Parte 15. Retornando

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Múnich, Alemania.

Los sueños cesaron después de tres días, Camila se los había acreditado al mal estado en que terminó después de aquella noche, supuso que las lesiones habían ocasionado la fiebre desencadenando los episodios de delirio. Aunque su recuperación progresaba, una singular sensación se negaba a abandonarla y un vacío que carcomía sus entrañas empezaba a apoderarse de la paz de su rutina arrojándola a un estado de suma distracción. Lauren pudo percatarse fácilmente de la tensión que perturbaba la vida de su novia, le preocupaba en gran medida, pero no sabía de qué manera podía ayudarle y comenzaba a hartarse de sus respuestas a medias y sus silencios tardíos que solo le otorgaban más desesperación. La latina no lograba advertirse que no era la única quien se aproximaba al pie de un abismo, también arrastraba consigo a la pelinegra, aunque estaba segura de amar a Lauren, sentía una necesidad mayor por despejar toda esa marea de confusiones que la perseguían sin cesar, necesitaba recuperar un poco de su tranquilidad... no obstante, algo en su interior sabía que era imposible escapar de su pasado cuando este volviera para rendir cuentas.

-Lauren. - Susurró de repente entre la oscuridad de la habitación, llevaba un tiempo indeterminado con la mente en blanco y después de aquel lapso en que su esencia se alejó despistadamente de la realidad solo una palabra brotó de sus labios, amaba a Lauren incluso desde su inconsciente... En medio de todo aquel lío, la pelinegra se había convertido en la luz que centellaba las tinieblas que le atormentaban, ante sus ojos ella era tan perfecta que no quería contaminarla con su conjunto de aflicciones, desde el fondo Camila solo deseaba ocuparse en hacerla feliz, sin embargo su vida estaba tan retorcida que se lo impedía de manera inevitable.

Camila detuvo sus pensamientos una vez más, se levantó para abrir las persianas sintiendo como los jóvenes rayos de luz acariciaban su rostro. Su corazón rebotó un par de veces, de inmediato una fuerte intuición le mostró que aquel día era completamente distinto a los anteriores, no se explicaba cómo podía preverlo, pero simplemente una corazonada afloraba desde su interior... La brisa del alba se coló de manera insolente al deslizar la ventana corrediza, la latina sintió como aquel helado soplo recorrió todo su cuerpo incluso le pareció que su corazón también se invadía del gélido viento y una sensación que logró reconocer se apoderó de su alma. Su intento desesperado por cubrirse se vio interrumpido por fuertes punzada localizadas en sus sienes, era un dolor tan intenso que la obligó a caer sobre sus propias rodillas, luego Camila apretó sus manos contra su cabeza tratando de detener el millar de imágenes que atravesaban su mente a una velocidad vertiginosa, una experiencia tan perturbadora que la arrojó al desmayo.

-¿Camila? ¡Camila! - Escuchaba una voz cual gradiente ascendía a medida que sus sentidos reaccionaban, aunque la sensación de mareo no desaparecía empezaba a recuperar la consciencia, abrió paulatinamente sus ojos para descubrir frente a ella una pelinegra de ojos verdes con mirada de ángel, de inmediato su ceño se vio fruncido denotando una expresión de completa confusión.

-¿Estás bien, Camz? - Aquella voz volvió a golpear sus oídos, era tan hermosa que de inmediato la catalogó como la mejor melodía que hubiese escuchado jamás, Lauren había ejecutado la pregunta en aquel tono cariñoso que acostumbraba a usar y que siempre se veía acompañado con una leve caricia a los cabellos oscuros.

-¿Lauren... Jauregui? - La mente de la latina relacionó el rostro con el nombre después de unos segundos, admitió que la chica la había hipnotizado por un instante... y por supuesto que la conocía, incluso la recordaba muy bien, aunque Lauren no vivía en Miami ella había tenido que viajar hasta Múnich en una ocasión para averiguarle su vida incluyendo los más mínimos detalles, en aquel entonces, casi dos años atrás, el Maître había levantado una investigación alrededor de Michael Jauregui, el padre de la pelinegra. Ahora sabía que sus conceptos estaban en orden, pero aún no lograba relacionar la razón por la cual se encontraba en ropas de dormir dentro de aquella habitación desconocida. Camila hizo un intento más forzado, debía conseguir la concentración necesaria para organizar sus recuerdos, pero el notable agotamiento le estaba impidiendo la tarea, entonces volvió su mirada hacia Lauren y descubrió en aquel intenso verde algo que no supo describir, Lauren la miraba de una manera especial, como nunca antes alguien más lo había hecho, su corazón se estremeció.

Otro Plano (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora