veintidos

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"Esto es agradable"

Cuando Talía despertó, despertó de un salto, viendo a su alrededor con terror, inmediatamente aparecieron dos persona; eran Deaton y Isaac

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Cuando Talía despertó, despertó de un salto, viendo a su alrededor con terror, inmediatamente aparecieron dos persona; eran Deaton y Isaac.

—Hey, hey, tranquila Talía, ya pasó, ahora estás bien—Deaton la tranquilizó, poniéndole una mano en el hombro.

Talía con una mueca se levantó un poco la camiseta que traía ahora empapada por sangre, la herida en sus costillas estaba sanando pero estaba agradecida que Deaton le hubiera puesto puntos y cosido la herida, hacia el proceso de curación mucho más fácil. 

—Era mi favorita—ella suspiró.

Después de ver sus heridas y asegurarse  que Talía estaba bien, Deaton dejó a los dos chicos adolescentes a solas. Isaac vio a la chica con alivio y la abrazó con fuerza. Talía lo abrazó de vuelta sin evitar dar un jadeo.

—Isaac, aún me duele.

—Oh, lo-lo siento—el murmuró, alejándose de ella con delicadeza—. Es solo que me alegra ver que estás bien.

—¿Que pasó con el Kanima? ¿Lo lograste?—preguntó sintiendo su lengua algo pesada.

Isaac comenzó a hablarle sobre lo que había pasado esa noche, como aunque le había inyectado la ketamina a Jackson, apenas le había hecho efecto, aún inyectándole toda la botella no fue suficiente. El Kanima había salido y había asesinado a la chica que era su objetivo, no pudieron hacer nada al respecto.

—No pude hacer nada—él murmuró.

Talía lo vio con una pequeña sonrisa y le dio un beso, sin embargo para su confusión él no la besó de vuelta.

—No me beses porque sientes pena por mi.

—No lo hago—ella negó, acunando su rostro en sus manos—. Te beso porque eres Dulce—le dio un pequeño beso—. Te preocupas por mi—le dio otro beso—. Y eres extremadamente atractivo.

Isaac sonrió y la beso con más fuerza, siendo más cuidadoso.

—¿Que hay de Scott?

—Está bien—él se encogió de hombros, estaba algo tenso cuando Talía le mencionó a Scott, ella lo notó, Talía lo beso de nuevo y lo vio ternura.

—¿Podrías acompañarme a mi departamento?—ella preguntó—. Todavía me siento muy débil.

—Si, claro.

Isaac la ayudó a a bajarse de la mesa de metal con cuidado, Talía se puso una mano en la herida con cuidado, y con la otra tomó la mano de Isaac, le agradeció a Deaton enormemente la ayudó y él le sonrió.

MONSTERS /teen wolf #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora