"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo"

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CONTINUACIÓN DEL TITULO: "CUANDO MIRAS LARGO TIEMPO A UN ABISMO, EL ABISMO TAMBIÉN MIRA DENTRO DE TI" - Sigmund Freud


DISCLAIMER: Hetalia y todos sus personajes son propiedad de Himaruya Hidecaz.

La historia es original de Mely-Val, pero quiero agradecer a las grandes: "Reino Inquieto" y "Saraky" por ayudarme. Mil gracias por su ayuda chicas, no sé qué sería mi fic sin ustedes. Les recomiendo que las busquen en fanfiction o wattapad, sus fanfics son espectaculares. Y, Queridos lectores, gracias por acompañarme hasta acá. Puedo tardarme bastante pero no los voy a abandonar. Ya tengo el final del fic. No voy a dejar la historia inconclusa. No voy a hacer lo que odio que me hagan.

ADVERTENCIA: Nombre de personajes humanos, sangre, violencia.

Tiempo sin vernos ¿cómo has estado? Espero que todo marche bien sin mi radiante presencia y des un buen uso de la brillante educación que te he brindado. No anhelo otra cosa más que verte volver fuerte y poderoso como yo lo fui una vez.

¿Sabes?, el tiempo se siente largo por aquí, cada vez se me hace más difícil creer que nos juntaremos pronto como pensé en un principio. La falta de tu presencia me está pesando más de lo imaginado y estoy seguro que tú también debes estar sintiendo lo mismo. Pero recuerda lo que te he enseñado, hay que ser paciente, la perseverancia germana es nuestro don, ¿no es así? Sin embargo, hay algo que quiero pedirte... no pienses en mí, no me envíes más cartas, no pierdas más de tu tiempo. Quiero que te concentres en reconstruirte, enfoca toda tu energía y atención en eso. Hazlo por mí.

Las cosas han estado yendo de mal en peor, en tu ya sabes dónde. No puedo explicarte mucho por miedo a que intercepten la carta pero debes tener mucho cuidado, ese es el principal motivo por el que te escribo. Yo me encuentro bien, sin embargo mantente alerta en caso de que te encuentres con alguien en particular. Nos ha ocasionado enormes problemas y temo que ahora pueda estar dirigiéndose a donde te encuentras. Su codicia no tiene fin, no lo subestimes, es un gran manipulador y planea volverse la máxima autoridad militar de la Unión Soviética. Por el momento trabaja para asuntos de inteligencia rusos y se....

-Señor Beilshmidt, tiene visitas-.

Ludwig dobló rápidamente la carta y paso a darle la espalda al enorme ventanal. Prestó atención al hombre uniformado aguardando sus órdenes en el otro extremo del escritorio.

A pesar de que el Tercer Reich había acabado, aún le parecía extraño no ver a sus hombres con el uniforme de de la SS. Tal vez porque la guerra había terminado hacia menos de seis años. De hecho, todo lo sentía y veía... distinto. No lograba adaptarse como esperaba y esta vez, por primera vez en su vida, no estaba su hermano para guiarlo y supervisarlo, como siempre lo había hecho desde su nacimiento. Ahora estaba completamente y absolutamente solo, con un país en ruinas, endeudado, devastado y con la moral bajo tierra. Sin duda era la peor situación que le hubiera tocado jamás. ¿Qué iba a hacer ahora?, ¿a quién iba a acudir por ayuda? ¿Quién le levantaría el ánimo en esos momentos de angustia que lo atrapaban, mientras limpiaba los escombros en los alrededores de Berlín? Siempre se encontraba restos de su gente bajo los trozos de cemento... soldados, niños, mujeres, perros, etc. No sabía cómo hacía su corazón para soportarlo. Pero con más de que se volviera habitual, no lograba acostumbrarse.

-Señor, lo están esperando-, le repitió el oficial extranjero, alzando levemente el tono de voz.

El rubio despertó de sus pensamientos, rápidamente recobrando la compostura. Asintió levemente dando a entender que permitiera ingresar al hombre a su despacho. ¿Quién podría estar interesado en hablar directamente con media nación?, él no era quien daba las órdenes, prácticamente poco y nada podía decidir. No había nada que pudiera obtener de él... ni siquiera sabía si este hombre estaba consciente de que él era la encarnación de una nación. Muy pocas personas lo sabían y era un secreto bien guardado.

BodarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora