Capítulo 2

302 35 10
                                    

Estaba junto con Karen aquella noche, la única persona que jamás me falló.
Incluso mi madre defendió a Nicolás cuando me dejó por no querer traer una vida en este mundo que ya está jodido. Nunca más volví a hablar con ella, tampoco con Christian, mi hermano mayor. Era entendible, él nunca sintió el rigor de rebelarse, nunca supo lo que era tener una cuota mínima de poder en su vida.

A Karen la conocí mediante un chat de escritura, mientras ella escribía al estilo de Jane Austen yo era la Pizarnic del grupo.
Siempre fue así, nos conocemos desde los 16 años, ella es castaña clara, con unos ojos marrones que resaltan junto con un pequeño lunar del lado izquierdo, ciertas veces suele ser antisocial pero ella tiene la capacidad de caerle bien a todo el mundo, yo más bien soy la colorada insípida,pesimista y perturbada.
Karen nunca creyó en las casualidades, nuestra amistad se dió porque así debía ser y eso le agradezco al jodido mundo o vida o lo que fuere, ella es mi pilar a toda hora.

Esa noche me decidí en lucir diferente, no quería ser siempre la amargada treintañera recién divorciada, por eso opte por un vestido negro al cuerpo mientras que ella también quiso demostrar un poco de rudeza usando calzas engomadas negras y un top gris oscuro brilloso.

En cuanto entramos al bar nos dirigimos hacia la barra con la frente en alto, pedimos dos mojitos y así arranco esa noche.
Yo divisé una mirada clavada en mi, al voltear vi a los ojos más cautivadores y misteriosos. Ese hombre era un fuego y yo estaba tan jugada que me decidí a quemarme con él esa noche, o tal vez el resto de mi vida.
Después de un tiempo se acerco donde nosotras:

- ¿Y por qué tan solas unas señoritas tan lindas? - preguntó con una voz tan gruesa que me hizo estremecer - ¿Gustan acompañarnos a mí y a mi amigo?

En un principio creí saber de quién se trataba. Solamente Till, cantante de una banda alemana famosa mundialmente, y que andaba en busca de una noche de sexo, sin más.
Aceptamos ir a su mesa, estaba junto a su compañero de banda, Christoph.
Comenzamos a hablar y a beber, Till no dejaba de observar mi escote, por su parte Christoph intentaba sacar tema de conversación con Karen, pero esta se mostraba tajantemente desinteresada.
Fueron tan sólo unas copas más que todo empezó a cambiar, de un momento al otro con Till nos desaparecimos de la mesa dejando a un pobre Christoph intentando que Karen le hiciera caso.
Estaba convencida que iba a ser la experiencia más fascinante en mi vida, acostarme con un famoso. Bueno "acostarse" es solo un decir, ¿Quién podría acostarse en un estacionamiento?
Recuerdo que la noche comenzó a refrescarse, Till me sujeto fuerte de la mano y me llevo hacia otro lugar, yo simplemente me deje llevar...

Llegamos a un estacionamiento cerca del bar y aunque era la primera vez que me animaba a una experiencia tan osada, intentaba disimular mediante el alcohol mis nervios.
Nos fuimos hacia un Audi A6 Avant negro, él sin decir nada comenzó a besarme y meter su mano debajo de mi vestido descaradamente (admito pese a que no había nadie allí yo sentía mucho pudor pero él de un momento a otro me hizo olvidar de todo)  Sus labios fueron bajando cálidamente posándose en mi cuello, comenzó con besos y su lengua presionaba contra mi piel, poco a poco fue aumentando la fuerza y la velocidad, sus manos debajo de mi no dejaban de maravillarme, eran gruesas y sus dedos eran mágicos.
Ya estaba con los breteles del vestido caídos, el pelo revuelto y lo tenía a Till pegado a mi contra el auto. Sentía su aliento que se unía con el mío a un centímetro de distancia, afilando su mirada contra mis ojos me devoró en un beso pero no tardó mucho en ponerme de espaldas, en cuanto sentí un cálido suspiro de Till resoplando en mi cuello noté como se erizaba cada centímetro de mi piel, tomó fuerte de mi pelo con una sola mano mientras con la otra sostenía mi cuello inclinándome hacia abajo. No sé si fue por las copas de más o la necesidad de calor humano que estaba necesitando, pero eso que hacía él me estaba gustando en demasía.
Con mucha agilidad levanto mi vestido y sentí sus rápidos movimientos entre mis piernas, no podía moverme, me tenía paralizada. No me disgustada en absoluto, mientras me dominaba yo solo pensaba lo mucho que necesitaba esto.
Pronto terminó el acto y también su calor, toda la galantería con la que me había tratado esa noche se redujo a simplemente acomodarse la ropa y decirme "Bueno, no estuvo mal" ... ¿Qué? Acababa de follarme en un estacionamiento con el rigor que alguien nos viera y solo lanza una frase despectiva. Lo único que atiné a hacer fue darme media vuelta, acomodar un poco ni desprolijidad y salir por el mismo lugar donde había entrado. Mientras caminaba oía que hablaba pero no le presté atención, fui hacia el bar y encuentro a Karen completamente ebria y a Christoph con la nariz roja de tanto consumir alcohol.
"Nos vamos" fue suficiente decir y Karen se levantó como pudo del asiento, mientras me dirigía a la salida escuchaba al ebrio ese decirle "No te olvides de llamarme" o "Eres increíble Karen, ¿Volveremos a vernos?". Resultaba ser, como siempre, Karen agradandole a todo el mundo y enamorando al más guapo de los dos, mientras yo siendo "la cosa" que nadie quiere tener...

DominándonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora