Final.

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Hoy me levanté de buen humor. Analicé todo lo que Richard me había dicho después de haberlo intentado, y no pudo. Creo que lo mejor es que lo perdone, él no me quiso hacer daño, quiso que sea feliz y que esté con alguien a quien yo ame y me sepa valorar bien. Es algo que le agradecería mucho. Fui a su casa para pedirle disculpas por lo mal que lo traté. Llegué y no había nadie en la casa, seguro salieron o algo así.

Vi a una vecina podando el jardín y me acerqué.

— Buenos días— saludé a la señora.

— Buenos días hermosa— me saludó cortésmente—. ¿Qué se le ofrece?

— Los vecinos de al lado— señalé la casa de Richard—. ¿Sabe usted a donde están?

— Se fueron— dijo cortante.

— ¿Se fueron? ¿A dónde?

— Tenían planes para irse del país, toda la familia se fue. Los hijos van a entrar a un concurso de canto en Estados Unidos y se fueron para instalarse con tiempo.

Joder.

— ¿Todos se fueron?— quedé algo dolida ante la noticia.

— Sí señorita, ¿acaso está sorda?— dijo molesta.

— N-no. Disculpe señora. Es que...no puedo creer que se haya dicho sin decirme nada.

— ¿El chico del motor, verdad?— sonrió.

— Sí— sonrío.

— Él sabía que venías. Me dejó dicho que te dijera, que si en verdad lo quieres perdonar que vayas tras él.

¿Ir tras él? Eso es lo que debo hacer.

— ¿Hace cuánto se fueron?

— No hace mi media hora.

— Ok. ¡Gracias!

Empecé a correr lo más que pude. Por más que corriera jamás llegaría al aeropuerto.

— ¡Taxi!— paré uno—. Al aeropuerto, por favor.

El taxi me dejó justo al frente del aeropuerto al rededor de 20 minutos. Suerte que andaba con dinero para pagar.

Subí para encontrar a Richard. Pero entre tanta multitud de personas me era imposible. Tenía ganas de llorar.

— ¡¿Malena?!— Yashua me tomó por el brazo.

— ¡Ay gracias a Dios!— lo abracé—. ¿Dónde está Richard?

— Aquí— Richard me sorprende por atrás. Estaba algo cansado, los ojos hinchados como si estuviera llorando, y se veía algo cortante conmigo—. Estás aquí.

— Es obvio— reí—. ¿Por qué nunca me dijiste nada? ¿Por qué me lo ocultaste todo?

— N-no sé. No me preguntes Malena por favor.

— Por eso me compraste el apartamento— ya lo entendía todo.

Sentía un nudo en mi garganta y quería llorar pero debía contenerme.

— Malena, no te pongas así— me acaricia la mejilla—. Yo solo quiero que seas feliz. Perdón por lo de anoche.

— Tu no tienes la culpa. Tú solo querías cuidarme. Perdóname tu a mí por no querer ver las cosas como son desde un principio.

— Malena, eres una chica muy buena, dulce, amable. Te mereces algo mejor, no alguien como yo que tal vez ni te sepa valorar.

— Tal vez todo hubiese sido diferente.

— Enamorate Malena— me soltó una pequeña risa—. Y que sea un buen hombre que te sepa valorar, porque no me importa venir a darle una paliza.

Reí.

— De acuerdo.

— Estudia mucho Malena.

— Ojalá y seas un gran cantante como siempre quisiste serlo. La pasión que sientes por la música te hará llegar muy lejos. Ya verás.

— Eso espero— se entró las manos en los bolsillos y sacó una pequeña cajita—. Para ti.

Tome la cajita y había una hermosa cadena dorado con la inicial R de Richard.

— Es hermosa— dije con lágrimas en los ojos—, gracias.

Me sonrió. Tomó la cadena y me la pulso, hacía una perfecta combinación con mi tono de piel.

— ¡Richard!— llamó su madre—. Hola Malena.

— Hola— saludé.

— Debemos irnos, ¡ya!— su madre le dice y él solo se aprieta los labios.

— Dame unos segundos.

— Ya te vas— dije algo triste.

— Ya me voy— solo asintió.

—  Gracias por estar conmigo en esta semana— dije.

— Te agradezco por estar en mi vida antes de todo. Antes de irme, antes de que tal vez gane el concurso.

— Lo vas a ganar. Ya verás.

— Te quiero mucho Malena— me dio un último beso en los labios.

— Y yo a ti— sonreí.

Siento que una parte de Richard se ha quedado en mi corazón, y que una parte mía el se ha llevado con él. Antes de todo esto que nos pasó entre nosotros nunca pensé que sería capaz de querer a alguien tanto. Incluso, a pocos días de haberlo conocido.

Jamás sacaré a Richard de mi vida. Espero y él jamás me saque de la suya.

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Fin.

Antes de Todo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora