Capítulo 30

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POV Bastian

Abrí la puerta de la cafetería y recorrí el local con mis ojos. No me acuerdo muy bien de como era, pero creo que aún no está aquí.

Me dirijo a una de las  mesas libres y me siento en una silla, a esperar a que el chico venga. El mensaje que me envió ayer me dejó un poco desconcertado. Jeremias me había hablado de él, y le recordada levemente de la noche en la cual fuimos a verle pelear.

En el mensaje ponía que era un tal Isaac, y que quería quedar conmigo para planear no sé qué cosa de Jeremías.

Mis pensamientos fueron distraídos por el ruido de la campanita de la puerta, y segundos después una cabellera blanca entró al local. Recorrió su mirada por toda la sala hasta que dio conmigo, y fue acercándose a la mesa.

-Bastian, cierto? - preguntó, y yo asentí- Jeremías me ha hablado mucho de ti y de... ¿como se llama el chico bajito?

-Marco, se llama Marco -reí-

Se sentó en una silla en frente mía y entrelazó sus dos manos.

-Bueno, eh... Jere me ha dicho que eres su mejor amigo y... quería preguntarte un par de cosas.

Se le veía bastante nervioso y un poco avergonzado. ¿Y a este tío que le pasa con Jeremías?

- Vale, adelante.

-Pues verás, dentro de unos días es el cumpleaños de Jeremias, como supongo que sabrás -asentí.- Pues como eres su mejor amigo, me pareció una buena idea, ya sabes, preguntarte que podría regalarle. Es muy importante en mi vida y me gustaría regalarle algo que le hiciera muy feliz -sonrió, con una sonrisa sincera. No podía negarle eso, pero...

- ¿Por qué te importa tanto Jeremias?-pregunté, me mataba la curiosidad -

- P-pues soy algo así como... Su pareja no oficial, supongo.

¿Cómo un tío con el pelo blanco, tatuajes y la cara llena de heridas podía verse mono tartamudeando? De verdad que yo no entiendo nada.

- ¿Ustedes dos han tenido sexo?  -pregunté-

Isaac pareció atragantarse con su proba saliva y me miró con la cara llena de tonalidades rojas. Eso es un Sí.

- ¡Venga ya! Es lo más normal del mundo. Yo ya lo he hecho varias veces con Marco.

Mierda. Me arrepentí al segundo de lo que había dicho.

Habíamos mantenido lo nuestro en secreto, y voy yo y se lo suelto a un desconocido que está liado con mi mejor amigo.

- Y-yo no...

-Tranquilo, no se lo diré a nadie  -sonrió. Supongo que por la expresión de mi cara pudo saber lo que estaba pensando, y yo se lo agradecí internamente.- Pero... ¿eso no es un poco pederasta?

- ¿Qué? ¡No! Tiene la misma edad que nosotros, pero tranquilo, es normal ye le confundas -reí- Bueno,  volvamos al tema principal. Como me pareces buen chico, voy a darte ideas pero tienes que hacerlo completamente tu, no le compres cosas caras ni nada de eso. Si realmente le quieres, tienes que hacer algo que te salga de dentro, del corazón, sobretodo con Jeremias, el aprecia mucho esas cosas.

Yo sonreí, y a él parecía que se le habían venido montones de ideas a la cabeza. Comenzó a contarme su plan, sus ideas, detalle por detalle, y a cada palabra que decía se le notaba lo jodidamente enamorado que estaba de mi mejor amigo.

Sus expresiones me recordaban a  Marco y a mí, con el cual llevaba viviendo un par de días, desde que su madre aceptó que me quedara.

Cuando terminó de relatarme lo que parecía el regalo de cumpleaños más romántico del mundo, comenzamos a idear cómo y cuándo lo llevaríamos a cabo.

-Ahora que lo pienso, podría regalarle algo a Marco yo también, aprovechando que hemos decidido ir al centro comercial a comprar algunas cosas

- ¡Claro, me parece perfecto! Nunca había hecho nada de esto y tu ayuda me está siendo indispensable. Yo en verdad quiero hacer my feliz a Jeremias, durante todo el tiempo que pueda.

Nos levantamos de la mesa y salimos por la puerta del local. Él se dirigió a su (increíblemente caro) coche negro y se despidió con la mano.

-Nos vemos mañana para comprarlo todo, Bastian. Un gusto haberte conocido

-Igualmente, Isaac.

El chico sonrió y se alejó por las calles con su coche. Decidí pasarme un rato por mi casa, para recoger  algunas de las cosas que quedaban allí.

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Llegué a la puerta de mi casa y abrí con las llaves. No me extrañaba que estuviera vacía de nuevo. Subí las escaleras y me dirigí a mi habitación, abriendo la puerta y dejando ver el desorden de los otros días.

Revolví en mi armario y saqué un par de camisas que se habían quedado allí, y alguna que otra foto que tenía por los cajones.

Eché un último vistazo a la casa, mirando por todas las habitaciones y echando de menos aquella época en la que estábamos todos juntos, como una familia de verdad. Nunca podría odiarlos,  pero mucho menos perdonarles lo que hicieron. Bajé poco a poco las escaleras, sacando de mi memoria todos esos recuerdos que tenia de aquella casa.

Ordené un poco la sala y salí de allí lo antes que pude,  cerrando la puerta después de mí. Iba a llamar a Marco por teléfono,  cuando un par de sobres en el buzón llamaron mi atención por completo. Cogi ambos y los observé detenidamente.

Uno de ellos eran facturas, lo típico, pero el otro era una carta. Una carta para mí.  

De:

"Joyce y Bill Arwens",

                Mis padres.

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Ajsjsjsdjsjd

HOLAH CARACOLAH

Qué tal se encuentran ustedes? Xd

Qué será la carta? :0

Yo que ustedes disfrutaría mientras haya felicidad xdxd

Les ha gustado el capitulo?

Y les va gustando la historia?

Ya era hora de que las dos parejas se fueran conociendo poco a poco :v

Bue

Yo les reamo a todos xd❤

-Poku





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