Las semanas fueron pasando mientras yo preparaba mi exposición. Estaba nerviosa y ansiosa como siempre que exponía y Yakima era mi motor de calma y ahora Ángelo.
Para la semana en que se hacia la exposición los trabajadores habían terminado arriba en mi casa un gran ventanal que daba directamente a la playa. Ahora el sol y el viento del mar entraban directamente por el ventanal en vez de por el costado y las vistas eran hermosas. Ángelo y yo pasábamos casi todas nuestras noches juntos. El tema era que tuve que cambiar mis horarios. La gente normal vivía de día y dormía de noche. Así que me obligue a cambiar mis horarios para poder disfrutar el tiempo con Ángelo. El venia casi cada noche a menos que terminara de trabajar muy tarde. El holding le requería mucho tiempo pero el sabia como parar y disfrutar. Ángelo, Matteo y Gio venían los fines de semana o nos juntábamos en la casa de Ángelo y hacíamos barbacoas, mirábamos películas y juagábamos en la Xbox o play de Ángelo.
A todo este pequeño paraíso de paz se sumó algo que elegí ignorar. Llamadas.
Llamadas de un número desconocido a mi celular personal. Muy pocas personas tenían este número así que yo atendía pero nadie contestaba y luego oía unas respiraciones alteradas. Lugo de un par de estas llamadas deje de contestarlas mandándolas directo al buzo, cuando las escuchaba solo eran eso, respiraciones. Decidí ignorar esos llamados. No quería que nada me sacara de este pequeño remanso de paz en el que estaba en estos momentos. Cuando las 20 obras para la exposición estuvieron terminadas Yakima juro que eran mis mejores trabajos en mucho tiempo. Un gran halago viniendo de ella que era escasa en alabanzas.
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La exposición fue magnifica. Yo como siempre vi todo desde una oficina privada especialmente preparada que seguía las cámaras de todo el ala de museo que exhibiría mis piezas por un mes. De inmediato empecé a ver a personas haciendo ofertas por mis piezas. Las que se vendieran serían entregadas cuando la exposición terminara y parte del dinero de las piezas vendidas seria para una fundación de caridad que ayudaba a madres en situación de violencia familiar y de calle. Siempre elegía una caridad y colaboraba. Sentí que debía compartir mi éxito con los menos afortunados. Ángelo y sus amigos estaban en el salón mirando las obras y hablando con invitados. Amaba observarlo. Siempre era tan elegante, educado inteligente. Podía reconocer en su mirada si la persona le caía bien o no porque sus ojos no mentían nunca. Y cuando me miraban con deseo eran un oasis en el desierto de mis inseguridades.
La puerta de la oficina se abre y Ángelo entra con dos copas y una botella de champaña bien fría
_ tus obras son una maravilla y la exposición es un éxito_ dice poniendo las copas y la botella en el escritorio. Lo rodea y toma mis manos para levantarme hacia él. Me besa profundamente y me pega a su cuerpo haciéndome sentir necesitada por su toque.
_ gracias_ susurro recostándome en su pecho
_ eres extraordinaria Laya..._ susurra en mi pelo acariciándome y siento las lágrimas llegar a mis ojos e inundar mi garganta. El levanta mi rostro y limpia mis lágrimas_ ¿ estás bien?_
_ estoy feliz..._ susurro y el me besa de nuevo, la dulzura de su boca se mezcla con mis lágrimas es una combinación deliciosa.
Un par de días después de la exposición estoy relajándome en mi nuevo ventanal y esperando a Ángelo cuando entra Yakima
_ la exposición es un éxito. Todos los diarios del país la cubrieron. El Nueva York Times dice "el misterioso/a arista llamado Tormentt es sin duda el descubrimiento artístico del siglo 21, Tormentt es osado/a oscuro, decadente y con una precisión milimétrica para los detalles más pequeño que hacen sublime a la obra en cuestión. El despliegue de talento es solo comparable al de los maestros. Tormentt es al arte moderno lo que sin dudas Michelangelo fue al renacentismo. La exposición nos dejó con ganas de ver más de este artista y su provocativo arte. Tormentt si está leyendo esto sería un honor para poder entrevistarlo/ a para darle un rostro a semejante talento." Anna Mitreis cronista de arte del Nueva York Times
_me gusta es la primera vez que escriben sobre ti y no asumen que eres un hombre_
_ si también me gusta... ¿qué crees? Me gusta mi anonimato pero el darse a conocer es... _
_ tentador_ dice ella y yo asiento_ si crees que estas preparada yo te apoyo_ dice segura
_ déjame hablarlo con Ángelo, el maneja su vida privada muy en privado y el darme a conocer nos pondría en el ojo de la prensa, solo si él está de acuerdo lo hare no antes_
_ y si el no está de acuerdo y tú quieres deberías hacerlo igual Laya _ dice algo enfadada
_ lo sé pero por ahora no quiero que nada estropee nuestra burbuja_ digo mirando el mar y recibiendo la brisa salada
_ lo malo de las burbujas Lay es que siempre revientan_ dice antes de salir dejándome sola y pensativa.
