Parte 3. "Limpiadores"

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Miami, EEUU.


Un conjunto de personas se encontraban reunidas en la sala de una casa, entre ellos un par de policías y una pareja con semblante de preocupación, la mujer lloraba desconsolada y su esposo a pesar de presentar esa inquietud que manifestaban sus ojos, daba la impresión de querer mantener la calma y no dejarse derrumbar frente al par de oficiales. Los agentes realizaban un interrogatorio al matrimonio, quienes solo respondían la mayoría de veces con monosílabos.

-Es probable que estamos frente a un caso de secuestro, aunque hay piezas que no encajan. – Comentó uno de los oficiales, mientras que su compañero se limitaba a tomar nota. – Dice que su hija tiene una semana desaparecida... ¿Dónde se supone que estaba la última vez que le vieron?

-Acostumbra a irse de marcha los viernes, pero siempre llegaba en la madrugada. – Contestó el señor. – Desde entonces no ha vuelto, hemos contactado a sus amigos, sus conocidos, y ninguno da razón de ella.

-¿Siempre se iba sola o salía con alguien en particular?

-No lo sé, nunca veíamos cuando dejaba la casa, sin embargo sus amigos sostienen no haberla visto ese viernes. – Contestó con cierto tono de culpabilidad, nunca había sacado tiempo para estar pendiente de las actividades de su única hija.

-Dígame... ¿Tiene usted algún enemigo, señor Cabello?

-Ninguno del que esté enterado... mis colegas y yo siempre hemos mantenido una buena relación, no tengo problemas con nadie. – Aseguró.

-¿Y sabe si su hija tenía buenas compañías? ¿Lo puede sostener?

-Ya le dije que no estoy suficientemente enterado de su vida... pero dudo que mi hija anduviese en malos pasos, ella ha tenido algunos problemas de conducta, pero...

-Sí, estamos enterados de sus reportes. – Lo interrumpió. – Si su hija ha tenido altercados con la policía por ser tan problemática, es posible que estuviera relacionadas con turbias negociaciones o personas peligrosas.

-Camila no es así. – Contrarió molesto y ofendido.

-Si usted acaba de declarar que no está totalmente consciente de las actividades de ella... mire, esto es muy común en los casos que he acabado de mencionarle, tal vez su hija se metió en un embrollo muy grande y eso esté íntimamente relacionado con su desaparición. Sin embargo, nosotros continuaremos con su búsqueda ya que evidentemente no se trata de un secuestro, ha pasado una semana y no se ha reportado ninguna llamada ¿O sí?

-Ninguna. – Confirmó el hombre.

-Lo mantendremos informado, señor Cabello. – Prometió el agente.

-Correcto. – Dijo el hombre y los acompañó hasta la puerta para despedirlos.

Alejandro Cabello, era el padre de Camila, un hombre que tenía la manía de perderse en su vida de negocios y descuidar a su familia, cosa que su hija siempre le reprochó de adolescente, luego cuando Camila terminó la universidad ellos dejaron de hablarse prácticamente a pesar de que la chica de ojos marrones aún vivía bajo su techo. Por ser de temperamentos parecidos se les facilitaba la cualidad de ser incompatibles, aunque era un hecho de que Alejandro la amaba y a pesar de que era lo más importante en su vida nunca pudo evitar cometer los errores que realizó en el pasado, y sabía que Camila no se los perdonaba.

Después de que partieran los agentes, Alejandro volvió a la sala para dejarse caer pesadamente sobre el diván a un lado de su mujer, quien aún no paraba de sollozar la desaparición de su única heredera. Alejandro se acercó con cautela y finalmente la rodeó en un abrazo alentador mientras dejaba escapar también algunas lágrimas.

Al otro extremo de la ciudad, un conciliábulo de principios impúdicos discutían los reportes de las actividades en la última semana. Esta asamblea comprendía una organización de asesinos profesionales, con doctrinas y estructuraciones propias, encargados de hacer "limpieza" en Estados Unidos. Dirigida por un hombre de pseudónimo "Maître" quien absolutamente ningún miembro conocía la verdadera identidad o si quiera su rostro, ya que las pocas veces que la cabeza de la asociación permitía que le vieran en persona, tenía la precaución de portar la misma máscara negra, impidiendo así dar a conocer su apariencia. Camila Cabello fue a dar a esa macabra organización por distintas situaciones de la vida que la empujaron a terminar perteneciendo a la mencionada hermandad, en un principio se había convertido en una persona de fríos sentimientos que con el tiempo rebosaron el límite e hicieron de ella una mujer dura, insensible y vacía, pero todos tenemos un punto de quiebre, y a partir de ese punto la vida de la chica de ojos marrones daría un vuelco desmesurado.

La debilidad de Camila terminó resultando algo que ella creía odiar, cuando descubrió el nombre de su padre escrito en el papel de su próximo trabajo, una angustia no pudo evitar invadirle, ¿Sería capaz de asesinar a su propia sangre? No. ¿Qué estaba haciendo su progenitor para que la hermandad haya tomado la determinación de asesinarlo? Camila pensó en huir, pero el "Maître" se enteró con anticipación de sus planes descubriendo que era hija de Alejandro Cabello, ¿No era capaz de dar la vida por su padre? Si bien existía una regla que mencionaba lo siguiente: si el objetivo está relacionado consanguíneamente con el encargado de la ejecución, había una salida, pero alguna sangre tenía que correr, ya sea la del hijo o la del padre. Camila tenía dos opciones: cumplir con la finalidad o dar su vida a cambio de la Alejandro, sin embargo ella nunca pudo elegir y optó por escaparse, tenía una intención y era que mientras fuese buscada por la hermandad pensaría en algún plan para salvar a su padre y a ella misma, pero no contó con que el presidente ya estaba advertido de sus planes y al terminar, Camila fue aparentemente traicionada por su mejor amigo.

-¿Está solucionado lo de Múnich? – Preguntó el hombre de la máscara.

-Sí, señor. – Contestó un joven castaño de unos veinticinco años. – Proseguí con sus indicaciones en la misión de Alemania. – Su voz tembló al responder pero por fortuna el "Maître" no se percató de este detalle.

El castaño se trataba del agente más cercano a Camila, entre ellos mantenían una amistad secreta dentro y fuera de la hermandad. Brad, había sido encargado en realizar la misión de Alemania en compañía de Camila, pero además de esta orden también le habían asignado ejecutar a su amiga, por obvias razones el castaño no podía negarse frente al mandato del presidente, sería un suicidio retarlo. Sin embargo, cuando le llegó el momento no pudo realizar el acometido y entonces se le ocurrió darle una segunda oportunidad a su compañera, lo hizo al propinarle un traumático golpe en la cabeza, y si ella tenía suerte la amnesia sería suficiente para empezar de cero una nueva vida.

-Es una pena que nuestra perspicaz agente, la señorita Cabello haya tenido que ser eliminada por una estupidez de esa magnitud, ¿Quién creyó que era al pretender burlarme? Ahora, tendré que encargarme también de su padre. – Siseó en desaprobación. – Espero que esto haya quedado de escarmiento por si entre ustedes se llegase a convertir en una costumbre. – Advirtió para terminar.

Otro Plano (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora