Capítulo VII

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Atravesamos todo Derry a bicicleta. Ben iba al frente de todos, guiándonos, los demás le seguíamos. Llegamos a un pobre barrio, Ben se apresuro a dejar su bicicleta en el verdoso pasto de la blanquezca casa, entró en ella y nosotros le seguimos torpemente.

Segundos después, estábamos dentro de una habitación de paredes color amarillo limón, en ellas había montones de fotografías sacadas probablemente de los periódicos de Maine. Al lado derecho de la puerta de la que entramos, se encontraba un escritorio con su respectivo asiento, en él se veían libros entre abiertos, una taza con contenido liquido aún, un globo terráqueo, al que no dude en darle una vuelta con mi mano cuando lo vi. En el centro de la habitación, reposaba una cama y en sus costados estaban un par de mesitas de luz.

Seguía apreciando su habitación, igual que todos. Era sorprendente la habitación de Ben, y más con esas grotescas fotografías que no paraba de mirar, aun que me perturbaban, me era imposible dejar de apreciarlas.

—Es cool, ¿no?

—No, no. No hay nada. Nada cool —Le contestó Richie a Ben, acercándose a observar las fotografías que adornaban las paredes.—Oh, esto es cool, ah no, eso no, no es cool.

Rodé los ojos ante las estúpidas palabras dichas por el boca sucia, ¡pero que exasperante eres, Tozier!

—Es impresionante, Ben —Le dediqué una cálida sonrisa al niño bajito a mi lado. 

Parte de mis palabras fueron para llevarle la contraria al bocazas, pero la otra parte era cierto. Toda su alcoba es como un museo, ó una estación de policía.

Parece que logre enfadar a Richie con mi respuesta, ya que me miró por un segundo y después de eso, rodó los ojos.

—¿Qué es esto?—Interrogó Stanley a la vez que señalaba un impreso que colgaba de la pared frente a el.

—Eso, es la acta constitutiva de Derry.

—¡Alerta a nerd!

¿Qué Richie nunca deja de hablar?

—No. De hecho, es interesante- respondió sereno Ben, no parecía nada molesto por lo que había dicho Richie.—Derry era un campo de caza para los castores.

Wow, parece que el niño nuevo conoce más del mismo Derry que yo que e vivido aquí desde que era un feto.

—¡Y de zorras!, ¿no muchachos? —el de lentes levantó su bazo, esperando que alguien de los presentes las chocara con él. Pero en cambio, le miraron mal.

Tomé de su brazo y lo bajé, estando abajo, pase mi mano a la suya; recibiendo su tacto. Hicimos contacto visual por poco tiempo, y solté su mano. Volviendo mi vista al frente. 

—Noventa y un personas firmaron el acta que fundó Derry —comenzó a contar Ben.— Pero, ese invierno desaparecieron sin dejar rastro.

—¿Todo el campo? —preguntó Eddie.

Al parecer no era la única que no conocía de esa información.

—Había rumores de indios. Pero, no hay señales de un ataque. Todos creían que era una plaga o algo así. Pero un día, todo el mundo despertó y se fue. La única huella fue un rastro de ropa ensangrentada que guiaba al cobertizo del pozo.

—Derry podría entrar al misterios sin resolver.

Había visto esa serie en repetidas ocaciones en la televisión, terminaba sin poder dormir por las noches gracias a Robert Stack, ya que él era la persona que conducía dicho programa.

—No exageres —Eddie contestó a Richie.

—¿D-d-dónde estaba el cobertizo de pozo?

—No sé, en algún lugar de Derry —respondió Ben encogiéndose de hombros. — ¿Por qué?

Richie Bocazas Tozier [IT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora