FIGHTER (yaoi/gay/bl)

ESPECIAL 1K y 2K

🚫Advertencia 🚫
Este capítulo esta completamente (recalco,  completamente) aparte fuera de la línea temporal de la historia, no lo mezclen xd luego todo volverá a la normalidad <3
  🔞Advertencia 2🔞
Este capítulo contiene escenas explícitas 7u7
No me hago responsable de los traumas ni nada semejante . Lo dejo a vuestra elección :v
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POV Jeremías

Caminé rumbo a la dirección marcada en el papelito de entre mis manos. Tras unos minutos caminando, me paré de golpe en el lugar marcado,  dándome de bruces con el local.
Será divertido, dijo. Te lo pasarás muy bien, dijo. Es un sitio muy interesante para conocer, dijo.

Nunca debí hacer caso a Sam. Subí con desgana uno a uno los peldaños de la escalera, abriendo la puerta de esa extraña tienda. Un holor empalagoso y luces neón rosas me dieron de golpe en la cara, y no se que hago con mi vida.

Sam dijo que tenía algo preparado para mi aquí dentro, y que de paso aprovechara para comprarme algunas cosas, ya que ella había sacado de allí los regalos para Bastian. En la tienda habían todo tipo de vestimentas (unas más vergonzosas que otras) y objetos de los cuales prefería no saber nada. Una chica rubia, con tacones altos y bastante maquillada se acercó a mi sonriendo.

-Jeremías, cierto?

Asentí.

- Tienes una reserva con nosotros, acompáñame.

- Espera, espera, yo no he reservado nada en ninguna parte.

- Tu no, Samira si.  Es una cliente bastante frecuente de esta tienda y nos alegra que haya decidido darte este regalo -sonrió de manera pervertida

Ahora tengo miedo. De Samira espero cualquier cosa.

La chica comenzó a caminar y yo, muy a mi pesar, la seguí. Subimos por unas escaleras bastante escondidas y llegamos a un pasillo, más oscuro que la tienda pero sin dejar atrás las luces de neón.

-Ven, tu sala es esta -dijo, abriendo una de las puerta- sin miedo, vas a disfrutar.

- Necesito hacer una llamada de auxilio -susurré,  pero al parecer ella me oyó.

-No puedes, me quedo tu móvil hasta que  pasen las dos horas de reserva -espetó, guardando mi teléfono en su bolsillo trasero. ¿De dónde lo había sacado?

Literalmente me empuja dentro de la sala y cierra la puerta. Suspiro y me giro para inspeccionar la sala. Una cama bastante amplia, con sabanas de seda y una cabecera de hierro, un armario negro en el que prefería no mirar, paredes rojas y una puerta que aparentaba ser el baño. Estaba poco iluminada, pero olía de maravilla. Me senté en la cama y divisé algunas  galletas en la mesita.

Agarré una y me la comí, y por dios y por la virgen, estaban deliciosas. Seguí comiendo algunas galletas hasta que la puerta se abrió de repente y apareció Isaac por ella, también siendo empujado hacia dentro.

- ¿Isaac? ¿Qué haces  aquí? -

- Se ve que Samira me ha reservado algo aquí, ¿y tú?

- Lo mismo -dije- ¿Quieres? -le ofrecí una galleta pero el negó.

- Ya me ha dado algunas la chica de abajo. ¿Qué se supone que tenemos que hacer?

-Ni idea -respondí- ¿Sam no te ha dicho nada?

Negó de nuevo y se sentó conmigo en la cama. Comenzamos a hablar de cosas triviales, para matar el tiempo. Cuanto más minutos pasaban, más raro me sentía.