MONSTERS /teen wolf #2

dos

"¿Por que si yo no los protejo quien más los hará? "

—¡No puedes irte!—chillaron las gemelas.

—Te tacleare si es es necesario—exclamó Diego.

—Te amarrare a la silla—dijo Jaime.

—¡Es una mujer lobo, imbecil!—dijo María Elena y luego se dio la vuelta para ver a Talia—.Pondré ceniza de montaña en tu habitación.

—Me agarrare a tu pierna—dijo Gustavo.

—Me agarraré a la otra—asintió Camila.

—Romperé tu boleto para el bus—dijo Carla.

—¡BASTA!—todos se dieron vuelta para ver a Mamá Lele que había golpeado la mesa con fuerza, hasta Talia tuvo miedo—.Mija, ven acá.

Talia tragando fue hasta su abuela y la vio nerviosa.

—¿Te quieres ir?

—No.

—¿Y entonces porque te vas?

—Mi familia está en peligro.

—¿Quienes son tu familia?

—Ustedes. Y Scott y Stiles e incluso Derek.

—¿Y por qué tú tienes que ir a ayudarlos?

—¿Por que si yo no los protejo quien más los hará?

Los labios fruncidos de mama Lele se habían convertido en una suave sonrisa .
—¿Volverás?—preguntó .

—Por supuesto que sí, y traeré a Scott y a Stiles.

—¿Entonces que estás esperando?

En cuanto dijo esto todos los primos de Talia comenzaron a reclamar, y a gritar de lo injusto que era cuando mamá Lele con su zapato le dio a la mesa.
—¡Cállense! ¡Todos sabíamos desde un principio que Catrina no se iba a quedar para siempre! ¡Construyó una vida ahí en ese pueblo con esfuerzo y no se la vamos a quitar—pero luego agarro a Talia de la oreja—.¡Pero si no vienes al próximo día de muertos te voy a agarrar por esta oreja y te traeré así desde Beacon Hills! ¿Oíste Mija?

—Auch, Auch...¡Si, abuelita!

☀️☀️

Talia dio un suspiro mientras juntaba sus ultimas cosas y en una caja de galletas que le había dado Mama Lele había guardado todas las fotas que se había tomado con todos sus primos gracias a esas cámaras instantáneas, había una que se había tomado con Miguel, habían comido un helado y Miguel estaba sonriendo sin uno de sus dientes frontales y con helado de chocolate seco en la cara, viéndose extremadamente adorable. Increiblemente no lloro, guardo la última foto en su bolso  y se lo puso al hombro. Cundo fue hasta la sala de estar, allí estaban todos sus primos, hasta los mas pequeños, incluido Miguel que ahora todos debían estar en el colegio. Mama Lele estaba en la cocina cocinando humitas, Talia olio con tristeza el olor de el maíz y el pino cociéndose.

—Lo siento—fue lo primero que dijo Talia—.pero no puedo dejar a mis chicos solos.

Valentina se levanto primero.

—Lo entendemos , pero porfavor ven a vernos y llamanos, dinos como te va, después de lo que nos contaste tememos de que algún dia te llamemos y nos digan que estas muerta.

—Estaré bien Vale, lo prometo—dijo abrazándola, Valentina era con Carla las mas cariñosas—y los llamare y cada uno tendrá su turno en el teléfono.

Despues de abrazar a casi todos sus primos, abrazo a Diego que le recordaba un poco a Derek, era sobreprotector y un poco melancolico pero también era divertido y simptico, Talia se pregunto si ese seria ,si el incendio o Paige jamas hubieran ocurrido, cuando termino de despedirse de Diego y le prometio que le mandaria un mensaje cuando hubiera llegado a Beacon Hilss, se dio la vuelta para ver a Miguel, que estaba en un sillón pequeño, haciendo pucheros, cruzado de brazos y con la cabeza baja.

—¿Y no hay un abrazo para mi?—le pidió Talia, el niño se cruzo mas de hombros y estaba a punto de llorar.

—¿Por que te tienes que ir?

—Por que mi otra familia esta en peligro, mi vida—dijo Talia abrazándolo—.de verdad no quiero irme, pero mis amigos me necesitan.

—¿Volverás, verdad?—preguntó Miguel con la voz temblorosa.

—Toda su vida con nosotros y todavía ni se da cuenta cuando salgo de la casa...—murmuró Josefina.

—¡SH!

—Por supuesto que lo hare, es mas necesito que cuides a Apollo mientras yo no este ¿muy bien?—Miguel asintió- te quiero mucho.

Talia se paro del suelo y vio a Mama Rosa que estaba en su silla de ruedas y como siempre no hablaba.

—Volveré, Mama Rosa—le dio un beso en la mejilla y se fue a despedir de Abuelita. Mama Lele la estrujo en sus brazos, y Talia sintió que le faltaba la respiración, si Diego la había aplastado entre sus fuertes brazos, Mama Lele no la dejaba respirar.

—Cuidate mija, que dios me la bendiga—dijo con su pulgar trazando una cruz en la frente de Talia.

Cuando Talia se dio la vuelta vio a los dos perros: Toto; nombrado asi por Miguel y Tequila; nombrado por Diego que a los catorce años lo encontró gracioso, estaban en la puerta vigilando, Talia dio un suspiro negando con la cabeza y vio en su teléfono suspiro negando con la cabeza y vio en su teléfono una foto de ella con Scott y Stiles

—Alla voy.