POV Jeremías
Apagué la estúpida alarma y me levanté de la cama. Desde que "eso" pasó con Isaac, no he podido dormir, y mi dosis de 2 litros de café no me quita el sueño.
No le he vuelto a ver desde entonces, ¿acaso no le gustó?
Ese tipo de pensamientos llevaban atormentado mi cabeza los últimos 3 días.
Me di una ducha larga, me cambié y baje las escaleras con intención de salir de casa, pero una mano en mi hombro me lo impidió.
- ¿A donde vas tan rápido?
- Ya te lo dije, mamá, voy a tomar un café con Samira.
-Ah... ¿que hay de ese chico? Isaac, el de pelo blanco. Hace tiempo que no le veo por casa, y tengo entendido que el otro día dormiste en la suya.
Eso último lo dijo con un tono que me produjo escalofríos. Un notorio sonrojo invadió mis mejillas al recordar todo lo que hicimos esa noche, y mi madre soltó una carcajada.
- Escucha, cielo, no quiero presionarte pero en un par de días tenemos una cena familiar, y me gustaría que trajeras a ese noviecito tuyo -me guiñó un ojo y me empujó hacia la puerta- ahora vete, que con las ojeras que llevas necesitas un buen café.
Cerró la puerta detrás mía y me quedé plantado en el jardín. Cuando mi cerebro terminó de procesar toda la conversación, comencé a caminar hacia la cafetería.
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- A ver, dime, ¿Ya lo habéis hecho?
- ¿Hacer qué? - pregunté, para después llevarme la taza de café a la boca-
- Ya sabes, sexo, duro contra el muro, lento contra el pavimento, sin pena sobre...- la mitad del café que tenia en la boca acabó en la mesa, y Sam no paró de reír. - ¡Estas como un maldito semáforo! Eres un uke adorable, no me extraña que Isaac se enamorara de ti.
- ¿De verdad está enamorado de mi?
- ¡Pues claro que si, tonto! Ahora dime, ¿Cómo es su amiguito?
Enrojecí de golpe aun más, si es que era posible. ¿Cómo podía pensar en eso?
- Está.... está muy b-bien. Muy muy bien, de hecho -sonreí inconscientemente al recordarlo y quise asesinarme allí mismo.
Samira rió y negó levemente con la cabeza, para luego tomar otro sorbo de su café.
- Y dime... ¿tienes algo que hacer esta noche?
- No lo sé, ¿por qué?
- Por qué mi bebé Jeremías cumple 18 mañana, y quiero ser la primera en felicitarle -sonreí, y ella continuó- podríamos ir a ese bar que hay cerca de mi casa. Ya fuimos una vez, ¿te acuerdas? Os invitó Marco
Ah, si. La noche del beso, ahí cambió todo.
- Sí, sí me acuerdo. Me parece genial, así me distraigo un poco.
- Perfecto, no quedes con nadie esta noche, por que si lo haces te buscaré, te encontraré, te meteré a rastras en el bar y haré que bailes en una barra de streaper vestido como un neko sexy para Isaac. Y luego haré que te viole.
Solté una carcajada y me tapé la cara con las manos. Mi mejor amiga estaba loca.
- Vale, vale, lo prometo.
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Fuimos ella y yo andando hacia el local, y la música ya se escuchaba desde el barrio de al lado. Samira iba deslumbrante, con un vestido ajustado de color amarillo y sus rizos cuidados al milímetro. Yo, por mi parte, me había puesto la ropa que Sam me había regalado por mi cumpleaños, una chaqueta de cuero, una camisa de cuadros a conjunto con su vestido, unos jeans ajustados negros y unas vans del mismo color.
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FIGHTER (yaoi/gay/bl)
RomansJeremías, me demostraste que te puedes enamorar de quien casi te rompe la nariz, así como de demostrar todo el cariño que tenías guardado. Marco, me demostraste que ser sincero contigo mismo y demostrar tus sentimientos es la mejor opción, uke rebe...