Capítulo 3

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POV Jeremías 

- ¿Y por qué querías presentarnos? -hablé yo, por primera vez en toda la noche.

Samira no dijo nada, simplemente me guiñó un ojo y se fue hacia el peliblanco para darle el hielo y las pastillas.

Mi nariz seguía doliendo, así que decidí ir a la cocina a por más hielo. Me conocía la casa de Sam de memoria, había estado aquí cientos de veces, hasta podría decir que era mi segunda casa. Bajé al piso de abajo y entré a la cocina, abrí la nevera, cogí un poco de hielo, lo envolví en un paño y me lo puse en la nariz. Decidí esperar un poco aquí abajo para calmarme y aclarar en mi mente todo lo ocurrido.

Son prácticamente las cuatro de la madrugada, estoy en casa de Samira con el adonis peliblanco llamado Isaac, al cual conozco de algo, no he recibiendo ningún mensaje de Marco (lo cual es raro) y resulta que Sam le ha hablado de mi al peliblanco.

Tengo que llamar a casa y explicarle todo eso a mi madre. No es muy normal que su hijo no haya vuelto aún un sábado de madrugada, eso no era normal en mi.

Llamé y, como era de esperar, nadie contestó, así que dejé un mensaje en el buzón y recé para que mi madre lo escuchara cuando esté despierta y no le dieran ganas de cometer un asesinato masivo.

Tras relajarme un poco, comencé a subir las escaleras, pero me paré cuando escuché que conversaban en voz baja.

- La semana que viene tengo otra pelea, puedes venir si quieres pero solo si le traes contigo. Quiero conocerle más.

-Tranquilo, el plan A lleva su tiempo. El plan B creo que va a la perfección, hablaré con ellos mañana, pero tu solo atiende y obedece mis explicaciones.

Isaac asintió.

-También tengo una rueda de prensa mañana, me podrías acompañar.

Algo hizo "clic" en mi mente al escuchar eso último.

Ya sé de qué lo conocía.

Isaac es un boxeador de cuarta. Ha salido en televisión numeradas veces gracias a sus pelas callejeras, la mayoría ganadas. Es un tío pervertido, mujeriego y engreído. Definitivamente no puedo dejar a Sam sola con él toda la noche.

Entré a la habitación y ambos callaron. Miré directamente al peliblanco, que me recorría de arriba a abajo con su mirada. Cuando me di cuenta de eso sentí algo en el estomago que no me gustó nada. Aparté mi mirada y la dirijo hacia Sam.

- ¿De que conoces a este engreído? Me quedo a dormir en tu casa hoy, no pienso dejarte sola con él. -Sam alzó una ceja y me miró divertida-

- ¿Sabes quien es él? - señaló a Isaac con un movimiento de cabeza, yo asentí.

- El es el tío egocéntrico ese de la tele, Isaac Walker. El que se mete en pelas callejeras y es un pagafantas.

Samira carcajeó y el peliblanco le miró con indignación.

- Es diferente cuando lo conoces en persona -ahora que lo pienso, no había hecho ningún comentario egocéntrico como los de la tele desde que le he visto- Y sobre lo de quedarte a dormir... me parece una buena idea, es demasiado tarde para que vuelvas a casa. Si quieres, coge un pijama de los de mi padre, los de Marco te vendrán enanos.

Sonreí a Sam, fulminé con la mirada al peliblanco y acto seguido salí de la habitación en dirección a la de sus padres. Abrí el armario de su padre y solo se veían trajes de vestir. El padre de Sam y Marco era un importante hombre de negocios que casi siempre estaba fuera de casa. Abrí uno por uno los cajones hasta que di con los pijamas, cogí uno y empecé a cambiarme ahí. Estaba tan metido en mis pensamientos, que no me di cuenta cuando apareció una cabellera blanca por la puerta. Isaac estaba apoyado en el marco, observándose atentamente. Yo aún estaba con el pecho descubierto, pero me detuve. Me dediqué a fulminarlo con la mirada, aún sin entender que hacía ahí.

El no movía ni un músculo, solo me observaba. Recorrió mi cuerpo con su mirada, tomándose su tiempo al observar mi espalda descubierta, esto me puso incómodo. Me puse la camiseta y me crucé de brazos. Me giré hacia el y, no se por qué, busco su mirada con mis ojos, hasta que los suyos se encuentran con los míos. Tiene unos lindos ojos miel a los que yo seguía fulminado.

Tras varios minutos decidí romper el silencio.

- ¿Que quieres? - pregunté, sin desviar mi mirada de la suya-

El suspiró.

-Empecemos de nuevo. -se acercó a mí y yo retrocedí un paso- Me llamo Isaac, tengo 19 años y si, soy un amigo de la infancia de Sam. Ella me ha hablado mucho de ti aunque diga lo contrario, pero me encantaría conocerte más. -me tendió la mano para que la estrechara-

Dudé si devolverle el saludo o no, pero, a fin de cuentas, era un amigo de Sam y no quería llevarme mal con él. Y aún que lo quisiese, no podría.

Le estreché la mano devolviéndole el saludo, y en este acto, toda mi incomodidad se esfumó.

- Soy Jeremías, pero me puedes decir Jere. Encantado de conocerte, Isaac

No hemos dejado de mirarnos a los ojos.

-Igualmente, Jeremías.

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AY CÑORES que me estreso.

Que alguien me dé un sillazo y me espabile.

¿Que les ha parecido este capitulo? 7u7

Habrán capítulos narrados por Isaac próximamente ;)

Voten y comenten si les gustó la historia we :v

los reamo a todos 7u7 <3

-Poku

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