Bueno, yo les advertí que esta iba a ser una historia corta y pues creo que este es el final. Diré un par de cositas y vamos al episodio.
Mi computador posiblemente se dañó, ahí tenía guardadas mis historias y una que pensaba subir, pero bueno, por suerte Amantes en práctica, Aprendiendo a vivir y Presas de la obsesión ya están acá publicadas y no hay pérdida.
Me gustaría saber qué tipo de historia les gustaría que publicara, me llama mucho la atención sus comentarios, sean buenos o malos.
La otra cosa es que me gustaría saber si desean un final alternativo, en caso tal me pueden decir en los comentarios, buscaré la forma de crearlo y publicarlo, todo por complacerlos.
Por último, agradecerles por el acompañamiento que le han tenido a esta historia, en verdad, creía que iba a fracasar, pero me han demostrado lo contrario. Miles de gracias
Paula
Jade manejó tan rápido como pudo y llegaron a la bodega de Perrie, sonrió al ver que su plan había funcionado, y confirmó las palabras de su pareja, se sintió tan viva y capaz que su corazón aún seguía latiendo con mucha fuerza. Escuchó un gemido y ahí fue donde sus pensamientos se dispersaron y volvieron a la rubia que acostada en el sillón le sonreía a la morena victoriosa.
-Déjame ayudarte- Susurró
-Estoy perfecta- Dijo pegada a su boca
Ambas se escondieron en el apartamento y empezaron a reír eufóricas por su triunfo. No necesitaban el dinero, claro que no, ambas tenían todo lo que necesitaban y de sobra, pero lo que necesitaban era diversión y eso era lo que encontraban la una a la otra, no había explicaciones, no había palabras.
Cerraron la puerta de metal y Perrie besó a la modelo, le pasó la mano con la que anteriormente cubría su herida por la mejilla, y a ninguna le importo aquella acción, estaban desesperadas por sentirse, muertas de la pasión y la euforia. La mejilla de Jade tenía un poco de la sangre de Perrie, no mucho.
La llevó al sillón y cayeron, se habían olvidado de la herida, de la policía, del mundo que las rodeaba.
La policía...
Ambas se separaron cuando sintieron las sirenas sonar nuevamente algo lejanas y ahí fue en el momento en que se percataron de que el televisor estaba encendido y ellas eran la cabeza de las noticias.
-Perrie- Susurró Jade
-Shh- Puso un dedo sobre su boca inútilmente tratando de tranquilizarla- Estamos juntas, nada importa, recuérdalo- Susurró pegada a su boca- Le paso las manos por el cabello tratando de calmarla
-No me puedo calmar- Los ojos de la pequeña rogaban por soltar lágrimas
La rubia miró de reojo las noticias y veía como la patrulla se acercaba, no había salida, estaban rodeadas
-Jade, cariño, estaremos bien- Murmuró
La herida de la fotógrafa ardía, se había dado cuenta del dolor justo ahora y no pudo evitar jadear; pero para ella la tranquilidad de Jade era más importante.
-Perrie no puedo ir a la cárcel, no puedo- Miró sus ojos enrojecidos y su corazón se detuvo
-No iremos a la cárcel, no nos van a separar
Eso era.
La conexión entre ambas era tan fuerte que no podían estar separadas, simplemente era inevitable el calor de la una a la otra o la presencia, cosas tan simples.
Habían descubierto el fuego y preferían quemarse juntas a que este fuese extinguido.
Jade la besó, la besó con fuerza, la besó como si no se fueran a volver a ver, las sirenas ahora sonaban con mayor intensidad y a pesar de que el corazón de ambas estaba acelerado necesitaban sentirse para poder seguir viviendo.
-¡Perrie Edwards y Jade Thirlwall, bajen y no les haremos daño!- Tocaron la puerta
Debían actuar rápido y así fue.
Jade se inclinó y tomó las armas con las que anteriormente habían asaltado el lugar. A la rubia se le dilataron las pupilas, pero sabía que no había otra salida, preferían todo antes de estar separadas y privadas de su libertad. Se arrodillaron en frente de la otra.
-Prometo amarte por toda la eternidad- Susurraron al mismo tiempo
-¡Abran la puerta!- Los policías empujaban el duro metal
-Así lo han escuchado, la fotógrafa famosa Perrie EdWwards y la modelo Jade Thirlwall fueron captadas asaltando un local- Decían en las noticias
-Te amo, Perrie- Sollozó Jade
-Yo te amo a ti, Jade- Jadeó Perrie
Había perdido mucha sangre, pero nada importaba ahora.
Se besaron y levantaron sus armas apuntándose ambas en la sien.
La policía tumbó la puerta y se sorprendieron todos
- ¡No lo hagan! - Gritó el general
Y entonces todo se tornó negro para ambas.
Pueden volver al capitulo 9