Llevo el cigarro a mi boca y aspiro el humo. La quemazón en mis pulmones se siente bien. Esta amaneciendo y mis ojos pesan... rara vez puedo dormir en la noche, no en los últimos años... la noche es mi tiempo de crear, de pintar, o esculpir o de soldar... soy una artista... eso dice el mundo. Para mí solo es una forma de entretenerme y expresarme. Al parecer a la gente le gusta.
Trabajo con metal. Piezas de relojería, más que nada, creando esculturas, pintando o fotografiando. Empecé a los quince años cuando una maestra dijo que tenía talento para el arte.
Había encontrado un viejo reloj antiguo roto en una tienda de baratijas. Solo me había salido 50 centavos. Teníamos que hacer un collage con cosas que encontrara a mano peor a menos que utilizara colillas de cigarros y tapas de cerveza no había mucho en casa así que salí a buscar. Encontré este reloj y otras piezas de relojes viejos en la caja. Así que llegue a casa y mientras mi madre estaba sentada mirando televisión con el papá numero 15 yo me encerré en mi habitación a unir las piezas sobre un cartón creando un pequeño búho aprovechando todas las piezas redondas. La maestra de arte estuvo tan encantada que expusieron mi collage en el colegio por mucho tiempo.
Mi estilo se llama steampunk. No lo supe hasta tiempo después y descubrí esa cultura. Antes de saber que ya existía yo empecé a buscar piezas de relojes y a adornarme con ellas. Hacia aros, las cosía a mi ropa, las usaba en mi pelo. La gente en el colegio me llamaba rara pero no se metían conmigo. Supongo que me daba un aspecto rudo y hasta las reinas de la preparatoria me dejaban en paz solo llamándome Freak a mis espaldas. Nunca me importo. Los pocos amigos que tenía me aceptaban tal como era.
Gracias a esto tuve una beca completa para una universidad artística. Me recomendaron todos mis profesores de la preparatoria y la directora hizo una carta especialmente entusiasta sobre mis variados talentos artísticos.
Ahí fue donde descubrí la cultura steampunk. Y la adopte como forma de vida.
No eran solo las pinturas y esculturas. Era todo un estilo, de ropa, de cabello, de maquillaje, música y pensamiento apocalíptico. También hice algunos amigos en esta profesión porque al final cuando me recibí en la universidad como licenciada en arte decidí que no quería trabajar en museos o dar clases. Quería esto. Quería pintar, dibujar, tomar fotografías, construir... mi madre dijo que estaba loca, que me iba a morir de hambre. Pero ¿que sabía ella de locura y de morirse de hambre?... Ella saltaba de un hombre a otro desesperada por encontrar un amor que nunca llegaba. Hasta que al final se rindió... pero dejo de pensar en eso y siento que mis ojos se van cerrando. Tiro la colilla de mi cigarro terminado por el ventanal y lo cierro. Enciendo el aire acondicionado y me quito mi ropa. Me quito el maquillaje y me veo en el espejo. Me siento más rara sin todo encima, me siento como la niña de cinco años que sigue esperando a su papá. Me alejo del espejo y oscurezco las ventanas.
El sol sale y yo me voy a dormir... Carpe Noctem...
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