» 하나

6.2K 566 329
                                    

El sonido de los pies arrastrándose y las quejas lastimosas son lo primero que se escucha dentro de un establecimiento universitario un lunes por la mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El sonido de los pies arrastrándose y las quejas lastimosas son lo primero que se escucha dentro de un establecimiento universitario un lunes por la mañana. Los estudiantes pasean de un lado a otro sin nada más que ganas de volver a sus camas y seguir con el sueño interrumpido. Inclusive algunos maestros se lamentaban mientras ingresaban y se dirigían a dónde debían.

Yo podría estar igual. Podría ser uno más del montón y arrastrarme con vagancia hacia mi salón de clases. Pero no quería ser del montón. No ese montón, al menos. Y todo el mundo lo sabía.

Así que, para hacer una escasa diferencia, caminé con paso decidido a mi salón, sonriendo y saludando a quien pasara por mi lado. Respondían mis saludos, desganados o extrañados, pero más despiertos luego de mi excesivo entusiasmo. Algunos decían que mis saludos por la mañana eran un golpe de luz, algo que solo me hacía sonreír con más fuerza.

En medio del salón, hablando a un volumen prudente, se encontraban dos idiotas con los que convivía diariamente.

—¡Buenos días, chicos!— saludé con un grito y una sonrisa, alzando mis brazos. Sabía cuánto les molestaba lo ruidoso que solía ser.

—Ah, este chico— gruñó el más pálido. Sonreí más.

—Tan alegre como siempre— me burlé mientras me sentaba donde debía— ¿Por qué la gente no puede ver el lado positivo de las cosas?— dramático. Amaba serlo. Ser ruidoso, dramático y sonriente era algo realmente efectivo si querías una buena vida. Las personas podrían ser más felices si ponían un poco más de esfuerzo.

Yoongi rodó sus ojos, cansado de mí y apenas llevaba un segundo junto él. Le quedaba unas cuantas horas y años para deshacerse de mí. Lo admitía; a veces admiraba su paciencia y capacidad de seguir a mi lado siendo tan molesto como decía que era.

—Porque te robas todas la energía— sin fuerza, Namjoon me pegó un puñetazo en el brazo. Fingí dolor más del recibido (el chico era torpe y no manejaba la fuerza que poseía; los demás pagan las consecuencias).

—¡Yo no robo nada! Yo solo-

—¡Silencio, todos!— el profesor ingresó, irritando a todos los presentes. Sonreí con sus reacciones. También el profesor lucía con ganas de volver a su bendita cama.

Tú solo la ganas— terminó mi blanco amigo. Miré hacia el frente con aire orgulloso y suficiencia.

Sí, yo ganaba. No voy a decir "fui bendecido por la vida" e inventar que era uno de los que mejores suerte tenía. Nacido con dones, talentos y habilidades extraordinarias que me permitían hacer las cosas sin esfuerzo. No, no. Yo no creía en eso. Porque no era así. Si bien admito que existe el talento, no puedo afirmar que yo nací con alguno. Todo lo que yo había formado fue gracias a mi esfuerzo y persistencia. Yo había ganado todo lo que tenía con sangre, sudor y lágrimas; no porque tenga dones innatos. Creía firmemente en el trabajo duro y en la recompensa. Eso incluía mi personalidad; era algo que yo me había esforzado en construir para una vida más satisfactoria y completa.

El cómo ganaste mi corazón « 2SeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora