♡ When is a monster not a monster?
Oh, when you love it ♡
Una semana y Scott McCall y Stiles Stilinski no podian sentirse mas perdidos sin la presencia de su querida Talia Hale.
En cuanto Talia Hale piso de nuevo su pueblo sobrenatural, no pudo enc...
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Talía caminaba por los bosques de la mano de Isaac, sus botas haciendo crujir las hojas secas debajo de ella, no importa qué estuvieran en primavera, Beacon Hills parecía congelado en un eterno otoño. Por lo tanto, guiaba a Isaac a la vieja y chamuscada casa que se había quemado hace 10 años.
—¿No es así como mueren los adolescentes en las películas de miedo?—preguntó Isaac con una sonrisa irónica—. ¿Manoseándose y luego asesinados por un loco homicida?
—Perdona, ¿yo dije algo sobre manosearnos?—Talía se rio, mientras entraba a la casa—. Ten cuidado donde pisas.
—Cuando dijiste que tú elegirías el lugar de nuestra cita no pensé que te referías a esto—dijo Isaac.
—Es solo por un rato, después iremos al bosque a qué me manosees como un adolescente hormonal y tal vez nos asesine un asesino que odia el sexo premarital—Talía se rio como una niña, lo guio a una pequeña habitación.
—Imagina las paredes blancas—ella comenzó a decirle—. El suelo de madera limpio...y con algunas manchas de pintura y barro, bueno muchas, una enorme casa de muñecas allí, y el closet lleno de pequeños vestidos, muñecas esparcidas por el suelo, incontables peluches en la cama, los muebles color rosa...
—Está era tu habitación—afirmó Isaac, Talía asintió, viendo con cariño los vestigios quemados de lo que una vez habían sido su feliz niñez, antes de que comenzara a sobrevivir por ella misma.
—Me gusta estar aquí cuando estoy triste—explicó Talía—. Algunas personas como Stiles lo encuentran aterrador, pero aquí...me siento en casa, siento que estoy rodeada de personas quien ame, de fantasmas pero...siempre que vengo aquí siento la presencia de mi tía Talía; otra de las razones por las que me encadenaba aquí en luna llena.
Isaac le apretó la mano.
—¿Y tú madre?
Ella se encogió de hombros.
—No murió aquí—respondió simplemente, se dio la vuelta para ver a Isaac, quedando frente y cerca de él—. Ahora conoces mi lugar no tan secreto. Te lo he mostrado porque me importas, y porque me gustas Isaac, eres el primer chico que me gusta.
—Bueno, tú no eres la primera chica que me gusta—él respondió, Talía frunció el ceño, Isaac tenía defectos como cualquiera, uno de los más destacados; su brutal honestidad—. Pero eres la más bonita, amable y genial chica que me ha gustado.
—¿Solo eso?—ella alzó una ceja con un puchero—. Porque nadie me ha visto por primera vez como tú y me ha preguntado si soy un ángel.
—Bien. Me fascinas—murmuro Isaac antes de besarla. Talía sonrió satisfecha mientras las manos de Isaac la apretaban contra él.