Después de la presentación, salí corriendo del lugar; no me importaba que aun faltaba una hora para poder retirarnos del establecimiento; no me importaba que todavía faltaba la muestra de Namjoon ni la otra presentación de Jungkook; tampoco importaba que me había pedido que lo viera. No me importó que todavía debía estar ahí, y solo me fui.
Estaba aterrado. Porque, señor, era un sentimiento horrible. Era disgustante y espantoso. El pensamiento constante de una persona y el deseo de su presencia a todas horas, sin mencionar el querer saber más de dicha persona. Y esa cosa en el estómago. Oh, qué desagradable.
Nunca me había disgustado la idea de enamorarme, principalmente, porque creía que no iba a suceder. Sí, sí, el amor sí existía, era consciente. Pero en mis relaciones no había. Era cariño, admiración y querer, y por supuesto, cuando me dejaban me dolía en el corazón y sufría. Pero no había sentido esta rara sensación ni siquiera en mi primer noviazgo. Sentía que estaba siendo un adolescente de nuevo. Pero esa no era la parte desagradable. Lo desagradable era que el chico por el cual mi corazón latía, era el mismo chico que le gustaba a mi mejor amigo. ¡Eso era imposible de soportar!
La culpa y decepción de mí mismo, pero más que nada tristeza. Tristeza porque yo sabía qué debía hacer. Y eso era no entrometerme. Era la primera vez que mi corazón latía así, y tendría que aguantarlo en silencio si quería conservar a mis amigos.
Suga no era alguien resentido ni rencoroso y estaba seguro de que si le decía mis sentimientos, no armaría una guerra ni un escándalo, principalmente porque no le gustan. Pero diría que no era mi culpa, y estaba bien. Yo lo conocía. Él no me declararía la guerra por el corazón de Seokjin. Porque, quizá, ya lo tenía ganado.
Entonces, ¿para qué intentarlo? Siempre había sido egoísta en cuanto mis deseos y luchaba por lo que quería, y lo ganaba. Yo me esforzaba y lo conseguía, y sino, seguía esforzándome. Y esta vez era una lucha que en la cual no quería esforzarme ni luchar, ni quería ganar.
Era medio día cuando había salido del lugar. Quería analizar bien las cosas. Pero, como no estaba acostumbrado a los problemas que implicaban sentimientos y emociones, no podía soportarlo. Necesitaba salir de mi mente.
De vez en cuando, Yoongi y Namjoon me pedían consejos para que los ayudara a ordenar tanto su vida como sus pensamientos. A veces me hablaban de cómo se sentían y yo solo podía apoyarlos y servirles de soporte. Ellos se apoyaban en mí. Yoongi a veces comentaba que era el único que lograba animarlo cuando tenía demasiado en su vida, y Namjoon decía que agradecía tener un amigo como yo. Incluso Jimin, el dongsaeng un año menor que yo, me buscaba para hablar conmigo sobre sus temas personales. Y yo lo distraía. Lo animaba, le decía pocas palabras de aliento o unos consejos cortos, e intentaba entablar una conversación trivial, de la cual siempre terminaba con la tierna risa del menor. Sí. Escuchaba a mis amigos, y distraía a los desconocidos de sus preocupaciones. ¿Hablar de mí? Había cosas más interesantes. Y creo que me había enfocado en los demás, o en sus palabras, que cuando se trataba de mí no lo soportaba. Hablar de mí me ponía incómodo y ansioso, deseando que la atención se vaya para otro lado. No quería que la gente hable de mi vida, mis pensamientos o lo que sentía. Me gustaba más cuando comentaban sobre mi baile o sobre Jhope, el chico agradable. No de Hoseok, el chico.
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El cómo ganaste mi corazón « 2Seok
FanfictionHoseok, mejor conocido como JHope, era reconocido por ser increíblemente accesible. Demasiado radiante y de charla fácil. La clase de persona con la que puedes tener una conversación casual. Así que, ¿por qué le costaba hablar tanto con el chico nue...