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Laya

Al terminar mi relato el besa suavemente mi mano. Creí que para este momento el estaría corriendo por las colinas o echándome de su casa porque no podría estar con una mujer tan débil y dependiente como yo. No. Al contrario en su mirada vi aceptación y algo de pena pero nada de la ira o el asco que esperaba.

_todo el mundo que me ve, menos mis amigos íntimos obviamente, creen que he crecido en una vida privilegiada. Y en cierto punto es cierto. Nunca me falto nada material. Nunca me faltaron caprichos, o comida en mi mesa. Si quería algo solo tenía que pedirlo o sacar alguna de mis tarjetas y comprarlo. Lo tuve todo menos el amor de mis padres. Entre mis 18 y mis 22 años estuve en una etapa muy oscura de mi vida. No me conformaba nada, ni el dinero, ni las mujeres ni los automóviles caros. Todo me daba igual. No tenía respeto por el dinero ni de dónde venía, no respetaba a las mujeres que me abrían sus piernas solo por ser quien era. En esos días estaba un poco alejado de Gio y Matteo. Ellos estudiaban en Europa y nuestros encuentros eran esporádicos. Así que me rodee de gente muy diferente a ellos. Apostaba miles de dólares en manos de póker, gastaba miles de dólares en una noche en comida y champaña que no disfrutaba, para que la gente me rodeara y no sentirme solo. Las mujeres eran cada vez más y más un juguete y menos persona y me sentía cansado de ellas ya no disfrutaba del sexo, ya no me llenaba en estar con un mujer o con dos incluso con tres. Un amigo de esa época estaba en el mundo del bdsm. Me introdujo en ese mundo y por un largo tiempo fue bueno para mí. Me gustaba dominar. Me gustaba tener el poder en el placer de la mujer, me excitaba la idea de ser el que decidía lo que sucedía y manejar las escenas a mi antojo. Sin embargo no lo entendí. No en ese momento. No entendí que en juego de roles es la sumisa quien tiene el poder y no el amo. No entendí la dependencia que generaba el tener una sumisa. Para mí era un juego pero para esas mujeres o hombres eran una forma de vida. Me enrede con una chica de mi edad que buscaba un amo. Lo tome como un juego, le daba órdenes, le decía que hacer y qué no hacer incluso si no estábamos en el club y ella obedecía de una manera que me excitaba. Sin embargo no tome en cuenta sus necesidades, no me comporte de forma responsable con los deberes de un amo. Lilian se volvió adicta a mí. Vivía por mí y para mí, hacia cualquier cosa que le pidiera por humillante y baja que fuera. Y entonces me canse, me di cuenta de que ese mundo no era para mí, que solo había sido una distracción de mi vida verdadera. Le regale el apartamento que alquilaba y le di dinero para que pudiera levantarse y cumplir sus sueños pero ella no lo acepto. A ella no le importaba el dinero, se había enamorado de mí y estaba obsesionada con tenerme. Una noche me llamaron de un número desconocido. Era del hospital, Lilian había intentado suicidarse porque yo no le había hablado en una semana. Obviamente fui, me ocupe de ella, pague todos sus tratamientos psicológicos y facturas médicas y eso la hizo sentir que íbamos a volver a estar juntos. Cuando le dije que solo lo había hecho para compensar el daño no lo acepto, su obsesión de volvió psicótica. Yo me sentía culpable así que no la denuncie a la policía como mis amigos me aconsejaban pero una noche después de unas 20 llamadas llegue a mi casa de la oficina y ella estaba allí. Con un arma_

_oh dios..._ susurre aterrada

_ dijo que no podía vivir sin mí, y que si ella no vivía sin mi yo no podía vivir sin ella, disparo en a pecho pero me dio en el hombro claro que el disparo me hizo caer pero no me mato_ dice corriendo el cuello de su camiseta y mostrándome una cicatriz ya cerrada y unida en su hombro_ ella no sobrevivió porque se disparó en la cabeza. Yo perdía mucha sangre y solo tuve fuerzas de llamar al 911 antes de desvanecerme. No hubo juicio porque se consideró como suicidio e intento de asesinato de su parte. Eso me hizo darme cuenta de lo frágil que es la mente de una mujer y del poder que podemos ejercer los hombres sobre ellas y me prometí a mí mismo que jamás haría algo así otra vez. La bala podría haberme dado en el corazón pero tuve suerte y eso hizo que empezara a valorar mi vida de verdad y el resto ya lo conoces. Mi padre murió y me hice cargo de la empresa y cambie mi vida sustancialmente pero tuve que casi perderla para valorarla_

Tome su mano y la bese como él había hecho con la mía

_ me fascinas Laya, me fascina la mujer que veo y la que no dejas ver también , quiero conocerte, quiero descubrirte como a un regalo, nunca una mujer me había impactado tanto como tú, danos una oportunidad, ambos pasamos por momentos muy oscuros y tomamos malas decisiones que nos hicieron cambiar, yo hago de mi vida un arte para disfrutar, trabajar y ser un buen hombre, tú haces arte para hacer la vida de los demás más hermosa... creo que podríamos ser algo hermoso juntos Laya..._ susurra y ya no puedo resistirme . Me acerco a él y lo beso profundamente, sintiendo el sabor de sus labios en mí boca. Sus manos acarician mi cuello y mis mejillas acercándome a el.

_ dime que si Laya..._ susurra en mi boca y sus ojos azules me atrapan

_ si..._ susurro antes de hundirme de nuevo en su boca... 

The art of lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora