Un beso inesperado

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El domingo salí con mi madre a una fiesta de cumpleaños de una de sus amigas, nos divertimos mucho y cuando volvíamos empezó a preguntarme como iba todo, cuando termine de contarle solo me sonrió dulcemente como solo una madre puede hacerlo y me dijo que le causaba mucha alegría verme feliz.

— No dejes que pase demasiado tiempo ocultando su relación, no tiene nada de malo que sus amigos se enteren — me dijo mi madre antes de salir del auto, obviamente no pude dormir tan placenteramente después de esas palabras.

Durante toda la semana evite lo más posible a Javier, sólo algunas veces cruzamos palabras y miradas. Al que no quería evitar era a Quique y sin embargo solo pude verlo un par de veces.

Resulta que el comentario de mi madre me puso en que pensar, tanto lo pensé que decidí decírselo a Quique, claro que de forma sutil pero, su respuesta no fue la que hubiera deseado.

— Linda! No importa quien sepa o no de lo nuestro, lo importante es que nosotros conozcamos lo que tenemos — todo se suavizó con la palabra "linda", él sabía bien que ese tipo de cumplidos me derretían y me ponían a sudar pero, no pude dejar de preguntarme ¿exactamente que tenemos?

No quería empezar una discusión y menos por teléfono así que deje todo por la paz. El desencanto llego el miércoles, fue el ultimo juego de su equipo antes de las finales, toda la escuela fue a ver a nuestros "búhos" jugar y yo estaba súper emocionada y gritaba como loca apoyándolos, ganaron por pocos puntos y obviamente todo el mundo estaba feliz.

Me acerque a Quique después de que la gente empezó a salir, quería darle un regalo por su victoria y en cuanto logramos escabullirnos a los vestidores me lancé a sus brazos y empecé a besarlo apasionadamente, al principio se sorprendió de mi acción pero, en seguida empezó a responder a mis besos.

Sus manos acariciaban mi cintura y bajaron hasta mi trasero, en cuanto las sentí mi rostro se sonrojó, se sentía tan bien que deje que siguiera. El aire empezó a faltarnos y tuvimos que apartarnos, aunque fue solo por unos segundos pues enseguida volvió a tomar mis labios apasionadamente, ahora sus manos se volvían más aventureras púes empezó a buscar bajo mi blusa hasta llegar a uno de mis pequeños pechos, en cuanto sentí sus apasionadas caricias lancé un pequeño gemido que pareció gustarle bastante.

Todo se estaba convirtiendo en algo más que un simple beso, la razón me decía que  debía parar aquello pero, mi cuerpo pedía mas de él. Justo cuando pensé que la pasión se apoderaba de nuestros cuerpos la puerta de los vestidores se azotó con fuerza, las voces de sus compañeros empezaron a oírse y nos separamos de inmediato, mientras todos se correteaban por el lugar lanzándose agua aproveché para escapar de ahí.

Mi sonrisa de oreja a oreja me delato con mis amigas que no perdieron tiempo en preguntarme.

— Bueno, si ya decidiste que sera con él tu primera vez, tiene que ser algo especial — aconsejaba Pau.

— Todas quedamos que nuestra primera vez sería especial, no puedes entregarte a él en los vestidores o en algún otro lugar así, tienes que planearlo — me regañaba Sara.

— Lo se, lo se. No se preocupen no iba a dejar que pasara algo más, quiero que sea perfecto así que me voy a controlar más — me excusaba, pensando para mis adentros que de cierto modo estaba mintiendo, como podía resistirme al tacto de Quique y no dejarme llevar?

Mientras Sara coqueteaba con Gabriel yo no dejaba de ver el celular, esperaba que Quique me llamara para vernos en algún lado y seguir con nuestra sesión de besos. La llamada llego pero, solo fue para decirme que iría con sus amigos a celebrar, era un festejo entre el equipo y sus entrenadores así que no podría llevarme. Su voz se oía lo suficientemente desilusionada que en seguida le dije que estaba bien, claro que en el fondo hubiera deseado que los dejara plantados por mí.

Amor En SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora