Lost Man

019: Es solo un fantasma.

019: Es solo un fantasma.

LIAM.

Joder, el corazón me bombea contra el pecho a mil por segundo. ¿Era posible?

Había un millón de sensaciones dentro de mí ahora mismo, Lucas estaba delante de mí y apenas lo estaba procesando. Quería huir como siempre de la situación pero no podía, tenía mucho que decirle y espero que me escuche a la buena.

Aun así estaba completamente en shock, escucharlo luego de tanto tiempo es como si fuese un puto sueño.

—Tenemos que hablar, Liam. —Dice de nuevo. —Tenemos mucho de qué hablar.

¿Hablar? ¡¿Hablar?! ¿Ahora si quiere hablar? Infiernos que sí íbamos hablar, definitivamente tenía que decirle todo lo que me carcomía por dentro. Tenía que decirle lo que sentí durante tanto tiempo y él ahí afuera jugando a la casita, y yo muriéndome al extremo de llegar a suicidarme.

— ¿Así es como piensas hablar? ¿No me piensas dar la cara? —Cuestiono en tono duro. —Ten la maldita decencia de mirarme a los ojos esta vez, Lucas.

Resueno su nombre y es como si estuviera hablándole al viento, no me imaginé esto ni en un millón de años. Deseaba que estuviera de nuevo conmigo, pero sabía que era inútil volverle hablar o ver. Por eso no me imaginé de nuevo con él, hablando como ahora. Estaba muerto. Está muerto.

Sus pasos resonaron en la habitación, las botas de combate fueron las primeras que vi antes de ver que va vestido de gris con negro. Se lleva las manos a la cabeza y se quita el gorro, paso saliva y de pronto quiero toser.

Había cambiado, y mucho. Pero aún lo reconocía.

—Miserable hijo de puta...—Me ahogo al decirlo. — ¿Por qué? ¿Por qué ahora, joder? ¿Quién eres tú? No creo que seas mi hermano, joder. No, no...—Le digo al saber que es quién está delante de mí, me niego aceptar que sea Lucas... No puede. — ¿Dónde estuviste? ¿Por qué se empeñan en hacerme daño?

—Liam no es lo que...

—Sí. —Lo corto. —Sí es.

Me impulso y lo empujo contra el escritorio, es real... es real.

Me miro las manos antes de verlo a él con cara de horror, y lo vuelvo a empujar.

—Siete años, ¡Siete jodidos años! ¿Y dónde estabas tú? ¿Jugando a la casita por ahí? —Escupo de cerca, me miraba, Lucas me miraba. —Vete al infierno, Lucas. No puedes solo venir y decirme que aquí estás, vivo. Sabiendo la miserable vida que llevamos, me dejaste solo. Y tuve que huir.

—Liam te juro que no es lo que ves, no fue así...—Dice lentamente. Así que lo dejo que continúe. —Estuve ahí todo este tiempo, nunca te dejé solo... Solo que tu no me veías y era mejor así...

Niego con frenesí alejándome de él, me paso la mano por la cara que la llevo empapada de lágrimas.

— ¡Dime donde jodidos estabas porque yo no te veía! ¿Mejor? Mejor y una mierda, ¿Viste todo lo que pasé? ¿Viste todo lo que me tocó enfrentar? ¿Viste todo lo que sufrí? —Dije con paciencia, porque juro que si estallo lo mato.

—Sí. —Miente descaradamente.

— ¡No! ¡No lo sabes! —Gritó. —Tú estuviste pavoneándote por ahí, tienes mujer, tienes familia. ¡Un hijo! ¿Y adivina qué, Lucas? Yo no tengo nada, el pequeño Liam Christopher nunca tuvo nada. —Volé los brazos. — ¿Sabes dónde estaba yo mientras tú te encargabas de darle el biberón a Landon? —Me mira de inmediato. —Estaba recibiendo golpes para obtener dinero...