Bastó solo que Christoph diga esas palabras para provocar que mis pálidas mejillas tornaran un tono carmesí.
Al salir del estacionamiento, seguimos caminando por la avenida que daba con el estadio, alejándonos de él.- Se nota tanto la diferencia del calor que emanan ustedes con el frío abrumador de Moscú - le comenté para romper el silencio
Chris, como si fuera que lo estaba esperando, paso su brazo derecho por mi espalda abrazándome y pegándome hacia él.
- Lo que menos quiero es que te enfries a mi lado - musitó en mi oido
Sentí como el cuerpo respondía ante semejante estímulo, haciendo fluir en cada punto de mi piel el calor más sofocante que jamás había experimentado. Me gustaba sentirlo.
- Y dime Eloísa, ¿Hasta cuándo estarán en la galería? - pregunto sin despegarnos
- Cuando termine este mes también terminara el vivir en este sueño - le respondí compungida
- ¿Por qué dices eso? Eres una artista muy talentosa, si quisieras podrías lograr lo que te propongas
- No es tan fácil si no cuentas con los recursos suficientes, trabajar con Veronika me salvó de ser mesera en un bar de mala muerte - respondí
- Nosotros también comenzamos de abajo, pero ¿Por qué no te quedas en Moscú? Conozco amigos con hoteles muy accesibles y para nada austeros. Además, ya sabría cómo ubicarte - sonrió
- Podría ser, si no tuviera familia ni responsabilidades - contesté
Continuamos conversando, le conté sobre mi vida, mi abuela y Chuck. Él, por su parte, me habló de sus hijos y cuánto le gusta el arte, no hablo en ningún momento de su esposa, tampoco iba a preguntarselo.
Perdí la cuenta de lo que habíamos caminado hasta que nos topamos con un bello e iluminado puente, por donde pasaban pequeños botes así como también grandes embarcaciones.- Todo es hermoso aquí, ¿No crees? - pregunté a Christoph
- Es porque tú haces relucir cualquier lugar donde estés - contestó clavando sus ojos en mi.
Empecé a temblar de los nervios, él me sujeto ambas mejillas con sus manos, inclinando mi mentón un poco hacia arriba, comenzó a aproximarse hacia mi. Cuanto ya no había distancia entre nosotros que quepa, posó sus cálidos labios sobre los míos. Deje que me llevará al compás de sus movimientos, me besaba y yo solo me dejaba besar. Estaba extasiada en un mar de sensaciones, el corazón me latía tan fuerte que parecía que iba a salir expulsado de mi pecho, mis piernas se habían debilitado solo un momento, pero cuando se alejó solo unos centímetros de mi, logré incorporarme
- Realmente eres hermosa, Eloísa - me dijo acariciando mi cara
- N-no, no sé qué decir - fue lo único que pude decir hasta ponerme completamente roja
- No hace falta que digas nada, Elo - respondió mientras me dio un pequeño beso - solo quiero que sepas que de verdad me importas, no solo como artista sino también como mujer
- Tú también me interesas de verdad Christoph, mucho - fue lo que pude decir hasta que me tomo por la cintura y me pegó hacia su cuerpo para darme otro beso
Fuimos caminando tomados de la mano hacia el hotel donde él se hospedaba, no me propuso nada pero no hacía falta que lo hiciera. Los dos moríamos de ganas por que eso pasara.
Entramos y fuimos directo a la habitación de él. Habían unas escaleras enormes y decoradas con candelabros, pinturas y esculturas en cada esquina. Todo brillaba ahí.Llegamos a su habitación, a decir verdad no lo parecía. Era muy prolija, con una cama en el centro de ella, sábanas de seda fría color rojo y unas cortinas color natural que, atravesando las mismas, daba a un pequeño balcón lleno de flores.
Tomando mi mano, me llevo hacia el balcón- Esperame aquí un momento - me susurró al odio, dejándome un beso en la comisura de la boca
Mientras lo esperaba pensaba, quizás esto sea solo una noche, quizás él quiera esto y al volverse a Alemania se olvide de todo, a mi me queda solo apreciar este momento, aprovechar que él me hace revivir sentimientos que estuvieron anestesiados mucho tiempo.
- Aquí tienes -me dijo dándome una copa de vino, la cual brindó con la mía
Comenzamos a beber hasta terminar la botella, sabía que se acercaba el momento.
Me tomo de la mano y volvimos a la habitación.- Elo, antes que nada, no voy a obligarte a nada que tú no quieras hacer -me dijo mirándome fijamente a los ojos
No aguanté, no pude más y dedicándole una mirada coqueta, lo tiré hacia la cama. Estaba envalentonada con el vino que había tomado, nada podía frenarme.
Él me miraba atónito mientras yo me desvestía frente a él. Cuando ya no hubo más, me trepe a la cama, gateando hacia él, lo tome del rostro y comencé a besarlo. Christoph no solo me correspondió, sino también me tomo de la cintura y me subió encima suyo. Con mucha cautela, plantando besos en su cuello, saqué su chaqueta para luego seguir por sus pantalones.
Frenamos solo un momento para contemplarnos, nuestras miradas chocaban provocando una revolución interna.
Me tomo nuevamente de la cintura para recostarme sobre las sábanas de seda, termino de besarme para contener su peso arriba mío y termino por darme una descarga eléctrica en mi intimidad, así lo hizo una y otra vez hasta el cansancio, para después darme el lugar de encimarme sobre él y seguir con la fricción mientras posaba mis manos acariciando su torso desnudo. Después de un rato largo con los cuerpos pendulando juntos, ambos terminamos unidos, recostados, apreciando nuestros rostros, abrazados.
Ya no quería más, era la persona más feliz sobre todo el continente. Él me acariciaba la mejilla mientras me sonreía, después de un tiempo unidos sin decir una palabra, sin noción de nada, nos quedamos dormidos entrelazados.
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Lo que sangra
FanfictionFicción corta que relata en primera persona la vida de una joven mujer que lleva consigo un pasado atormentándola, pero todo comienza a cambiar cuando no solo deja fluir sus pesadillas en el arte, sino deja fluir aquello que tanto miedo da... "es am...