Vernos de nuevo

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La noche siguió su curso, entre tragos y cigarros, miradas y halagos, se había creado un clima cómodo y especial.

- Bueno, está pasando muy rápida la hora, Eloísa ¿Te hospedas muy lejos de aquí? - pregunto Doom a la joven que se la notaba de lo más entretenida entre las miradas con Till y las bromas de Paul

- Lejos, lejos de aquí- respondió algo ebria

- Oh no Elo, querida. Si te fijas bien, solo un par de...- quiso agregar Adrien pero fue callado

- En realidad, Adrien, quizás si este más lejos que nosotros - interrumpió Juliette que había comprendido que a su joven colega no le interesaba que Christoph sepa bien dónde se alojaba

- No lo creo, pero en fin, ¿Ustedes se alojan muy lejos de aquí? - pregunto Adrien a los músicos

- No, por eso no nos molestaría llevarlos hasta el hotel donde se hospedan - agregó Till mirando fijamente a una Eloísa cansada

- Bien, creo que es buena idea. Juliette ¿Tú qué opinas? - le pregunto Paul a la rubia, dedicándole una mirada coqueta.

- Bueno, si a ustedes no les molesta- respondió Juliette devolviéndole la misma mirada al guitarrista.

En ese momento Schneider se sentía desencajado, ¿Cómo pasó que sus amigos estén hablando de manera tan fluida y con cierta confianza con aquellas jóvenes? Sobre todo Till que no se detenía un segundo de halagar y coquetear Eloísa. Pero estaba decidido, él no iba a permitir desaprovechar esta oportunidad con aquella enigmática mujercita que tanto lo atraía. Quizás Till tenía mucha más lavia y porte, pero Christoph estaba decidido está vez...

Cuando ya se sintieron listos, fueron hacia la camioneta que tenía la banda para estas ocasiones especiales.

- La noche es joven, ¿Les parece ir a tomar algo al hotel? - le preguntó Paul a los jóvenes

- No lo creo, mañana nuestro día laboral comienza antes del primer rayo de sol...- le respondió Eloísa

- Es cierto, ¡no deberíamos habernos quedado hasta tan tarde! - agregó la francesa

- De todas formas esto debería volver a repetirse, ¡No todos los días encontramos personas como ustedes... como tú! - dijo Till, agregando esto último en un tono tan bajo que solo pudo oírlo Eloísa.

- Claro, ¡por favor Eloísa escríbeme! Si te pudieras hacer un tiempo para ir a nuestro show, ustedes también, me complacería mucho verte otra vez. Sobre todo porque esta noche no pude terminar de decirte lo que quería - le dijo Christoph a la joven

- Si, ¡Iremos Doom, te lo aseguro! Gracias gracias, de veras eres lo máximo - lo halagó Adrien.

- Bien, ¿Qué esperan? ¿También quieren que los suba o qué? - pregunto Paul riendo.

Juliette se subió adelante junto con Paul, no perdían oportunidad para continuar hablando. De tras iba Adrien y Eloísa, mientras Till y Christoph iban en los asientos al lado de ellos.

- Bueno y ¿A qué se dedican? Oí Eloísa que eres muy buena en la pintura - pregunto Till

- Sí, estamos aquí en Moscú por unas semanas en una exposición de arte. Es una gran oportunidad para nosotros, porque vienen los empresarios de museos y galerías más importantes, ojalá pudiera conseguir un trabajo mejor... y bueno, ya sabes, mientras tanto pasamos todo el día encerrados en Gorbachov... - respondió la joven

- Oh por cierto, estaríamos agradecidos si fueran a visitarnos - les pidió enfático Adrien

- Eso pensaba hacer, realmente los trabajos de Eloísa me dispararon desde el primer momento en que los vi, ella es magnífica - agregó Doom decidió y con la mirada puesta en los ojos de ella, algo que provocó que se sonrojara.

- Muero por conocer sus obras entonces - dijo Till

- Bueno, aquí dice mi amiga francesa que se hospedan - interrumpió Paul.

En el preciso momento en el Eloísa se impulso para levantarse del asiento sintió un leve mareo.

- Te acompaño - dijo Till

- No, en serio no hace falta - respondió ella

- Nosotros la cuidaremos - interrumpió Juliette

- Y tú ¿No necesitarás quien te cuide? Digo, quizás podría ofrecerme - dijo sonriendo Paul

- Mmm déjame pensar, si vienes a verme a Gorbachov podría darte una respuesta - le contestó bajándose de la camioneta.

Saludaron a los tres músicos, fue un momento incómodo cuando Eloísa saludo a Christoph. No habían hablando casi nada en toda la noche ¿Y así pensaba él que ella volvería a enviarle un mail? Si, claro...

Mientras la camioneta se alejó dedicándoles bocinazos, los nuevos amigos de Eloísa no paraban de preguntarle qué acababa de pasar, cómo conocía a Chris, por qué Till no paraba de buscarla...

- No sé, solo vi una vez a Christoph, ni sabía quién era. Me pareció muy educado y culto, luego me pidió comunicarnos porque le había gustado mi forma de trabajar pero nunca me contestó. No sé qué se cree...- dijo con resentimiento Eloísa

- Yo creo que es guapísimo, pero ese Till... - le contaron Juliette

- ¿Till? El dilf de los dilfs, no puedes decir nada de él hermana. Además fue el único que no paro de coquetearle a Elo - comentaba Adrien hasta que fue interrumpido

- Chicos ¡Esperen! - gritaron desde atrás mientras unos pasos se aproximaban velozmente...

- ¡Schneider! ¿Qué haces aquí? - pregunto Juliette sorprendida

El músico se detuvo a tomar aire, estaba fatigado.

- Oh esperen, estoy viejo para estas cosas - dijo riendo - solo que durante la noche me olvidé por completo de dejarte algo Eloísa. No quiero que pienses mal ni que suceda el desencuentro de la última vez, toma.

Eloísa tomo un sobre que le dio Schneider, lo miro sorprendida pero dentro suyo estaba ¿Feliz? El mismo idiota que no fue capaz de responderle, le estaba provocando algo en el pecho que ya estaba preocupando a la joven.

- Lo siento debo irme ya, espero verte mañana. A ustedes también por supuesto, Eloísa disculpa por no responderte, soy un... un poco idiota - le dijo Christoph dándole un pequeño abrazo.

La joven quedó paralizada al quedar enredada entre los brazos de ese hombre, sintió que sus pulso se aceleraba... Un pálpito fue el dulce indicador que este tipo le despertaba tantas cosas...

- Adiós, por cierto hueles tan bien... - le susurró Christoph en el cuello a la muchacha que aún seguía sorprendida, sorprendida y ruborizada

Mientras él se alejaba, Juliette y Adrien no paraban de murmurarle cosas. Eloísa solo pensaba en por qué tenía que irse así, otra vez dejándola sin respuestas.

Y así fue que los amigos se dirigieron hacia donde se hospedaban, primero llegaron los hermanos mientras Eloísa debía hacer unos minutos más hasta su hotel.

Yendo sola por las iluminadas y frías noches de Rusia, la joven no dudo ni un segundo y abrió el sobre.
Contenía 3 papeles laminados VIP, esos tipos hablaban en serio cuando decían que querían que vayan a verlos, no sabía si todos pero si Christoph. Él si tenía interés, ella noto la transparencia del músico en cuanto se envolvieron en ese abrazo, aún le quedaba en el cuerpo el calor que él le traspasó... Ya no quería más que solo volver a verlo.

Lo que sangraWhere stories live. Discover now