12

191 18 1
                                    

Las cartas emanaban un olor a vainilla. Eso lo podía notar claramente. Siempre estuvo en contra de lo que Lucy hacía, pero no había de otra. Era como su hermana. Era su hermana.

Desde un inicio llevo esas cartas con olor a vainilla hasta el príncipe Natsu, Dragón del Fuego.

También estaba en contra de que Mavis tuviera ese plan para Lucy, solo que no sabía lo que el destino de Lucy dictaba.Tampoco sabía que Layla iba a morir por envenenamiento y que Jude iba a ser asesinado por Lyon y Wendy.

Tampoco sabía de la maldición que surcaba en Lucy. No sabía nada.

" -Romeo.- El joven miró a Lucy, quién le acarició la cabeza.- ¿Qué pasa? Has estado distraído desde que mamá se fue a su cuarto.

-Her...- Se detuvo. No quería decirle hermana. Quería que ella lo reconociera como su hermano.

-¿Hermano? Somos hermanos, mamá te adoptó, pero para mí, tú tienes mi sangre, Romeo. Y no me importa si tu identidad tiene que ser escondida, eres mi pequeño hermano.

Romeo suspiró y sonrió, para luego abrazarla.

-Te amo, Lucy.- Romeo escondió su cabeza en el cuello de Lucy, llorando y mojando el vestido de la rubia.

Sorprendida, Lucy solo pudo abrazarlo y apretarlo contra ella.

-También te amo, Romeo."

Flare, Lahar y Chase se encontraban en ese momento en la casa de Lucy, o al menos, la que fue la antigua casa de Lucy antes de que se casara con el príncipe Zeref.

-¿Flare, estás segura de que aquí esta la llave que nos pidió Lucy?

Cuando estos tres, junto con Lissana se habían unido, Lucy pidió hablar con ellos.

Un plan que llebava tiempo de haber sido desarrollado. Los tres estaban soprendidos , era algo tan extraño que los encerraba en una burbuja, aceptando sin dudar.

- Sí, ella misma me dijo que estaba en esta habitación, dijo que nos daríamos cuenta de que es la llave.- Flare estaba convencida de que Lucy le dijo la verdad, al contrario de lo que Lahar creía.

En lo que ellos discutían, Chase abrió un cuaderno que estaba cerrado, encontrando dentro de él una pequeña llave en un hueco de hojas cortadas. En la parte inferior de la libreta se encontraba con una tinta azul "Gracias por encontrarme, Chase." 
Al leer eso sintió un escalofrío recorrer toda su espalda, empezando por el cuello.

-Eh... chicos... creo que encontré la llave.- Cuando Chase dijo eso, con voz temblorosa, los otros dos voltearon a ver lo que tenía en la mano.

Una llave diminuta. De color dorado que resplandecía cada que el sol la acariciaba.

-¡Es esa! Te dije que creyeras en Lucy.- Exclamó Flare con una felicidad enorme.- Ahora debemos de llevarsela... al campo de batalla.- La pelirroja los miró a ambos, esperando sus reacciones.- ¡Andando, tenemos trabajo que hacer!

Corrieron, saliendo de la casa de Lucy sin cerrar la puerta, sin cerrar el diario de donde Chase había sacado la llave.




El destino no fue modificado.

Hola, NatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora