me quedé totalmente en silencio. Richard se empezó a incómodar esperando una respuesta.

— ¿Me vas a decir Malena?— se empezó a inquietar más de la cuenta.

— Esperemos otro día mejor— respondí molesta.

— Ya me voy— me da un beso en la mejilla—. Disfruta tu apartamento. Nos vemos mañana.

— Chao— cerré las puertas.

Me puse a observar el pequeño apartamento. Me recosté en la cama y no quise saber más de mí.

•   •   •

Ya habían pasado dos días desde que Richard trajo mis cosas. No había vuelto al colegio pero hoy, como es el último día tengo que ir. Además, hoy hay que entregar el trabajo de Biología que debía hacer con Richard y nunca hicimos.

Llegué al colegio toda aburrida. Y como en los últimos días, todos me miraban mal, algunos se burlaban de mí. De seguro todo tiene que ver con Alison, ella debe de estar detrás de todo esto.

— ¡Mi novia!— Richard corrió hacia mí y me dio un beso en los labios.

Todos se quedaron sorprendido y la mayoría de las personas dejaron de burlarse de mí, por temor a Richard.

— ¿Por qué hiciste eso?— susurré.

— Te extrañé— rió—. No entiendo porqué faltaste tanto. Y no quise llamarte ni ir a visitarte porque pensaba que aún seguías enojada conmigo por lo de la vez pasada.

— No estoy enojada contigo por eso Richard. Mas bien, estoy enojada porque nunca tuvimos tiempo para realizar el trabajo de Biología.

— Tranquila Malena, a personas que no hacen trabajo como nosotros sólo nos queda una sola cosa: repetir el año.

— ¡Ni loca!— grité—. Quiero salir de esta mugre de colegio. Quiero ir a la universidad.

— Serás una excelente abogada— me guiñó el ojo.

— ¿Cómo sabes que quiero ser abogada?

— Dicen que a las personas se les nota lo que quiere ser. Y a ti se te nota mucha mi amor— me tira un beso en el aire y siguió caminando como tipo rudo por el pasillo.

Rodé los ojos y caminé tras él. En el aula me guardó un asiento a su lado.

Él entrelazó su mano con la mía. El grupo de Alison y sus nuevas amigas chismosas y lleva vida me miraban con odio. Por un momento pensé que a ellas les gustaba Richard. O Alison me tenía tanta envidia porque Richard se fijó en mí y no en ella.

— Bien chicos— el profesor de Biología entró al aula—. Hoy es el último día de este año escolar.

Todos hicieron una bulla que espantaron al profesor.

— Eso no me lo esperaba— puso la mano en su corazón asustado.

La mayoría de los del curso rieron.

— Bien. Saben que para asistir al baile de graduación deben tener el proyecto de Biología ya realizado. El que no entregue no se podrá graduar. Ese es su pasaporte.

— Por tu culpa Richard no nos vamos a graduar— le dije molesta y él solo sonrió.

— Todos pongan su trabajo sobre la mesa y se pueden ir. Nos encontramos mañana en la fiesta a las 7:30 de la noche.

Todos pusieron sus trabajos en la mesa y se iban contentos. Richard se levantó de la mesa. Sacó un sobre y lo colocó sobre la mesa.

— Vámonos Malena.

Salí tras él sin entender nada.

— ¿Qué era eso Richard?

— Nuestro trabajo de Biología— soltó una risilla.

— ¡¿Cómo?! ¿Lo hiciste todo tu solo?

— Sí. La verdad no resultó tan difícil hacer un trabajo.

— ¿Por qué no me habías dicho?— seguía sin entender porqué lo había hecho.

— Quería darle una sorpresita a mi princesa— me besa en la frente.

— Entonces vamos a graduarnos— sonreí.

— ¿Quieres ser mi pareja de baile en la graduación? Mira que estoy ansioso de bailar con tremenda belleza.

— Me encantaría— sonreí embobada.

— Mañana te paso a recoger. Y recuerda que va a suceder después de la fiesta— me guiñó el ojo.

Mis piernas empezaron a temblar.

— De acuerdo.

— Te quiero mucho Malena— me dio un beso en la mejilla y me dejó sola, recostada de la pared.

Me quedé pensando en qué ponerme. Para la graduación debía sorprenderlo y para lo que viene después también.

Antes de Todo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora