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Laya

Estoy detrás de la cortina de la subasta. Me gusta ver quienes compran mis obras y estoy esperándolo a él... al hombre que desde hace unos años puebla mis sueños más eróticos... es alto... con el cabello oscuro y algo rizado... tiene unos bellos ojos azules y siempre viste con elegancia.

Nunca le pregunte su nombre a mi asistente, representante y amiga Yakima. Ella tenía todos los datos de mis compradores pero no quería romper el hechizo. Sin embargo mis sueños sobre el eran cada vez más intensos. Mi cuerpo despertaba rogando por su toque y mi mente preguntándose si la realidad sería mejor que mis sueños. Tenía pinturas sobre su rostro... Sobre sus ojos... ese azul me atormenta tanto...

Espió por la cortina y lo veo... sí... Esta ahí... lleva un traje oscuro y una camisa blanca, creo que se quitó la corbata y lleva dos botones sueltos. Está concentrado en mi escultura del caballo... no sé porque pero la hice pensando en él, sabiendo que le gustaría.

Empieza la subasta con otras piezas de otros artistas. No conozco a la mayoría de los otros artistas pero las obras son lindas aunque demasiado coloridas y festivas para mi gusto. Yo soy más sombría. Tengo sueño porque Yakima me despertó a las tres preguntándome si venía a la subasta, iba a decir que no pero luego recode que él estaría aquí y me obligue a despertarme.

Llega el momento de la subasta de mi caballo y él es el primero en levantar la paleta y sonrío. No escucho los valores, no me interesa tanto. Yakima maneja mi dinero de forma excelente y es muy responsable así que no escucho los montos mientras estoy pendiente de que él se lleve el caballo.

Al final de una larga y acalorada puja él se lo lleva y mi corazón respira. Quería que fuera suyo... él sonríe cuando entrega el cheque y admira la pieza acariciándola con cuidado con la punta de sus dedos... y pienso en como seria si esos dedos me acariciaran a mí... suspiro y sé que tengo que dejar de lado mi miedo. Darius se fue de mi vida hace mucho y ya no puede hacerme daño ni controlarme y tengo derecho a empezar de nuevo a sentir. Tomo mi teléfono y le escribo a Yakima que quiero conocerlo. Ella me pregunta si estoy segura y le digo que sí, que los espero en la sala del estudio y me marcho.

En el espejo trato de verme mejor y no sentirme tan nerviosa. El me vera por primera vez y quiero gustarle.


The art of lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora