12 | Desconocida

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—¿Podrías por favor decirme el número uno de tu lista? —me pregunta Justin, y yo meneo la cabeza con una sonrisa mientras nos recostamos sobre la manta en la playa—. Por favor, Leah —suplica, y yo me río.

—No voy a decírtelo. —Le saco la lengua.

—Algún día lo harás —dice Justin de manera positiva.

—Tal vez.

—¿Por qué tienes esta lista? —pregunta mientras me pone una uva en la boca.

—En realidad no lo sé —le respondo con honestidad—. Cada meta que he tenido desde que tenía quince años ha estado escrita ahí. Es como mi propia ista de deseos. Te la enseñaría, pero sé que solo leerás mi número uno. —Levanto una ceja.

—¿Podrías por favor decirme algunas de las cosas que tienes escritas? —me pide Justin mientras come uvas también.

—De acuerdo, bien. Algunas están inspiradas en una de mis películas favoritas, Un amor para recordar. Tengo «Estar en dos lugares a la vez», «conseguir un tatuaje», pero uno de verdad, no uno malo como en la película, um, «desearle a una estrella fugaz», «quedar varada en una isla». —Pienso en mi lista completa.

—¿En serio quieres quedar varada en una isla? —Justin me mira raro y yo asiento con una carcajada.

—Creo que será divertido. —Le doy un pequeño empujón—. «Tener una estrella de Hollywood con mi nombre», «Graduarme de secundaria», pero eso ya lo hice, «Ver las luces del norte», «Acampar» y eso es todo lo que te diré —respondo mientras sigo poniendo uvas en mi boca.

—No, continúa, por favor. Solo dijiste ocho... al menos llega a diez —me diche Justin, y me quedo pensativa.

—Um, «Escribir un libro» y «Tener una casa de playa» —contesto.

—¿Ser arrestada? ¿Hacer grafiti? ¿Gastarle una broma a alguien? —pregunta Justin.

—Sí tengo aprender a hacer grafiti. ¿Pero quedar bajo arresto? ¿Estar en la cárcel? —le pregunto con los ojos bien abiertos—. No sobreviviría en la cárcel, o sea, mírame —digo, y él se ríe.

—Oye, no es gracioso. —Lo empujo.

—Tú eres graciosa.

...

—¿Qué estás haciendo? —me pregunta con una sonrisa cuando saco un cuchillo de plástico.

—¿Te estás burlando de mí? —le pregunto a Justin, quien de inmediato lo niega y menea la cabeza. Abro el paquete de Oreos y saco una—. ¿Sabes que en la película Juego de Gemelas, Allie y Hallie tienen su manera de comer Oreos con mantequilla de maní? —cuestiono, Justin asiente y se come una Oreo—. Bueno, yo tengo la mía —le digo mientras divido la galleta y con el cuchillo quito la crema.

—¿Qué estás haciendo? Esa es la mejor parte —me dice Justin mientras toma la crema y se la come.

—No, claro que no, es la galleta —respondo mientras pongo la galleta en la leche fría.

—No sabes lo que te pierdes. —Justin sacude la cabeza con una sonrisa mientras yo me como la galleta empapada.

...

Justin entrelaza sus dedos con los míos mientras caminamos por la acera. Su franela roja y blanca sin mangas cuelga casualmente alrededor de su cuerpo.

—¿Cuál es tu color favorito?

—No tengo uno —respondo, y él frunce las cejas.

—¿Y eso?

—No lo sé, es que me gustan tantos colores que no puedo elegir solo uno como mi favorito —explico—. ¿Eso me convierte en una persona rara? —le pregunto, pero él niega con la cabeza.

—Eso es lo que te vuelve única, ángel. —Justin levanta nuestras manos y besa mi palma.

—¿Cuál es el tuyo?

—Adivina. —Me sonríe y yo pienso.

—Pareces el tipo de persona a la que le gusta el rojo pero también el azul.

—Mezcla esos dos y ese es mi color favorito.

—Morado. —Asiento.

—¿Qué vas a estudiar en la NYU? —Justin pregunta.

—Quiero ser veterinaria —contesto.

—Y aun así nunca has tenido ningún animal antes de Sophie. —Me sonríe.

—Bueno, Aiden y yo teníamos una tortuga una vez, pero mi papá se enteró y la llevó a un acuario. Eso tiene que contar para algo, ¿cierto? —le sonrío—. Además, mis padres están involucrados en medicina, pero quiero hacer algo más que no involucre humanos. Quiero cuidar del mundo que estamos matando lentamente —le explico a Justin y él escucha cada palabra. De verdad lo hace, sin pretender.

—Yo a lo mejor hubiera sido un arquitecto si no fuera cantante —contesta Justin—. Espera —me dice antes de yo poder hablar.

—¿Qué?

—¿Dónde estamos? —me pregunta Justin, asustado. Si no eres de Wrightsville, seguramente estarías enloqueciendo ahora mismo, como Justin, pues estamos en una calle abandonada sin autos, sin personas y ya está oscuro. Justin y yo hemos caminado y caminado y caminado tanto que terminamos aquí.

Justin me mira antes de correr hacia el árbol junto a nosotros. Comienza a treparlo y me río cuando termina con sus brazos y piernas abrazando una rama.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunto con una carcajada.

—Mi mamá siempre me digo que si alguna vez me perdía que debía abrazar un árbol —responde, pero entonces sonríe.

—Eres tan tonto. —Niego con la cabeza mientras me río.

—Soy tu tonto —replica, y me siento enrojecer.

—Solo tenemos que doblar a la derecha cuando termine esta calle y volveremos al pueblo en cinco minutos —explico a la vez que intento ocultar mi sonrisa—. Puedes bajarte de ahí. —Le sonrío mientras se deja caer—. Tengo una pregunta —comento mientras seguimos caminando.

—Adelante.

—Pattie es tu mamá pero no la de Jaxon y Jazzy, ¿cierto? —Justin asiente.

—Mis padres se separaron cuando yo tenía unos diez meses. Mi padre conoció a Erin y luego se casaron, pero falleció al dar a luz a Jax. Luego de eso, mis padres volvieron a enamorarse y decidieron contraer matrimonio —explica—. Son felices, así que eso es lo que importa. —Se encoge de hombros.

—¿Tú eres feliz? —le pregunto y él asiente con un encogimiento de hombros. Pero no estoy convencida.

—Escucha, quería preguntarte algo —me dice Justin cuando llegamos al pueblo, así que me giro para mirarlo.

—Claro, ¿qué pasa? —le pregunto, él entrelaza nuestras manos y sonríe. Toma una profunda respiración y me mira, antes de que sus ojos se enfocaran en algo detrás de mí.

—¿Hailey? —inquiere Justin y me giro para ver a una chica alta de cabello rubio que está saliendo de un taxi.

Hailey.

Behind My Blood → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora