—Gracias por traerme a casa —susurro a Justin parado afuera.
—No hay problema, ¿te veo mañana? —me pregunta, y yo asiento. Justin se inclina y besa mis labios—. Buenas noches. —Me sonríe.
—Buenas noches. —Me despido con la mano mientras él regresa hacia su automóvil. Sostengo la cachorrita en mis brazos y entro en silencio a mi dormitorio. Una vez que cierro la puerta, enciendo la luz y coloco a la perrita en mi cama—. Definitivamente necesitas un nombre, lindura. —Acaricio su cabeza en cuanto ella se recuesta en mi almohada.
Mientras comienzo a cambiarme la ropa, noto que ella se incorpora y comienza a olfatear la cama. La cachorrita mira al suelo, notando la distancia entre ella y este. Levanta la mirada hacia mí cuando me doy la vuelta.
—¿Qué? —le pregunto, y ella inclina la cabeza antes de soltar un pequeño ladrido—. Shhh. —Coloco un dedo en mis labios y ella se acaricia el rostro con las patas.
Suspiro mientras camino en pijama hacia el baño, dejando mi puerta semiabierta. Una luz encendida en el cuarto de Aiden llama mi atención y todo.
—¿Qué pasa? —pregunta casualmente tras abrir la puerta.
—Tengo que enseñarte algo. Pero debes prometerme no decirles nada a mamá y papá —susurro.
—¿Por qué estás susurrando? —Aiden levanta una ceja, mirándome de forma rara.
—Porque mamá y papá pueden despertarse. —Continúo susurrando.
—No, no lo harán. Se quedaron donde la abuela para pasar la noche. —Se reclina contra la puerta.
—Oh, bueno, ¿puedes mantener el secreto? —le pregunto.
—Por supuesto, eres mi hermana. —Aiden me golpea en el brazo con su puño de manera suave.
—Perfecto, entonces ven —le digo y abro la puerta de mi dormitorio.
La perrita sale de debajo de la cama y comienza a ladrar en cuanto advierte a Aiden. Con los ojos como platos y la mandíbula abierta, Aiden se arrodilla y la cachorrita corre hacia él y comienza a olfatearlo.
—Papá te va a matar —me dice.
—Lo sé.
Más tarde aquella noche, mamá me escribe para avisarme que estarían en casa a las once de la mañana del día siguiente. A las nueve, yo ya estaba en el carro de Justin con la perrita.
—¿Qué pasó? ¿La vas a llevar a un refugio animal? —me pregunta Justin con preocupación.
—¿Qué? ¿Estás loco? No, aún no llegan a casa. E incluso si mi papá dice que no, nunca la dejaría en un refugio animal. Sería pura tortura. —Niego con la cabeza y Justin suspira de alivio—. Si dice que no, ella se quedará contigo.
—De acuerdo, siempre y cuando nos visites seguido. —Justin se encoge de hombros con una sonrisa—. ¿Ya has pensado en un nombre? —inquiere, pero meneo la cabeza mientras acaricio al animal.
—Nop —respondo, y reclino la cabeza sobre el asiento
—Bueno, yo estaba pensando en nombres y como que me gusta Sophie —dice Justin, y una vez que lo hace, la perrita levanta la cabeza y suelta un ladrido.
—Le gusta. —Sonrío a Justin—. Y a mí también. —Me inclino hacia él y beso su mejilla.
—Me gustas tú. —Me sonríe.
—Qué lindo. —Le correspondo la sonrisa.
—Ya llegamos —avisa y se detiene en la tienda de neumáticos.
...
—Serán $550 —me informa el reparador, y siento que mi mandíbula cae al suelo.
—¿$550? —le pregunto para ver si escuché bien, y, para mi infortunio, así es, porque él asiente.
—Por el nuevo neumático y por la grúa —explica mientras se limpia el aceite con un paño sucio.
Quinientos cincuenta dólares... ¿Dónde se supone que conseguiré ese dinero?
—Aquí tiene, señor. —Justin le entrega al hombre todo el dinero... en efectivo, y mi vergüenza solo aumenta. no por Justin, pero porque está pagando por mí cuando yo ni siquiera me puedo permitir una paleta.
—Muchas gracias. —El sujeto cuenta los dólares y entonces se los mete en el bolsillo—. Que tengan un buen día. —Me entrega las llaves y se marcha.
—Justin. —Suspiro mientras le dedico una mirada. Está jugando con Sophie, y ella lame su rostro.
—¿Qué? —Levanta la mirada hacia mí. Una vez que nota la tristeza en mi rostro, baja a Sophie y la sostiene con la correa—. ¿Qué pasa? —Justin sostiene mi rostro.
—Me siento mal cuando pagas todo por mí. —Bajo la mirada hacia el suelo.
—¿Qué...? ¿Pero por qué? Sabes que no me importa. El dinero no es un problema, ángel —me dice Justin.
—Lo es para mí. Acabas de pagar quinientos dólares en efectivo —digo, aún sonando sorprendida. Justin se mantiene en silencio un rato, mirando hacia el suelo mientras piensa.
—De acuerdo, ángel. Me detendré un poco con el dinero. Lamento molestarte. Solo quiero verte feliz, ángel mío. —Justin dice, acariciando mis mejillas antes de besarme en la frente.
...
—Aiden y yo tenemos que decirles algo —le cuento a mis padres, todos estamos sentados en el salón familiar.
—No me digan que ustedes siguen con sus juegos. Pensé que eso terminó cuando cumpliste los diez, Leah. —Mi mamá me sonríe.
—¿Qué está pasando? —dice mi papá con un tono serio.
—Es una historia graciosa. —Una risa escapa de mis labios.
—Como esa vez cuando Leah vomitó frente al chico que le gustaba. —Aiden comienza a reírse y yo le pincho el estómago.
—Aiden, Leah, ¿qué hicieron? —nos pregunta mi mamá, quien ahora está seria como mi papá.
—Bueno, en realidad es qué me pasó a mí. —Me río mientras me paro y camino hacia mi dormitorio. Abro la puerta y Sophie sale corriendo e intenta saltar al sofá, pero falla porque aún es muy pequeña.
La ira en la mirada de mi padre se derrama una vez que llama mi nombre. Camino hacia ellos y levanto a Sophie, sentándola en mi regazo.
—Papá, por favor, déjanos quedárnosla —dice Aiden.
—No, por supuesto que no. —Mi papá niega con la cabeza.
—Papá, por favor. —Me arrodillo frente a él con Sophie—. Ella me hará bien —le digo, y él suspira. Mi mamá toma su mano y ambos me miran—. Nosotros la cuidaremos, papá. Ya somos niños grandes ahora, bueno, más o menos. —Me río, y ellos también.
—Bueno, de acuerdo, pero tienen que cuidarla muy bien. —Mi papá cede y nosotros aceptamos.
—Está bien, lo prometo. Gracias, gracias, gracias. —Me siento entre ellos y abrazo a mi papá. Sophie camina hacia su regazo y rueda sobre su espalda.
—Oh, Dios. —Mi papá niega con la cabeza mientras le acaricia la pancita.
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Si lo hago, creo que las dobles actualizaciones serán a partir de 2019. Nos queda un montón de capítulos aún, no se preocupen.
¡Gracias por leer!
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Behind My Blood → j.b → spanish version
Fanfiction¿Puede un verano cambiar tu destino? --- Esta historia no nos pertenece, solo la traducimos con el permiso de su autora, @gabrielanovoa. Todos los derechos van a su persona.