Ese oscuro bosque- Parte II

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Las hojas parduscas y negras que colmaban aquella insondable foresta nublaban la visión de todos los peligros que albergaba en su interior. La oscuridad se había abarrotado todo para sí, como si gozara de un egoísmo inconmensurable. El frío y la pestilencia bramaban dentro de aquel insólito páramo desolado, donde ninguna alma se había atrevido a entrar en varios años.

Vitaly sujetaba la mano de su madre con fuerza, temiendo que su brazo fuera amputado en cualquier momento, debido a los jalones que recibía de ella, para que le siguiera el paso mientras corrían desenfrenados, tropezando con todas las ramas que había en el camino.

-¡CRACK!!!- resonaban los ramajes al fracturarse con el paso intempestivo y alocado que llevaban los tres.

*Sus respiraciones cada vez eran más rápidas e intensas*

A lo lejos pudieron ver, como por sobre los imponentes y antiguos árboles se alzaba "13" que aun luchaba con todas sus fuerzas contra aquel batallón de homúnculos salidos del mismísimo infierno. Vitaly dejó caer un par de lágrimas al ver esta terrible escena. Él sabía que "13" era el más poderoso monstruo con el que contaba, no podía evitar pensar en que, si lo destruyen, ellos estaban destruidos también. Por lo pronto tenía todas sus esperanzas puestas en él.

-"El poderoso 13, vencerá"- pensó Vitaly

Abruptamente el trío comenzó a escuchar una oleada de ramas quebrándose, como si un ejército se acercara entre las tinieblas de la noche. Todo comenzó a ponerse de un tono más oscuro, la Luna perdió su brillo y los animales callaron, solo se podía escuchar los avances de aquel invisible enemigo.

Kathy comenzó a llorar -¿Mami, vamos a morir?- preguntó con los ojos empapados en sentidas lágrimas, con una mirada llena de angustia que no tenía cabida en un ser tan pequeño. Elena solo miro al cielo tratando de contener su dolor.

Al escuchar los crujidos, la familia miraba con desesperación a todos lados...

*También se escuchaban ruidos de la batalla que aún seguía, a lo lejos*

La lluvia no les daba ni un segundo de paz, en ese abismo gélido. Entonces Elena se arrodillo y abrazo a sus pequeños -Hijos, mis amores, quiero que sepan que siempre los he amado, nunca lo olviden, incluso ahora los amo, los amo más que nunca- dijo Elena, mientras secaba las lágrimas de sus dos hijos y los miraba con absoluta devoción. Incluso en ese momento, su amor era tal, incluso en ese momento, cuando la incertidumbre les rondaba, cuando nada tenía explicación lógica, cuando las probabilidades estaban en su contra, cuando no había esperanzas, incluso en ese momento podía existir la pequeña posibilidad de felicidad. Ella estaba entregándoles un amor sempiterno, en una fusión de lazos irrompibles que recorrían cada fibra de sus adorables hijos.

Vitaly miraba al suelo, mientras su madre los contenía entre sus brazos, de sus ojos salían las ultimas lagrimas que quedaban - Mamá, quiero que Kathy y tú, se vayan corriendo de aquí, esta vez, yo las protegeré- en un arrebato de increíble valentía, Vitaly esbozo esas desconcertantes palabras que no hacían más que dejar atónita a su madre.

-¡Vitaly, no te dejare solo!- bramó con decisión, Elena

¡QUE SE VAYAN, DIJE!!!! Graznó eufórico con sus ojos sulfurando un azul brillante y poderoso. Una lagrima caía por aquellas lumbreras que miraban con pena a su hermana y su mamá.

-No quiero dejarlas, pero es lo que tendré que hacer ¡las amo!, siempre estarán conmigo, puso sus manos a la altura del corazón, ¡Aquí!- Al terminar esta frase, Vitaly las tocó con sus tibias manos, y dándoles una miraba que solo expresaba amor, las hizo desaparecer...

Vitaly se quedó agazapado mirando el oscuro suelo, tomando una hoja vieja que se deshacía en sus pequeñas manos, pensando en que todo carecía de sentido...

Cuando Nadie Los Ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora