7 | Sentimientos Encantadores

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—¿Cómo estuvo Nueva York? —me pregunta Aiden mientras me siento junto a él en el sofá de la casa.

—Estuvo genial, ya sabes, las veces que salimos —le digo y codeo su hombro—. Mamá te trajo algo.

—Sí, pero se ve bastante cansada, así que le hablaré después.

—Lo está. Todos lo estamos. —Suspiro, mirando directo al televisor.

—Justin vino —informa Aiden, haciéndome observarlo.

—¿Qué? ¿En serio? —le pregunto, sorprendida.

—Todos los días este fin de semana. Preguntando si estabas aquí —contó.

—No le contaste... ¿O sí? —cuestiono con seriedad.

—No, por supuesto que no —responde, y yo suspiro de alivio—. Pero ha dejado algo para ti —explica mientras pasa canales en el televisor—. Está en tu cuarto.

Cuando entro a mi dormitorio, noto un buqué de rosas rojas en mi mesita de noche con una carta que dice «Ángel». Tomo la nota y me siento en mi cama, desdoblándola.

«Mi queridísima Leah, tu hermano me contó que estás fuera de la ciudad con tus padres. Tenemos que hablar, Ángel. Acerca de nuestra conversación en la fiesta. No podemos dejarlo así. Te extraño. Incluso aunque hemos estado saliendo por solo unas pocas semanas. Jazzy y Jaxon también te echan de menos, han estado preguntándome dónde has estado y si pueden visitarte. Aiden me dijo también la hora a la que llegarías hoy, así que si estás leyendo esto (que espero sea así), por favor veámonos afuera, porque allí estaré. Justin.»

Suspiro, no dolerá hablar, ¿cierto? Pero claramente le dije a él y a mí misma que no dejaré que a mi vida entren más personas. Oh, Leah, arriésgate por primera vez en tu vida. Se supone que la vida es divertida y emocionante. Quizás encuentres eso con Justin.

¡Vete!

¡De acuerdo, ya!

Aprieto la carta en mi mano y salgo de mi habitación.

—Daré un paseo en la playa —le digo a Aiden.

—Está bien —dice en cuanto salgo.

Justin está allí, arrojando pequeñas rocas al océano. Una vez que estuve cerca de él, aunque no demasiado, digo:

—Recibí tu carta. —Justin se voltea y me mira con una pequeña, pero insegura, sonrisa.

—Hola —dice en un susurro.

—Hola. —Sonrío un poco.

—Em —Justin se aclara la garganta—. ¿Quieres hablar? —me pregunta.

—Claro —digo y él espera a que me acerque más.

—Lo que quería decirte... Ni siquiera sé por dónde comenzar —dice lo último para sí mismo—. Mira, Leah... Después de que te fuiste del baile y dijiste que no querías tener nada que ver conmigo, bueno, me puse a pensar. Y fui a hablar contigo al día siguiente, pero te habías ido y no verte me estaba volviendo loco. No sé por qué, y es raro, porque solo nos conocimos hace unos días y nunca me he sentido así en mi vida. Y... y sé que no quieres nada conmigo por tus propias razones. Cosa que me está cruzando los pensamientos ahora mismo. ¿Por qué no quieres estar conmigo, Ángel? —dice Justin inhalando profundo.

—Justin, no puedo. No puedo estar cerca de ti —respondo, y él me interrumpe.

—¿Por qué? ¿Por qué, Leah? Merezco saberlo. ¿Es porque soy famoso? ¿Es porque no te lo conté? —pregunta Justin, pero yo niego con la cabeza.

Behind My Blood → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora