Capitulo 4

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-¡¿Dónde estabas?!- Gritó Jesy mientras ayudaba a Jade a descambiarse- Sabías que la junta era a esta hora y ellos ya comenzaron a hablar

-Tuve un percance, discúlpame- Murmuró Jade mientras Jesy ayudaba a quitarse el vestido

-Dime que no es verdad- Susurró cuando vio su cuerpo- Dime que no son chupones y un mordisco lo que veo allí

La morena maldijo al mundo por lo bajo, maldijo a Perrie y lo bien que la había hecho sentir, en especial a su boca indiscreta que no tuvo piedad por su sensible piel

-Te lo explicaré, lo prometo, pero ayúdame- La morena miró a su mejor amiga a los ojos y pidió piedad

Jesy con maquillaje lo más rápido que pudo cubrió las marcas de Jade, ya no existían chupones ni mordidas, solo polvo y base. La modelo debía asistir a una junta importante con él que era su pareja, la agencia prácticamente le había besado los pies para que accediera a acompañar a Jed, ya que todos sabían que la relación de ellos solo era amistad, pero la cubrían con una sentimental para así aumentar la fama de ambos.

Jade tuvo que usar un suéter con cuello alto para que así no hubieran problemas ni preguntas incomodas, se negaba a hablar de su vida privada y mucho menos con señores mayores que solo le importaban los negocios que su novio tenía para ofrecer.

-Mil disculpas, Jed- Dijo la chica de ojos cafés enlazándose al brazo de su novio.

-Mmm, hueles a sexo- Dijo el joven en su oído, haciendo a Jade resoplar y torcer los ojos.

El hombre le abrió la puerta y automáticamente una sonrisa se instaló en ambos dando inicio a la reunión. Todos se levantaron al ver a la pareja y Jed le sacó la silla a Jade para que se sentara.

-¿Me dirás con quién te acostaste?- Preguntó en el oído de la morena, haciéndola estremecer

-¿Ahora te interesa saber a quién le abro las piernas?- Se defendió

-Eres mi novia, me interesa todo lo que pase contigo- La mano del joven subió por el muslo de Jade, pero ella la apartó, la morena notó miradas sobre ellos así que sonrió nuevamente

-Agradezco mucho el que te preocupes, cariño- Dijo entre dientes aún con la sonrisa apretada

La rubia por otra parte se vio en la obligación de ir a su apartamento y tomar una ducha lo suficientemente fría para aliviar el calor que predominaba en su cuerpo a causa de la sesión fotográfica que había antes. Aún no se reponía del hecho que de que por segunda vez dejó ir a Jade sin pedirle ningún contacto y conocía a su equipo, se negaban a dar información de la modelo, era entendible al ser la dueña de las pasarelas actualmente, pero no dejaba de ser algo que a Perrie llegaba a molestarle porque cada minuto, cada segundo aumentaban las ganas de volverla a ver.

-Perrie Edwards recién duchada comenzando la tarde, esto puede significar solo dos cosas- Leigh se sentó en el escritorio de la rubia y le sonrió, ella ignoró el gesto de su amiga- O el día está muy caluroso, que no lo está, o que te pegaste una buena follada hasta quedar con el olor a sexo impregnado.

La morena se encontró con los ojos azules frente a ella y notó que había un rubor en sus mejillas, haciéndola casi gritar

-¡Te acostaste con alguien en pleno día, Edwards!- Susurró con una sonrisa picara

-¿Acaso tú y Andre no mantienen una vida sexual activa?- La rubia aún seguía entretenida revisando las fotos de su anterior sesión escogiendo las mejores para mostrárselas a su jefe

-Es totalmente distinto, él y yo somos pareja oficial- Alardeó la rizada

-Y yo soy soltera y puedo acostarme con quién quiera- Se encogió de hombros y le restó relevancia al comentario de su mejor amiga

-¿Qué haces?- Preguntó Leigh antes de ver la pantalla- ¡Oh, son muy buenas fotos!- Susurró embobada en las capturas de la rubia hacia la modelo

-Gracias- Murmuró

A la morena de repente se le iluminó el rostro y se cuestionó cómo no había pasado la idea antes

-¡Te follaste a Thirlwall!- Perrie sintió el fuerte ardor de sus mejillas y puso una mano en la boca de Leigh

-¡¿Cómo se te ocurre eso?!- Susurró la rubia

-Lo hiciste, Edwards- Susurró aún impresionada- No lo puedo creer- La sonrisa no se borraba de su rostro y empezó a mirar el cuello de la rubia- ¡Te dejó marcada!- Perrie tuvo que volverle a poner la mano en la boca por miedo a que alguien escuchara

-¿Podemos hablar de esto luego?- Cuestionó

Luego de casi explotar Leigh le permitió su mejor amiga terminar el trabajo, seleccionó las mejores fotos, las imprimió y rápidamente las llevó a la oficina de Marcos.

-Deberías tocar antes, preciosa- Murmuró su jefe leyendo el periódico

La fotógrafa tiró las fotos en su escritorio y luego de un suspiro el hombre empezó a revisarlas una por una, una sonrisa se instaló en su rostro antes de devolvérselas.

-¿Qué te pasa con Thirlwall, Perrie?- Preguntó

-¿Qué?

-Tú eres una de las mejores fotógrafas de esta agencia y seguramente de la ciudad, tus trabajos son estupendos, pero en estos- Señaló la foto- Has superado barreras, y me llama la atención saber las razones, no me queda más que señalar a Jade como causante de tu mejoría.

-Simplemente suerte, Marcos- Murmuró Perrie

-No espero que sea así, pero no te presionaré tampoco- El hombre le dedicó una sonrisa y la abrazó- Te aprecio mucho, Edwards, tienes una vida por delante, siempre da lo mejor de ti

Perrie estaba sorprendida por el afecto repentino de su jefe, pocas veces se presentaban situaciones similares, pero cada muestra de cariño la rubia la aceptaba agradecida. Marcus adoptó a Perrie como aprendiz cuando aún estaba en la universidad, ella se encontró con el mayor en una de las convenciones para amateurs de la fotografía, él organizaba aquel evento. El respeto que había entre ambos era muy grande, ambos admiraban el talento del otro y sabían que podrían recurrir el uno al otro.

Los días pasaban rápidamente, había transcurrido una semana desde que Jade y Perrie se habían encontrado, la última nombrada insistía por todas partes para así encontrar a la menor, pero nada le había ayudado, nada ni nadie. Jade estaba tirada en el sillón mirando el techo, su hermano estaba simplemente viendo su conducta, en toda la semana se había sentido extraña, no hablaba casi y sus sueños siempre se veían perturbados por esos ojos azules mientras la fotógrafa se hundía muy dentro de ella.

-La próxima semana la tienes libre- Murmuró Harry con una sonrisa

-¿Me estás proponiendo algo?- Preguntó

-En lo absoluto, pero si gustas puedo buscar a donde ir o algo parecido- Comentó mientras miraba su celular

-Te lo agradecería- Susurró

Harry revisaba su correo rápidamente hasta que se encontró con uno algo peculiar.

Perrie Edwards:

Buenas señor Style, me dirijo hacia usted porque olvidé pedirle contacto a la señorita Thirlwall, soy la fotógrafa que la atendió la semana pasada y ella amablemente me pidió que le entregara las fotografías personalmente. Sé que es cercano y en verdad sería grato de su parte que me ayudase.

-¿Conoces a Perrie Edwards?

Jade se levantó de repente y sus ojos brillaron mientras quemaban, ese era el nombre que necesitaba escuchar, pero por parte de su hermano le pareció algo extraño, sin embargo se limitó a asentir.

-Fue la fotógrafa de la sesión pasada- Contestó

-Está pidiendo tu contacto, que tú torpemente olvidaste darle- Murmuró- ¿Le mando los datos?- Preguntó el rizado

-Sí, mándale la dirección

La volvería a ver por fin...

Presas de la obsesión, Jerrie ThirlwardsWhere stories live. Discover now