10 - Únicamente contigo

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Por increíble que pudiera parecer, ya hacían tres días desde que Aladdin y la princesa no se habían cruzado; y es que, aquella no era una mera casualidad. Habían existido diversas ocasiones en las que la princesa se había topado con la figura del joven, sin embargo, en todas las ocasiones presentadas había tenido tiempo de tomar otro camino u ocultarse; pero ella no era la única cobarde, ya que Aladdin... Seguía el mismo camino.

-¿Dónde está el tipo que le dijo esas cosas? – se interrogo Aladdin al borde de la inquietud, rodando el tallo de una flor entre sus dedos, la que veía verdaderamente atraído, viendo en ella la dulce imagen de su querida princesa.

"Hace dos meses, ese chico le pidió a Kougyoku que se casara con ella".

La sola idea de imaginarlo hacía que el magi se retorciera de la rabia. ¡¿Cómo habían osado aprovecharse de su ausencia?! Hasta aquel momento, nunca había conocido el tormentoso sentimiento de los celos; y aunque ella ya lo hubiera rechazado, no se había abstenido de fulminarlo con su bastón, hasta verlo como una oruga recluido en el suelo.

Una voraz huracanada de viento, sobrevoló el manto de césped donde el muchacho se hallaba reposando y se llevó consigo la flor rosada que él sostenía hasta tan solo unos instantes. ¿Acaso no era sencillo enamorarse? Ese pensamiento invadió su mente. A muchos, puede costarle años e incluso una vida hallar a esa persona, pero existen otras que lo hallan por una mera casualidad al frecuentar cualquier local...

La princesa de Kou, se paseaba por uno de los pasillos del lugar, atrofiada por una montaña de papeles que perturbaban todo su campo de visión frontal. Caminaba con torpeza, sintiendo como la montaña se tambaleaba peligrosamente. Entonces, el bajo de su vestido se entrometió en su camino, matando al instante todo el equilibrio.

Cerró los ojos, anticipando en su mente el grande desastre que ocasionaría su caída. El dolor que la atingiera era poco en comparación al trabajo que tendría para ordenar toda aquella papelada de nuevo.

-¿Estás bien?

-¡Mor-san! – Los ojos de la princesa brincaron de alegría, al depararse con su amiga frente a ella, cargando la mitad de los papeles - ¡muchas gracias! – le agradeció de todo corazón, sintiendo como dos lágrimas se asomaban en sus ojos.

-Has estado trabajando duro... - argumento, esbozando una pequeña sonrisa.

-No soy la única, Alibaba también está trabajando duro.

Se paró a su lado, y juntas prosiguieron por el largo pasillo.

-¡Él está realmente feliz y no es únicamente por su regreso, sino por vuestro compromiso!

La fanalis se ruborizo e asintió sumida en una tierna pena. Y ahí estaba de nuevo, la mente de la soberana exponiendo sin consentimiento, la imagen del magi de trenza azul, logrando al instante un color vivaz en las mejillas blanquecinas de la muchacha; quien sacudió la cabeza, empeñada en no ser vencida aquella vez.

-¡Kougyoku-san!

-¿Si, Mor? – ojeo a su amiga con una sonrisa salpicada por unas pocas gotas de sudor.

Fingir que no se pasaba nada era bastante duro para ella.

-No, yo no dije nada...

El dedo de la fanalis navego por el cielo, teniendo a bordo la mirada curiosa de la princesa, quien se deparo con un destino azul, salpicado con camadas de rojez.

-¿Eh?... – las orbes de la muchacha se abrieron estrepitosamente al hallar allí presente a la razón de sus inquietudes - ¿Q-qué?... ¿Q-qué quieres?... – se cruzó de brazos, haciéndose la dura.

Magi • Alakou ~ Mi pequeño Aladdin [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora