Fin de semana

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La semana se paso muy rápido y Quique y yo salimos después de clases casi todos los días, el viernes se quedó a entrenar con su equipo de basquetball así que no nos vimos, además de eso yo debía ir a casa de Saúl para trabajar en nuestro proyecto, cuando le conté a Quique que haría equipo con su primo Javier, me miro sorprendido.

- El tampoco sabe que salimos, cierto? - le pregunte sin mirarlo.

- No, no lo sabe...y....ciertamente preferiría que no se enterase - me dijo muy pensativo.

- Por que lo dices? No entiendo...

- Escucha, nosotros tuvimos una fuerte discusión hace algún tiempo y ahora no nos hablamos...él es un idiota y no me gustaría que se desquite con mi chica de alguna forma.

Mientras me lo decía yo pensaba qué, efectivamente su primo era un idiota, que tal vez si era capaz de tomar represalias en contra mía, que ser su "chica" era grandioso y sobre todo me preguntaba el porque habían discutido. Supongo que mi cara de "What?" le dijo todo y empezó a contarme la historia.

- Bueno, él no es buen chico...sabes?- empezó a explicar tranquilamente. - le gusta salir con muchas chicas, jugar con ellas, a él no le importa si les rompe el corazón y...hace un par de meses intento hacerlo con una amiga así que lo enfrente, le pedí de buena manera que se alejara de ella, pero él no lo tomo bien, empezamos a discutir y las cosas se salieron de control, terminamos golpeándonos.

- Oh!...ahora entiendo porque llevabas el labio rotó cuándo el torneo de basquet, tu primo es un desgraciado y perdón que te lo diga pero, me cae de la patada y también creo que es idiota farsante y sinvergüenza - le decía muy segura de todo.

- No te preocupes, es mi primo pero eso no significa que no sea todo lo que acabas de decir - dijo sonriendo y acercándose para besarme.

Ahora mi desprecio hacia Javier era mayor y no soportaba la idea de tener que trabajar con él.

Ya en casa de Saúl empezamos a organizarnos para las actividades, cada quién haría una parte del reporte, estábamos en la mesa del comedor trabajando cada quien en lo suyo cuando note la mirada penetrante de Javier sobre mi. Trate de no hacer caso y seguí trabajando, ya eran casi las 6 de la tarde cuando salimos de casa de Saúl, al salir a la calle me despedí secamente de Javier y empecé a caminar a prisa.

- No quieres que te acompañe a la parada del bus? Se esta haciendo tarde.

- No gracias, estoy bien - casi tuve que responder a gritos pues ya había tomado mucha distancia de él, camine a toda prisa pues me quedaban unas tres cuadras bastante largas.

Llegue sacando los hígados a la parada y estuve esperando el bus cerca de 20 minutos, ni un alma se veía por esos rumbos. Me arrepentí de haber despreciado la oferta de Javier cuando a unas cuadras aparecieron un par de tipos muy mal encarados, de alguna pandilla o algo así, la horrible musica que traían se escuchaba a metros de distancia y en cuanto me vieron ahí sola y debilucha empezaron a caminar hacia mí.

- Oh por Dios, te prometo ir a misa cada domingo pero, por favor librame de estos tipos malparidos - mi corazón se hacia pequeñito y mi cerebro empezó a decirme que corriera a toda prisa pero, las piernas no parecían recibir el mensaje.

- Hey linda! Por que tal sola? Quieres compañía? - gritaban los tipos.

Al diablo, les arrojaría la bolsa y saldría corriendo a casa de Saúl, total que no estaba tan lejos. Los tipos seguían acercándose diciendo un si fin de obscenidades, mi pobre corazón iba a sufrir un infarto cuando un grito nos sorprendió a todos.

- Hey!...Creí que ya te habías ido!- grito Javier atrás de mi, no pude creer lo mucho que adore escuchar su voz.

- El bus no ha pasado aún - le dije volteando a verlo, venia casi corriendo y poniendo cara de enojado y chico rudo.

Amor En SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora