Idiota

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Natsu caminaba de un lugar a otro, desesperado. Jellal había ido a visitarlo en secreto y le dio unas pastillas que la mejor curandera de todo el reino preparó para que pudiera empezar a ocultar su lado dragón.

-Jellal. Ella me ha estado mandando cartas durante dos meses, y me pidió que matara a alguien a cambio de ayudarme.-Su voz aún era gruesa, y sonaba demasiado preocupada.- Pero nunca he matado a nadie y aún así yo...

Natsu siguió hablando por un rato. Mientras que Jellal solo recordaba la plática que tuvo con el maestro Dreyar.

<<-De Lucy depende que Natsu llegue a tiempo para salvar su tierra. ¿Cierto, Jellal?- Mencionó un hombre demasiado amable.

-Claro que si, y si necesita ayuda, nosotros la apoyaremos.- Dijo Jellal.

-Pero.-La hermosa mirada del peli-azul se dirigió al hombre que había sido su maestro.- De Natsu depende que Lucy vaya a por él. Necesita tiempo, y es lo que menos tenemos.>>

Para cuando Jellal regresó en ese momento Natsu seguía hablando, pero al haber perdido el hilo no entendía lo de las "cartas".

-Natsu... debo decirte algo muy importante.- De manera fugaz Natsu paró de hablar y toda su atención se centró en su compañero.- Para que tú ayudes a Lucy. Necesitamos que ganes tiempo. Ella sabe quién eres y sabe que te tiene que salvar. Pero el tiempo se agota, si tu hermano la descubrió pueden condenarla a pena muerte.- La cara de Natsu al escuchar que su futura salvadora podría ser condenada a muerte hizo que palideciera.

Natsu asintió. Sabía que no le quedaba de otra más que hacer lo que Jellal le pedía. Por eso, cuando conociera a Lucy, además de discutir con ella sobre matar a un humano, la besaría.

Cuando Jellal se retiró (después de comprobar que Natsu se tomara la pastilla). Natsu pensó en dos cosas:¿Cómo sería su salvadora? ¿Una bella maga en armadura que lo rescataría de su sufrimiento? o... ¿podría ser...?

-Nah, no creo que sea lo segundo.-Habló en voz alta justamente cuando Acnologia pasaba delante de él.

Acnologia se detuvo a mirarlo. Y Natsu le regresó la mirada. El Gran Rey no era malo realmente, muchos le decían maligno por lo que antes fue. Solo era un dragón semi-humano que lo "raptó" para poder ayudarle a esconder sus poderes. La persona que lo quería matar no era él ni su esposa Irene. Una persona a quien temer de verdad...

Pero antes de siquiera poder recordar el nombre de su cazador, Acnologia le interrumpió sus pensamientos.

-Eres un idiota Natsu.- Y se fue así como llegó.

Natsu solo atinó a reír. Y se dejó caer en el viejo sillón en el que siempre pensaba.

-Si, soy un idiota.

Hola, NatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora