Una rubia zapateaba con la paciencia a punto de rebotar, habían pasado treinta minutos desde su llegada a aquel restaurante, el mismo lugar que Lauren Jauregui le había indicado el día de ayer para su encuentro, ¡iba ya media hora de retraso! Era mucho más de lo que podía tolerar, sin embargo, Lauren acostumbraba a ser estrictamente puntual que decidió dejar pasar por una única vez su retraso. Dinah quiso quemar un poco de tiempo así que, se dignó a ordenar un café para no verse obligada a abandonar el lugar sin haber utilizado los servicios propuestos. Cinco minutos después, logró distinguir la figura de su amiga, supo que no traía prisa por llegar al verla caminar a su paso lento, a esa velocidad en la que acostumbraba a pensar en sus asuntos de una intensa manera.
-Por todos los cielos, Lauren, pensé que nunca llegarías. – Se quejó la rubia.
-Debes disculparme, Dinah, tuve un contratiempo. – Se excusó sin dejar de sonreír, detalle que su amiga atrapó de inmediato, pues la pelinegra se veía tan radiante ese día que parecía hacer competencia con la estrella amarilla.
-¿y bien? ¿Pensaste en lo que te comenté ayer?
-¿Sobre qué? – Lauren frunció el ceño bastante desubicada.
-¿Cómo que sobre qué? Lauren, ayer hablamos sobre las vacaciones que tomaríamos para cuando acabara el año, te aseguro que no pusiste atención ni a la mitad de cosas que te mencioné ¿cierto?
-Lo admitiré, Dinah, pero lo que no sabes es que en ese preciso momento estaba por atender a Arthur, ya estás enterada de cómo son mis sesiones con él. – Explicó recordando al paciente que le había hecho retrasarse dos horas enteras.
-En ese caso, te comprendo, no sé cómo es que aún recibes a ese hombre tan fastidioso.
-¡Dinah! Es un paciente, no deberías referirte de esa manera hacia él. – La regañó la pelinegra y Dinah puso los ojos en blanco.
-¿Ahora si me responderás a mi propuesta de vacaciones? – Preguntó obviando el tema anterior.
-Creo que a final del año iré a Miami, ya sabes que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a mis padres. – Contestó Lauren pensativa, había sido una decisión de última hora, además también quería regresar en gran parte por Camila, por intentar recuperar una fracción de su verdadera vida, la pelinegra tenía la esperanza de que en Miami hallarían algo que pudiera enlazarse con su pasado.
-Eso sería lo más conveniente. – Comentó la rubia acabando su taza de café. – Ahora si ¿Podrías revelarme el motivo de tanta felicidad hoy? – Indagó con una mirada inquisitiva.
-Me molesta que me trates como tu rompecabezas favorito. – Sonrió Lauren. – Siempre logras descifrarme tan fácilmente.
-Me reservaré el método para la eternidad. – Le guiñó un ojo divertida. – No me distraigas Jauregui, mejor cuéntame que te trae de tan buen humor... no estoy diciendo que seas amargada, pero por lo menos hoy no luces como un ánima en pena. –Bromeó y ambas rieron.
-Estoy saliendo con alguien. – Enunció la pelinegra con naturalidad y Dinah se tardó unos segundos para procesar la oración emitida por su amiga.
-¿Con el doctor Kummer? – Preguntó finalmente la rubia algo confundida, entonces Lauren frunció el ceño, no se esperaba esa respuesta por parte de Dinah. – Vaya... no sabía que tenías tanta prisa, por Dios, Lauren, ¿En qué momento olvidaste el plan? No se trataba de que salieras con Dirk, solo tenías que darle un poco de celos a Camila. – Agregó y la Lauren deseó reírse por un rato, el comentario de la rubia le había parecido más absurdo aún.
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Otro Plano (Camren)
FanfictionLauren Jauregui lleva una semana teniendo sueños extraños acerca de una voz y unos ojos oscuros que la persiguen hasta su realidad cuando atropella a una chica amnésica con los mismos atributos de la persona de sus pesadillas. Intrigada por descubr...