Capitulo I - Familia

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Mi amada niña ¿Puedes vernos bebita?
Tienes mi sonrisa, tienes mis mejillas.
Angelito con preciosos ojitos
Mi tesoro anhelado
Papá y yo te amamos
¿Puedes escucharnos?
Duerme tranquila que aqui estamos.

Sarada sentía el sabor salado de sus lagrimas, cantaba la cancion para si misma mientras se cubría las orejas con demasiada fuerza. Estaba tapada con varias frazadas pero aun asi sentía unas manos frias como el hielo rozando sus piernas y ascendiendo lentamente.

Hoy era uno de esos dias.

Normalmente era suficiente ignorarlos pero este espiritu se habia enzañado con ella desde hace semanas, sus ojeras delataban que no dormía hace dias. Temblaba sin poder contenerse, jamas se acostumbraría a esto. Se removia cada vez con mas desesperación hasta que sintío que alguien la destapaba.

- Hermana... - Las pequeñas manitos que tocaban su hombro eran calidas. Su corazón latío con mas normalidad. - ¿Puedo dormir contigo? - Preguntó la pequeña con su voz tan dulce. Sarada miro a todos los lados y suspiró con alivio. La energía brillante de Himawari habia ahuyentado al espiritu maligno.

- ¡Claro que si! Eres mi salvadora hermanita - Le hizo un campo y le señalo que se echara a su lado.

- ¿Otra vez te estaban molestando esos fantasmas malos? - La pelinegra enmudecio. Su pequeña hermanita se veía preocupada, sus sollozos debieron despertarla. - Sara...

- No... Ya se lo que dirás, nadie mas puede saber esto Hima - Le habló con gentileza. - Creeran que estoy loca.

- Pienso que mamá si te creeria pero no te preocupes que no dire nada. - Levanto su manito en señal de promesa. Sarada no podía distinguir bien sin sus lentes y con el cuarto oscuro, pero sabía que el espiritu de habia marchado por lo menos esta noche, solo sentía la energía positiva de la niña a su lado. - ¡Dormiré aca de ahora en adelante! - Expresó como si hubiera adivinado sus pensamientos.

- Me parece genial, pero sabes que es mi ultima noche aqui - Lo ultimo lo dijo con notable nostalgia.

- Ojala te quedaras hasta que tengas que ir a clases ¡Quedate esta vacacion Sarada! Si apenas te graduaste. - Insistío, hace dias que lo hacía, pero al menos ahora lo pedía sin llorar.

- No puedo llegar e ir a clases simplemente Hima, debo establecerme y organizarme alla, apenas fuí una vez, ni siquiera conozco los lugares. - Explicó por milesima vez.

- Pero hermano mayor puede enseñarte todo un dia antes... O dos. - Oh oh... Ya quiere llorar.

- Hima, no llores. Intenta entenderme, no es como si me fuera para siempre. - Le habló con ternura mientras acariciaba la pequeña cabecita.

Tampoco durmío bien esa noche. En la gran mansión se escuchaban ecos de risitas, las historias, ocurrencias de Himawari hacian reir a la joven Uchiha, quien tambien bromeaba provocando carcajadas, esa faceta de la pelinegra solo la conocía la pequeña. Sería su ultima noche juntas en un largo tiempo, la pelinegra estuvo con ella desde que nacío, nunca se habían separado hasta ahora.

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El olor del revuelto con tocino era delicioso, Sarada se relamío los labios, esperaba algo impaciente su desayuno pues dentro de dos horas partía su vuelo. El chef principal era increiblemente rapido, podía hacerte todo un banquete en quince minutos, pero el no era quien cocinaba hoy.

Hinata continuaba preparando todo con mucho detalle, a pesar de que practicamente nunca cocinaba podía hacer cualquier platillo. Era lenta ahora por la falta de practica, ya hace muchos años que no se encargaba de labores domesticos, tenía deberes como la primera dama del pais.

¡Fue el fantasma! ~BoruSara~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora