Christoph
Las jóvenes se acercaron donde nosotros con una actitud sumamente atractiva. Caminaban de manera refinada y con una mirada felina, a leguas se les notaba lo que venían a ofrecernos.
—¿Nos permiten? —inquirió la joven pelirroja.
—Claro que si —respondió Till haciendo lugar para que ella se sentara a su lado.
Por mi parte, dejé que la de pelo corto tomara asiento al lado mío. No fui muy cortéz como Till, pero tampoco vi necesario ser caballeroso en situaciones así. ¿Por qué tengo que analizarlo todo?—Mi nombre es Lena, pero pueden decirme Lee —dijo la pelirroja con un tono tan agudo como el de una caricatura insoportable —. Ella es Yuliyah, pero llamenla Julia.
—¿Qué tal Julia? —intervinó Till —. Él es mi amigo Christoph, dile Doom si quieres. Y yo soy Till, y tú puedes llamarme como quieras —le dijo a la tal Leena, Le, como sea.
—¿Qué hay Doom? —preguntó Julia —. ¿Acaso eres mudo?
—Qué tal —dije, arrepintiéndome de haber salido hoy —. No, no lo soy.
—Qué distante es tu amigo —agregó Lena.
—Si, es solo hasta que tomemos un poco más de alcohol —respondió Till. Pedimos unas cuantas cervezas, las muchachas no eran refinadas
Continuamos hablando sandeces, resulta que ellas son cantantes rusas. Con el efecto del alcohol fui relajándome más.—¿Bailamos? —preguntó Yuliyah. Sin decir nada acepté.
Ella me tomó de la mano y me jalo hacia la pista.Se movía con rítmica y daba pequeños movimientos con la cadera que la hacían verse muy sensual. Poco a poco el alcohol iba surtiendo efecto, sus ojos se clavaban en mi.
Estaba mareado pero ella me tomaba las manos y me hacía palpar su cintura, era coqueta.—¿Y si vamos a algún lugar más privado? —propuso con decisión, estaba mucho más lúcida que yo.
—¿Siempre eres así de segura?
—Sólo cuando encuentro algo que realmente me atrae, ¿Tienes miedo? —inquirió desafiante.
—No veo a que temer...
Me llevo por las calles oscuras, íbamos a toda prisa. Era rápida pero no perdía en absoluto la finidad de sus movimientos.
En otro bar
Las decoraciones captaban la atención de la joven artista, Michel sonreía y apreciaba los gestos de Eloísa. Era como ver un niñito observando algún espectáculo de feria.
—¿Te gusta?
—Es confortable —respondió ella ruborizándose, hacía cuanto tiempo estaba callada mirando el lugar —. Es raro que ni Adrien o Juliette me trajeran aquí.
—Es fácil de explicar —contestó él —. Cuenta la leyenda que solo puedes venir aquí con sólo una persona, y que este lugar se encarga de hacer que las cosas funcionen, algo mágico para decirlo vulgarmente.
—¿Ah, si? —respondió Eloísa divertida —. No sé porqué presiento que es una mentira...
—Al final de la noche veremos si crees lo mismo —dijo Michel sonriente, insinuando lo que Eloísa debidamente deducía —. Para desviar un poco mi atrevimiento, ¿Qué género literario prefieres? Juliette me dijo que eres una lectora eficiente.
—No podría definir uno, con el romanticismo nunca logró empatizar con las protagonistas, jamás me fue bien en las relaciones, en cuanto a los policiales los siento muy sobre actuados, más bien diría que el drama iría conmigo.
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Lo que sangra
FanfictionFicción corta que relata en primera persona la vida de una joven mujer que lleva consigo un pasado atormentándola, pero todo comienza a cambiar cuando no solo deja fluir sus pesadillas en el arte, sino deja fluir aquello que tanto miedo da... "es am...