Capítulo 47

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Ignorada.

Así era justo como me sentía.

Después de que Jack decidiera cambiar de compañero, terminé realizando mi trabajo sola, no tenía ningún problema con eso, el trabajo era realmente fácil, lo que me complicaba la existencia era el hecho de que Jack prefiera ser compañero de Jenna y no mío.

Eso sí que me hizo cabrear.

—¿Piensas ignorarme todo el día? — me encontraba a lado del casillero de Jack y tal parece que le hablé a la pared al no conseguir una contestación de parte suya. —Solo quiero hablar.

—No hay nada de qué hablar—mete un par de libros dentro de su mochila para seguido de eso cerrar el casillero de golpe y dar la vuelta dispuesto a irse, sin embargo se lo impido cuando le tomo del brazo.

—Pues yo sí tengo de que hablar —se queda mirando donde mi mano y con un suave movimiento se deshace de mi agarre.

—Bien, ve y cuéntale a otro, a mi no me interesa—se ajusta la correa de la mochila sobre su hombro y sin mirarme avanzó hacia su siguiente clase, le seguí todo el camino dos pasos por detrás y cuando estaba por entrar al salón de química, me adelanté y para colocarme en el marco de la puerta, extendiendo mis brazos y así obstruirle el paso. Pude ver su cara de fastidio y el cómo se tensó su mandíbula por mi comportamiento, levantó la mano derecha para después sacudirla indicándome que me apartara, sin embargo no lo hice e incluso levanté la barbilla en señal de orgullo. —Vamos, Danielle. No tengo tu tiempo.

—No, primero escúchame y entonces me moveré.

Pude ver como rodó los ojos y se cruzaba de brazos para seguido negar con la cabeza, en respuesta me encogí de hombros y me quedé en mi sitio sin moverme.

¿Quería hacerse el duro?, bien.

Dos pueden jugar este juego.

—Danielle…

Su voz se volvió un leve murmullo tratando de mostrar que se estaba enfadando, pero solo era para que me largará de ahí y eso en definitiva no iba a suceder.

—Haz lo que quieras.

Pude oír un gruñido de su parte para seguido sentir sus brazos en mi cintura y levantarme del suelo, llevándome como un saco de papas sobre su espalda.

—¡Bájame! —golpee en repetidas veces su espalda pero no me hizo caso, lo único que obtenía como respuesta eran gruñidos.

Parece perro con rabia.

Y si sigues molestando, el perro te va a morder… y no de buena manera.

Su voz en mi mente hizo un eco y a pesar de lo que me había dicho, me alegraba de escucharlo de nuevo.

No veía a donde se dirigía pero pude escuchar cuando abrió una puerta para seguido adentrarse en esa pequeña habitación, todo estaba oscuro cuando cerró, estaba por decir que deberíamos encender el interruptor en el momento que su mano produjo una esfera de luz azul, mire a mi alrededor y me di cuenta de que nos encontrábamos en el cuarto del conserje.

—Bien, te escucho— con la poca luz con la que contábamos me quede admirando su figura, su rostro se encontraba serio y tenía el ceño levemente fruncido, sus brazos estaban cruzados por lo que sus trabajados bíceps se llegaban a notar más de la cuenta.

Mierda, ¿está mal que quiera morderlo?

Concéntrate.

Pude sentir como el calor subía a través de mi cuerpo para alojarse en mis mejillas, por lo que mire al suelo en busca de cubrir mi rostro un poco con mi cabello y así evitar que él vea mi sonrojo.

—Lo siento.

—¿Querías que te escuchara? Bien, lo haré. —escuche un suspiro salir de su boca para después dar un paso hacia atrás y recargar su cuerpo sobre la puerta. — Empieza.

—Creo que la decisión que tomaste fue muy precipitada. —los nervios me estaban comiendo viva al tener la intensa mirada de Jack sobre mí, pero decidí que no me dejaría intimidar y él me escucharía.— Entiendo que lo hiciste porque no quieres verme en peligro, pero ya pasamos por momentos difíciles y logramos hacerles frente — un nudo se formó en mi garganta pero tragué duro para alejarlo, tenía a Jack frente mío y no iba a desperdiciar mi oportunidad solo porque tenía ganas de llorar. — Además, ésta es una decisión que tomaste tu solo. Nunca me preguntaste cómo me sentía al respecto. — me rasqué la zona de la muñeca provocando que se irrite la zona. Era un gesto nervioso que tengo desde pequeña.

—¿Acaso tenía que preguntarte si estabas dispuesta a morir? —la seriedad en su voz hace que se me seque la garganta por lo que solo niego con mi cabeza.

—No, pero debiste preguntar si estaba dispuesta a luchar—me acerco un paso hacia él para poder verle de cerca, llevo mi mano derecha a su mejilla y le doy una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes. —Te quiero, Jack. Y haría lo que fuera por estar contigo.

Le veo dudar en sus ojos para seguido bajar la mirada al suelo.

—Uno no siempre obtiene lo que quiere—dice en un susurro, me le quedo mirando y niego con la cabeza para después con la mano que tenía en su rostro le tomo de la barbilla y lo hago mirarme.

—Claro que puedes si luchas por ello.

Cuando trato de acercarme abre la puerta y sale de ahí, me quedo mirando a la nada por unos segundos y salgo corriendo por el pasillo para alcanzarle justo a lado de los baños de los hombres. Le tomo del brazo pero Jack se deshace de mi agarre rápidamente por lo que simplemente me lanzo sobre su espalda.

—Por favor, no hagas esto—le digo a punto de las lágrimas. —Luchemos, Jack.

Llámenme rogona pero yo le quería y no pensaba dejarle.

—Llámame cobarde si quieres, pero es una lucha que no pienso pelear.

Me bajo de su espalda y una lágrima resbala de mi ojo izquierdo pero la limpio rápidamente con la mano de mismo lado , sin importarme que se encuentre enyesada. Cuando él se gira a mirarme, veo la tristeza reflejada en sus ojos provocando que el corazón se me estruje.

—¿Así de fácil das por terminado todo?

—Sí—el leve susurro de su voz provoca que me tiemble el labio por las ganas de llorar, por lo que solo agacho la cabeza para que no vea como las lágrimas comienzan a salir. — Lo siento, Danielle. Prefiero que estemos separados pero que tú te encuentres con bien, en vez de tenerte a mi lado y que un día simplemente ya no estés más.

Escucho sus pasos alejándose y es cuando simplemente me derrumbo, mis piernas no aguantan mi peso por lo que me voy de rodillas contra el suelo.

Lloro como nunca sin importarme que me encuentro en medio del corredor y que alguien pueda verme, porque lo necesito, debo desahogarme.

Porque sí, éste era mi primer desamor.

Al fin  conocía lo que era tener un corazón roto.

*****

Hola babys.😙

Espero se encuentren bien y disfrutaran de la lectura.

Vaya que Jack es muy duro.

Bueno si les gustó sería genial me regalaran una estrellita y su comentario.

Nos vemos y mantengase saludables.

All the love.💙

Muke fuera.

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