Te crees que eres el centro de atención, que cualquier mujer se acostaría contigo. Y no es así. Yo no me acostaré contigo, no me gustas. Si quieres echar un polvo te buscas una muñeca hinchable.
- Oh, muñeca… - dijo Justin ahora serio. ¿Por qué las palabras de esa mujer lo afectaban? Nunca había sido así – No tengo por qué comprarme una de esas estu.pideces cuando tengo a un tercio de la población femenina de Los Ángeles queriendo follar conmigo.
- Entonces cógete a una de esas putas. Pero a mí, déjame.
Justin enfadado por el rechazo, se dirigió a la puerta y se fue de la habitación donde se encontraba _________.
__________ se encogió de piernas rápidamente. Dios mío… no creía lo que Justin acababa de hacer…
Pero le había gustado, mucho. Nunca se había sentido tan excitada. Sentía como la humedad se esparcía más y más. Debía hacer algo… antes de acostarse.
Justin se tumbó en la cama. Se relamió los labios una vez más. Dios mío, sabe tan bien.
Pero _________ no lo había saciado. Al contrario, lo había rechazado. Y a Justin le daba rabia ¿Por qué no quería…? Escuchó algún quejido. Apoyó la oreja contra la pared que daba a la otra habitación, a la de _________.
Gemidos… se está masturbando.
Justin aún se excitó más. Imaginar el esbelto cuerpo de ________ contrayéndose y arqueándose, dándose placer ella misma, era demasiado. ¡Pero no!
Era él quien quería darle placer. ¿Por qué le había dicho que no tenía ganas? Cuando ahora se satisfacía sola… mientras él podría ser el que produjera esos gemidos. Bufó cabreado y orgulloso a la vez.
Además que él también necesitaba que le echaran ‘una mano’. Tenía la erección más grande de su vida. Ni Jasmine consiguió empalmarlo de esa manera. Hablando de
Jasmine… Chaz le estaba llamando al teléfono. Descolgó.
- Que.
- Uy… que borde. – se rió su amigo - ¿Qué pasa? Necesitas follar más, eh.
- Ni que lo digas. – dijo Justin pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué quieres?
- Surgió un problema.
- ¿Cuál? – Eso le sonaba mal. Cada vez que Chaz le decía ‘hay un problema’ equivalía a ‘el mundo está patas arriba o estamos a punto morir por un asesino en serie’. O algo por el estilo.
- Esta mañana te acostaste con Jasmine. – dijo su amigo en tono burlón.
- Si… ¿y?
- Ella es una de las que están entrometidas en la mafia rusa de Donovan.
- ¿Qué?
- Era una infiltrada, joder. – Chaz parecía más alterado – todo fue para distraerte, así se llevaban a la chica. Sabes que Donovan es el violador que coleccionaba a las mujeres que se había tirado. Un pirado total.
- Si, si…
- Pues si no llega a ser por ti, ella ya estaría muerta y en un armario junto con los otros cadáveres que hemos encontrado. – Chaz suspiró – ese no es el punto. Jasmine estaba compinchada con él porque… - hizo una pausa – Ostia, parece que decirte esto me jode más a mí que a ti.
- Suéltalo de una vez.
- Jasmine es la hermana de Milena.
- No puede ser… - la voz de Justin se ahogó.
- Busca la venganza de su hermana. Por eso se infiltró en la CIA para dar contigo… te quiere muerto, Justin.
Justin no pudo pegar ojo en toda la noche. Sabía las cualidades que tenia Jasmine… y lo que menos le preocupaba en esos momentos, era él. Su familia… sus conocidos.
Aquella sádica loca era capaz de todo. Había nacido para trabajar en agencias de espías. Había nacido para ser una de las mujer seductora y con grandes cualidades para matar… a hombres, en un abrir y cerrar los ojos. No tenía remordimientos, y mucho menos, conciencia.
Las siete de la mañana. Justin se levantó, harto de dar vueltas en la cama. Toda su familia sabía protegerse, pero si a Jasmine se le ocurría ponerles un dedo encima… intentar siquiera algo, él no tendría ningún miramiento por que fuera mujer. Por que terminaría en la tumba, junto con su hermana y Alexander Donovan.
Se preparó un café solo. Para ver si se despejaba un poco. ________ tenía el sueño ligero y no pudo evitar despertarse. Se levantó y fue hacia la cocina.
- Buenos días. – murmuró Justin. ¿Por qué estaba avergonzado? Nunca había estado avergonzado de lo que había hecho. Pero al ver a ________ aparecer con su jersey, despeinada… inocente, hizo que se ruborizara. Él no se ruborizaba, eso era de nenazas.
- Buenos días. – le sonrió ella, como si ayer por la noche no hubiese pasado nada.
La observo. Ella buscó algo en la nevera y vertió algo de leche en un bol.
Y pensar que aún podría estar más despeinada si hubiera pasado la noche conmigo.
Justin dejó su taza de café en el friega platos. Justin cogió las llaves del enorme llavero en la entrada.
________ alzó la vista.
- ¿Dónde vas? – le dijo.
- ¿Tanto te importa? – dijo Justin arqueando una ceja.
Ella frunció el ceño, cabreada por su arrogancia. Pero no quiso discutir. Se encogió de hombros.
- No, la verdad es que no. – puso una expresión indiferente y siguió desayunando.
Lo que no sabía es que a Justin le quemaba por dentro que pasaran de él de ese modo. Apretó la mandíbula y se contuvo las ganas de seguir con la conversación.
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El me protege 1era Temp (Terminada)
Teen FictionJustin Bieber uno de los mas grandes seductores y agentes secretos... por seguridad te tienes que quedar obligada por un mes en su casa.. pero ¿resistirás?