Lo que sangra

El inicio de un nuevo destino

Llego mediados de Septiembre, sufro dejando Kazán... mi abuela, Chuck y mis amigos (solo dos, pero valen un millón), no me fui sin antes abrazarlos fuerte, mi babushka está feliz por mí y aunque me de culpa dejarla al cuidado de Natasha, sé que Moscú es un mundo de posibilidades y confío que encontraré propuestas de trabajo mejores que las de Verónica y Julien...

Ya estoy viajando en tren, son 13 horas con los glúteos adormecidos y las rodillas adoloridas, mientras va avanzando noto a través de la ventanilla como se hace el paisaje campo a ciudad y de ciudad a campo nuevamente, amo Rusia desde el primer momento que pise este hermoso país. Aparentemente me voy a alojar en un hotel de pensión completa, claro que no espero mucho lujo, vivo en un suburbio y tampoco creo en los milagros, pero si me preguntan de ilusiones, tengo millones... 

Por alguna extraña razón traje en este viaje la tarjeta de Chris, no por desconfianza de Natasha o Alek que se quedan en casa, sino que sentí la necesidad de traerla conmigo. No sé si tengo el coraje de llamarle o escribirle, pero la presentación en Moscú es de las más conocidas en el mundo, y él siendo un aficionado en el arte quizás... no quiero ilusionarme con hombres, no de nuevo. 

La gira de Rammstein

Arribamos en Tallin, capital de Estonia. Durante las dos primeras semanas en España e Italia no deje ni un segundo el celular, Ulrike varias veces me llamo sólo para recriminarme que la dejo sola con los bebés, que me pierdo su crecimiento, pero solo fueron dos semanas a penas... Antes de partir ella noto mi distancia, cree que hay otra, en realidad no hay otra, al menos en un plano físico, no está. 

De prono siento como vibra el teléfono, ya se lo que me espera... Estamos yendo en la camioneta hacia el hotel donde nos hospedamos, siempre que venimos aquí nos reciben cientos de fans, al menos interactuar un poco con personas que creen que somos lo máximo me hará olvidar de toda esta pesadilla. 

Llegando a Moscú 

Y si de estúpidas se habla, no puedo faltar yo. Acabo de hacer una estupidez imperdonable, quiero saltar por la ventanilla del tren pero como va mi suerte seguramente caiga arriba de flores acolchonadas y perfumadas, porque nada sale como quiero.  Hace un momento, mientras pasaba mi hora y media diaria observando la tarjeta personal de Chris, analizaba número por número y letra por letra, y un pensamiento de esos que me brotan cuando estoy en blanco me indujo a actuar de una vez y le envíe un mail... SIIIIIIIIIIIIIIIII un mail, un estúpido mail con una invitación al maldito evento de las galerías Gorbachov, pero tengo que ser estupidaaaaa al pensar que le puede interesar, debe estar acostándose con sus groupies o dejándose dominar por su esposa buenota, y yo aquí viajando en silencio aunque pellizcándome los brazos por tonta mientras los demás pasajeros me mira, hay uno muy guapo pero que digo acabo de mandarme una estupidez así que es momento de cerrar los ojos, deprimirme y sublimar todo esto en algún boceto para una nueva obra, así es como funciono. Una maquina imbécil que plasma sus emociones e impulsos luego de un episodio vergonzoso transformándolo en una pintura harto atractiva y de libre interpretación, así que después de todo para algo me sirve ser atolondrada...