014: Sí tu tienes algo mío, yo cojo algo tuyo.

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014: Sí tú tienes algo mío, yo cojo algo tuyo.

LUCAS.

Me apoyo a la barra tomando un sorbo del café que acababa de preparar, el que Cassandra me dejara quedar aquí me deba libertad de utilizar la cocina si ella estaba dormida. Anoche no resultó como realmente esperaba, aunque esperaba encontrar a Liam en el primer sitio que buscara eso era absurdo y lo sabía. Pero estaba desesperado por encontrarlo, han pasado cuatro meses ¿Alguien podía explicarlo?

Me separo de la barra cuando suena el bote de basura de la cocina, y miro a la rubia amiga de Cassandra.

—Ugh, lo siento. —Se sonroja por completo y pasa con rapidez hasta la tetera.

Me limito a quedarme callado y observarla mientras me apoyo a la pared.

—Supongo que no estamos acostumbrados a esto. —Dice llevándose la taza a la cabeza.

—Acaban de mudarse, no pueden estar acostumbrados a nada. —Le digo en susurros pero sonó mal, y ella lo nota. —Lo siento.

Apenas sonríe.

—Me aseguraré de que Cassandra se despierte antes para ir a lo de la iglesia y...

Arruga el ceño: — ¿Cassandra? Creí haberla visto salir temprano.

— ¿Perdona?

—Sí, dijo que iba a comprar un par de cosas y se aseguró de no despertarte. —Dijo. —De todos modos no debe tardar.

— ¿Sabes a dónde fue? —Ignoro lo último que dijo y le pregunto, el problema no era cuanto tardaría. Lo último que necesito es que la rapten también.

—No... Pero seguro es sobre la esquina donde siempre va. —Se encoge de hombros.

Dejo la taza encima de la barra y salgo de la cocina.

Me aseguro de tener pasos largos al bajar las escaleras del edificio donde vivían y rebusco entre las personas antes de comenzar a caminar por donde siempre veo irse a Cassandra. He estado paranoico los últimos días y eso no me agradaba en lo absoluto, por suerte no tenía cerca de Emily o Lucas para tener que preocuparme por ellos también. Ha sido un trabajo duro después de todo.

Miro mi reloj un par de veces y justo al cruzar la esquina casi caigo en mi trasero.

—Jesús, Lucas. —Gime en el suelo, suspiro aliviado y arrepentido y me agacho a recoger todas las cosas que se han caído con ella. — ¿Qué te traes?

Recojo las frutas que se han caído y me limito a limpiar los que se han mojado con el late que tenía Cassandra y ahora estaba derramado en el suelo.

—Me he puesto paranoico cuando tu amiga me dijo que habías salido a comprar un par de cosas, lo siento.

Cassandra se levanta después de mí y no me quita las bolsas, se limpia los pantalones girándose y observo la cicatriz de su rostro. Arrugo el ceño.

—Tranquilízate solo era acá mismo, ¿Has dormido bien?

Dios, ya entiendo porque Liam la ama. Ella se preocupa demasiado.

—Sí, el sofá se ha vuelto más cómodo. —Bromeo.

—Ahm sí...

La miro.

— ¿Pasa algo?

—Imagino que conoces al dueño del gimnasio donde Liam solía pelear en Seattle, ¿No es así?

— ¿Calé? —Cuestiono y asiente. —Pues claro, yo investigo a toda la gente que rodea a Liam. Incluyéndote. Entonces, ¿Qué pasa con él? ¿Lo has visto?

Lost ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora